Por Liliana Liberman
¿Qué transmite la distribución de los espacios, su estética y funcionalidad en una empresa de familia? Le pedimos a una Organizadora Profesional y Asesora en Salud de Espacios que nos abra un tema apasionante, que nos involucra a todos.
Encuentro en la página web del Instituto de la Empresa Familiar (Barcelona) una frase destacada sobre los valores en la empresa familiar, que aquí transcribo: “En las empresas familiares, los valores se construyen sobre la base de un patrimonio propio, con el objetivo de preservar un legado y siempre priorizando la dimensión humana como factor fundamental.”
Estos conceptos me recuerdan algunas empresas de familia que he visitado, donde suele haber espacios (uno o varios) cargados de solemnidad, de recuerdos de los fundadores de la organización, de documentos exhibidos que atestiguan los éxitos conseguidos a lo largo de la historia empresarial, de mobiliario fundacional e iluminación de época.
Inclusive en ocasiones, la sede de la empresa en algún momento había sido o sigue siendo (en todo o en parte) la vivienda familiar. Esos espacios están destinados a salas de reuniones, oficinas administrativas y de gestión, donde todos los miembros de la empresa trabajan a diario.
Posiblemente los miembros de la familia y antiguos empleados no perciban el impacto que sentimos quienes los visitamos, en particular la primera vez.
Esos espacios nos provocan emociones porque nos muestran el alma y la historia de la empresa, un compendio de esfuerzos con nombres y apellidos que devinieron en logros o fracasos según el caso.
La historia continúa
Sin embargo, el correr del tiempo ha ido modificando criterios y la mentalidad de las personas. Una empresa, familiar o no, se concibe como un ente que sin su comunidad de trabajadores es una caja vacía con una marca.
En consecuencia, dependiendo de la envergadura de la empresa, empiezan a aparecer personas o se crean departamentos completos denominados Recursos Humanos, o Capital Humano, una de cuyas funciones consiste en ser la voz y los oídos de las relaciones entre el gobierno de la empresa y sus empleados.
Además, surgen las reglamentaciones y regulaciones que limitan deberes y derechos de unos y otros. Y las auditorías e inspecciones que verifican su obligado cumplimiento. Los hilos empiezan a cruzarse.
La revolución avanza
Los empleados empiezan a ser más tenidos en cuenta como personas.
Personas con emociones, deseos, fortalezas y debilidades, con necesidad de espacios laborales saludables, que estimulen la productividad y la creatividad, pero en los que también haya espacio para el ocio, la socialización y un descanso de calidad durante la jornada laboral.
Surgen conceptos como la ergonomía, la iluminación biodinámica, el acuerdo térmico, la accesibilidad, la polución acústica y la bioarquitectura entre otros.
En síntesis: el concepto de confort llega a las empresas.
La importancia del bienestar laboral
El bienestar en el ámbito de trabajo es una aspiración compartida en las empresas de familia.
Entre muchas descripciones del concepto de bienestar laboral he escogido ésta, que me parece muy completa: “el bienestar laboral es un aspecto crucial de la salud y la satisfacción de los empleados, y puede tener un impacto significativo en la productividad, la retención del talento y el éxito general de una organización. Promover un ambiente laboral saludable y positivo es una responsabilidad compartida entre los empleadores y los empleados, y requiere un enfoque integral que aborde aspectos físicos, mentales, emocionales y sociales del bienestar.”
¿Dónde estamos hoy?
La salud de los espacios repercute en la salud de las personas que los habitan, se trate de espacios domésticos o laborales.
En las empresas, la calidad del entorno y el clima laboral son pilares capitales para la calidad del producto o servicio que la empresa brinda.
Al crear un entorno de trabajo que promueva la salud y el bienestar, las organizaciones pueden mejorar la satisfacción laboral, la retención del talento y el éxito general de la empresa.
Los aspectos relacionados con los espacios constituyen oportunidades para que las empresas familiares y las familias empresarias pongan en juego sus valores, y también tomen en consideración qué significan los espacios para la unidad familiar y el éxito empresarial.
Una sala de reuniones cómoda y con buen aislamiento acústico, un espacio para recibir adecuadamente a proveedores o clientes, un espacio para el trabajo de cada integrante de la familia (sea que trabaje full time o no), contar con pautas para el mantenimiento del orden y la limpieza, resultan claves para que el espacio de la empresa de familia sea una invitación a pertenecer y participar.
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*** Liliana Liberman nació en Buenos Aires y ha vivido media vida en esa ciudad y otra media en Madrid, donde reside actualmente.
Es Licenciada en Sistemas por la Facultad de Ingeniería de la UBA.
En Madrid se formó como Organizadora Profesional de Espacios, un mundo desafiante en el que se combinan orden y organización para procurar mayor armonía y calidad de vida a las personas.