Una empresa de familia puede estar compuesta por unas pocas personas que trabajan cotidianamente en la empresa, o la familia puede estar constituida por muchas personas de las cuales sólo unas pocas, o quizás ninguna, se desempeña en la empresa cotidianamente. En esos casos, el Consejo de Familia puede cumplir una función clave para el mantenimiento de las buenas relaciones y la continuidad.
Puede ocurrir, a partir de la Segunda Generación, y sin duda va a resultar imprescindible, que cuando la empresa esté en manos de la Tercera Generación Familiar resulte ser necesario un espacio que contenga a todos los miembros de la familia, sea cual fuere su relación con la producción cotidiana de la empresa o con la dirección. Ese espacio se denomina Consejo de Familia.
Este Consejo puede definirse como el ámbito en el cual se tratan todos los temas que vinculan a los miembros de la familia con el negocio familiar. Entre las incumbencias propias del Consejo de Familia podemos citar:
- La educación y capacitación de los miembros de la familia, para su entrada al negocio.
- La educación y capacitación de los miembros de la familia, para su exitosa inserción en la sociedad, sea que vayan a incorporarse a la empresa familiar o no.
- Los valores de la familia empresaria, y su aplicación en cada caso concreto.
- La resolución de conflictos entre miembros de la familia, en particular cuando no están ligados con el desarrollo empresario (ya que, normalmente, existen otros dispositivos para resolver conflictos intra-empresarios).
- Ser el espacio para la participación de los cónyuges respectivos.
- Generar la inducción para la participación de los miembros de la familia en la empresa.
- Mantener actualizada la documentación de la historia familiar (a través de publicaciones, fotografías, etc).
- Celebrar los eventos significativos de la empresa y de la familia (aniversarios, logro de objetivos, etc).
- Intercambiar con la Comunidad, con la mirada puesta en mantener y elevar el prestigio de la empresa.
El diálogo constante entre los miembros de la familia, sea que trabajen en la empresa o no, es una de las claves para mantener la confianza y poder superar los problemas colaborativamente.
John Ward, uno de los máximos especialistas internacionales en materia de empresas de familia, resume las responsabilidades del Consejo de la siguiente manera:
- Construir y mantener la comprensión de los valores familiares, la unidad y del éxito empresarial de los miembros de la familia.
- Construir y mantener efectivos programas de desarrollo personal y profesional, para todos los miembros de la familia, en el área que ellos elijan, y en especial para aquellos interesados en la gobernanza y el management de las empresas familiares y las inversiones familiares.
- Celebrar a la familia y abrazar la vida, la alegría personal, la diversión compartida, como parte de la identidad personal y familiar.
- Participar en la elección de miembros de la familia para dirigir el Consejo de Familia, en la empresa familiar y en las fundaciones de la familia.
- Establecer una estrategia de largo plazo para la diversificación de actividades y de inversiones.
- Ser un espacio de comunicación efectiva entre la familia y el Comité de Dirección de las empresas.
- Establecer y mantener un plan de sucesión efectivo para las posiciones clave en la empresa.
- Crear los modos a través de los cuales la historia y el conocimiento institucional del pasado y del presente serán accesibles a los miembros actuales de la familia y a las nuevas generaciones.
¿Cómo se constituye un Consejo de Familia?
Habitualmente, la constitución del Consejo tiene lugar en el marco de la formulación del primer Protocolo Empresario-Familiar.
Luego de mantener reuniones individuales y confidenciales con cada miembro de la familia, el Consultor que dirige el proceso agenda el momento más adecuado para reunirlos a todos, con la intención de crear un espacio de diálogo no controversial y agradable para los participantes.
Por lo tanto, así como en algunos casos la estructuración del Consejo de Familia puede ser uno de los primeros pasos en el proceso de elaboración del Protocolo, en otros casos se encuentra entre las acciones finales, porque para que su conformación sea exitosa es necesario limar asperezas y acercar posiciones.
Sea cual fuere el mejor momento, lo cierto es que la estructuración del Consejo de Familia no se limita a la elaboración de un reglamento para su funcionamiento, sino que requiere un consenso intenso entre los miembros de la familia empresaria, que permitirá elaborar la agenda más adecuada para cada familia, establecer la regularidad de las reuniones (que puede darse cada un mínimo de 4 meses y un máximo de 1 año), si habrá alguna persona permanentemente encargada de organizar los eventos del Consejo, cuáles serán los contenidos de las reuniones y quiénes serán los participantes.
Hay familias que le dan mucha importancia al Consejo de Familia. Lo convierten en una suerte de poder no formal, que modera las decisiones que se adoptan en la empresa, porque hay consenso en cuanto a que la mirada del Comité tiene un fuerte compromiso con la defensa de los valores y las mejores prácticas de la empresa.
En nuestra experiencia, el Consejo de Familia es uno de los dispositivos más adecuados para mantener vigoroso el Protocolo Empresario-Familiar.