-“Éramos muy chicos, y crecimos con el aporte de consultoría externa” – dice un exitoso empresario Pyme. Y la consultoría externa puede abarcar aspectos tan variados como marketing, producción, recursos humanos, logística… Sin embargo, muchas veces la primera experiencia se da de la mano de un consultor de empresas de familia.
Preguntas movilizadoras
- ¿Mis hijos serán capaces de continuar esta empresa, que tanto esfuerzo nos costó?
- ¿Debería dejarle la empresa a mi hijo mayor, que trabaja conmigo desde los 15 años, o todos los hermanos deberían recibir partes iguales?
- ¿Cómo tendríamos que tomar las decisiones, para que no se repita la historia de que uno siempre sale herido?
- ¿Me da lo mismo que mi hijo estudie ingeniería o filosofía?
- ¿Corre riesgos la empresa si me retiro?
Estas son algunas de las preguntas que solemos escuchar en nuestra condición de consultores de empresas de familia.
De hecho nos convocan, en gran medida, para ayudar a contestarlas.
Esas preguntas forman parte de un proceso que permite consolidar la relación entre empresa y familia, y, por lo tanto, preparar a la empresa para crecer y resistir frente a los embates de la realidad.
Una familia unida es fuente de felicidad, y esa felicidad da fuerzas para sobreponerse a todos las contingencias de la vida empresarial.
La consultoría de empresas de familia es una práctica que está evolucionando rápidamente, ya que cada vez hay más consultantes, sea porque algún conocido tuvo una experiencia positiva, o porque, a través de diversas publicaciones, los empresarios y sus familias toman conciencia de la necesidad de resolver cuestiones estratégicas para el crecimiento y la consolidación.
¿Qué hace el consultor?
En pocas palabras, digamos que ayuda a los titulares de la empresa y sus familias a:
- Consensuar una visión y una declaración de misión de la empresa y de la familia
- Identificar los valores compartidos, como presupuesto para encarar acciones en común
- Establecer normas claras y cumplibles
- Diseñar roles para los integrantes de la familia y para los no familiares
- Entrenar a las personas para cumplir esos roles, sin cuentas pendientes, con ánimo de colaboración y sentido de pertenencia.
La consultoría en empresas de familia es una práctica interdisciplinaria. Esto significa que confluyen, para poder dar un servicio de calidad, los conocimientos de distintas disciplinas, organizados en función de obtener resultados.
¿Cuándo nos consultan?
Lo habitual es que un consultor en empresas de familia sea convocado cuando se trata de definir alguno de los siguientes temas:
- Transición de la propiedad
- Transición de la dirección y/o el gerenciamiento de la empresa
- Conflictividad familiar
- Dinámica de la relación entre hermanos
- Relación con los parientes políticos
- Relaciones laborales con familiares
- Relaciones societarias
- Planificación estratégica de la empresa y de la familia empresaria
- Mecanismos de gobierno de la empresa y de la familia
- Planificación patrimonial y sucesoria
¿Cómo empezar?
A veces existe una problemática instalada que es necesario resolver: proteger a un hijo con discapacidad, o mejorar la relación entre padres e hijos, o entre hermanos, cortar con malas prácticas de familiares que afectan la productividad…
Otras veces, simplemente hay una molestia que no se puede definir, pero que requiere atención para que no siga creciendo.
En otros casos, al conocer historias de otros que no tuvieron final feliz, los integrantes de una familia empresaria deciden curarse en salud, y encarar un trabajo preventivo con el objetivo de evitar peleas o riesgos para la empresa.
El primer paso para un proceso de ordenamiento y acuerdos es un diagnóstico presuntivo, que permite un conocimiento mutuo inicial entre los miembros de la familia y el consultor, a partir del cual será posible desarrollar diversas dinámicas con la finalidad de lograr la felicidad personal, la unidad familiar y el éxito empresarial.