Temas de Empresa & Familia

Ayudar al deseo

 

Es un tema clave en nuestro trabajo como consultores de empresas familiares ayudar a sus integrantes a resolver las naturales tensiones que se generan ante las dificultades que tienen para establecer acuerdos inteligentes.

“Ayudar al Deseo” es una propuesta que tiene la finalidad de ilustrar sobre la dinámica interna de los procesos de decisión,  y estimular reflexiones sobre lo que podemos y debemos hacer con nuestros deseos, en el marco de los naturales condicionantes por los que transita nuestra vida.

Para ello, nuestra tarea consiste en ayudar a encontrar alternativas útiles de solución que permitan lograr un equilibrio saludable entre lo deseado por cada uno y lo que es necesario hacer para lograr resultados efectivos.

El deseo es “caprichoso”: se manifiesta sin pedir permiso y cuando se hace presente, allí está y no es posible negociar con él.

No tiene sentido decirle a una persona “no debes desear esto, tienes que desear tal otra cosa”, pues esas palabras no podrán cambiar la realidad.

¿Qué es lo que, en cambio, podemos hacer?

Aunque el deseo es una manifestación del área emocional, si convocamos a nuestra dimensión racional algo bueno puede ocurrir.

 

 

Imaginemos una dinámica interna que nos permita reconocer cómo se produce la búsqueda de un equilibrio saludable entre estas áreas clave:

–  La emocional, que se manifiesta pulsionalmente como deseo, (Wikipedia nos aclara que “pulsional” significa que se trata de la energía psíquica profunda que dirige la acción hacia un fin, descargándose al conseguirlo).

–  La racional que es la que nos permite ejercer cierto control sobre nuestra  conducta manifiesta.

El siguiente esquema nos podrá ayudar a visualizar la dinámica interna que opera en la configuración de nuestra conducta.

El YO ACTOR, es quien como “jamón del sandwich” procura armonizar las fuerzas provenientes de nuestra estructura pulsional, responsable de impulsar nuestros deseos, y la racional, que promueve el control de las pulsiones.

De esta manera la conducta podrá ser satisfactoria, al mismo tiempo que aceptable para el interlocutor y dará lugar al desarrollo de vínculos saludables, ya que estarán basados en el respeto por los deseos del otro.

Es decir, se trata de que podamos desarrollar una buena interacción con los otros al mismo tiempo que satisfacer nuestros deseos.

                                                                          

 

Esta interacción podrá ayudar a ambos a ampliar la visión y facilitar el encuentro de más y mejores soluciones, siempre que esté claro que el deseo de convencer al otro no ayudará a encontrar las mejores decisiones.                                                 

Sí se favorecerá la creación de las mejores soluciones cuando el deseo esté claramente orientado a resolver las temáticas necesarias, más que el deseo de tener la razón sobre el interlocutor.

Como podemos observar es de gran importancia poder mantener un canal de comunicación bien lubricado entre el YO ACTOR y el YO OBSERVADOR, pues es éste quien podrá avisarle al primero de la necesidad de prevenir y producir los ajustes y correcciones necesarios para establecer un proceso de mejora continua en la calidad de los vínculos.

Obviamente que este dinamismo actúa también como moderador de nuestra conducta en relación con toda pauta cultural e institucional que opera como regulador indispensable para que podamos desarrollar una vida armónica.

 

*** Eduardo Larriera ha trabajado como Consultor y Coach con empresas Pymes, Familiares, multinacionales, instituciones educativas y de salud de Latinoamérica y España a lo largo de más de 40 años, desarrollando una fuerte experiencia en temas de Procesos de Cambio, Equipos Directivos, Mediación, Resolución de Conflictos y Liderazgo con directivos de primer y segundo nivel.
Actualmente es responsable de Psicoterapia y Coaching Mayéutico e integrante de CAPS Consultores.

 

 

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