¿Por qué dos hermanos, nacidos del mismo padre y de la misma madre, con apenas un año de diferencia de edad, criados con los mismos criterios, que han recibido una misma educación, son tan diferentes entre sí? Los estudiosos han tratado de dar respuesta a ese interrogante, a través de la Teoría del Orden de los Nacimientos.
Extraído de “Los Hermanos en la Empresa de Familia”, de Leonardo J. Glikin, Editorial Aretea, 2014, 2015, (librosparapymes.com.ar).
HERMANOS MAYORES
Los primogénitos suelen ser organizados y confiables. Muchas veces, perfeccionistas.
Las estadísticas demuestran que los primogénitos ocupan posiciones de gran autoridad, lo que incluye, también, el ejercicio de cargos docentes y de la magistratura.
Los primogénitos tienen en común que suelen ver las situaciones como extremos: blanco o negro.
Tienen, asimismo, un sentido muy desarrollado de lo que está bien y está mal y creen que hay una única manera de hacer las cosas.
Suelen ser líderes naturales.
Los libros pueden ser sus mejores amigos: actúan como más maduros de lo que indica su edad cronológica, al punto de que pueden ser pequeños adultos a los siete u ocho años.
Es propio del hermano mayor funcionar de manera independiente.
Al mismo tiempo, en particular en la adolescencia, el hermano mayor es el que “abre el camino”. Las peleas que debe mantener con sus padres respecto de horarios de vuelta a casa, controles familiares por ingesta de alcohol, o por características de las amistades, suelen ser más dramáticas que las que mantienen, años después, sus hermanos menores, quienes encuentran a sus padres más acostumbrados (por no decir resignados) frente a la adolescencia de sus hijos y su socialización.
Una cantidad mayoritaria de los presidentes de Estados Unidos han sido hermanos mayores.
Como los hermanos mayores tienen expectativas muy elevadas, es posible que les resulte costoso asumir fracasos. Es decir que, habituado al liderazgo y al manejo de papeles asimétricos, el primogénito puede naufragar frente a las reglas del juego que se imponen entre pares.
Todo lo que el primer hijo hace da que hablar. Este tipo de atención hace que quiera llegar más alto.
Al ser tomado muy en serio por familia y amigos, construye una gran confianza en si mismo.
La desventaja podría ser que, al ser el centro de atención, se desarrolla presión. Al tener hermanitos siempre se los usa a los mayores como los guardias: que se ocupen de cuidar a los más pequeños, que los vigilen, que los retiren de la escuela, etc.
Sin embargo, no muchos hermanos mayores disfrutan de ser niñeros.
Muchos padres olvidan que el primer hijo sigue siendo un niño, no un adulto, y les encargan todas las tareas de la casa, cuando, en realidad, incluso los más pequeños podrían ayudar.
A veces, los hermanos mayores son tan perfeccionistas, que ello puede convertirse en una limitación, en función de la elevada exigencia que supone.
Para el perfeccionista nada es suficientemente bueno. Al mismo tiempo, está seguro de que es perfecto en todo lo que hace, lo que supone, en definitiva, el riesgo de desconexión respecto de las exigencias del entorno, ya que puede ocurrir que se esfuerce mucho a cambio de no obtener reconocimiento..
Recordemos, en tal sentido, que “lo ideal es enemigo de lo bueno”, y, de la misma manera, el ideal de perfección conspira contra la búsqueda de la excelencia.
Algunos hermanos mayores no aceptan la “crítica del mercado”: se auto-exigen, pero también se auto-evalúan y auto-premian, con lo cual, no admiten la mirada de los demás respecto de sus propias acciones, y, por lo tanto, en la práctica carecen de indicadores prácticos para poder mejorar.
HERMANOS DEL MEDIO
Los ‘del medio’ suelen ser todo lo contrario de los hermanos mayores.
Si el primogénito es convencional, el segundo será muy poco convencional.
Son competitivos, leales y cultivan grandes amistades.
En la familia, no se los empuja tanto ni se espera tanto de ellos como del primogénito.
El resultado es que, si no se lo alienta lo suficiente, jamás alcanzará su potencial.
Suelen ser los negociadores que intentan mantener la paz.
Los del medio pueden sentirse aislados, ignorados e incluso insultados.
Una razón por la que no se habla mucho de los chicos “del medio”, es porque los psicólogos no saben mucho acerca de ellos. Son, de hecho, un poco misteriosos.
Sin embargo, sociológicamente son un grupo más numeroso que el de los menores o el de los mayores, porque la definición oficial de “hijos del medio” es “una persona nacida entre el primer hijo de una familia y el último”.
O sea que, en las familias con más de tres hijos, hay más de un hijo del medio, mientras que sólo hay un mayor y un menor.
Los del medio suelen sentir que llegaron tarde para los privilegios, como tuvo el primer hijo, pero llegaron muy pronto para la bonanza de la que disfrutan los últimos hijos.
Nótese que, desde que nace su primer hermano, el primogénito sigue siendo “el mayor”, y nada lo sacará de esa posición.
En cambio, “el del medio” es el menor…hasta que nace el hermano siguiente. Importante cambio de posición, a veces a una edad muy temprana, que lo lleva a identificarse más con el mayor, o más con el recién nacido…o aislarse.
Los hijos nacidos en el medio suelen salir mucho más con su grupo de amigos que cualquier otro de sus hermanos. No es sorpresa, ya que se sienten poco entendidos en la casa, y es por eso que necesitan amigos que los hagan sentir especiales.
Suelen ser leales, y comprometerse con lo que dicen.
HERMANOS MENORES
El último hijo tiene la característica de ser sociable, poco complicado, espontáneo, con gran humor y habilidades.
Aunque son la pequeña estrella de la familia, para ellos puede no es divertido ser el más chico, porque eso puede significar que pasan mucho tiempo vistiendo ropa usada, increíblemente fuera de moda o muy grande.
Ser el más chico significa que es el más molestado, el juguete de sus hermanos, al que le ponen nombres molestos, y al que le cuesta ser tomado seriamente cuando crece.
Los más chicos de una familia son típicamente los más extrovertidos, encantadores y, al mismo tiempo, manejadores.
Son también afectivos, poco complicados y a veces también tienen la mente ausente. Tienen una forma de llevar la vida del tipo ‘¿Preocuparme? ¿De qué?’
Suelen ser los animadores en los eventos sociales.
Además de ser encantadores y afectivos, pueden ser rebeldes, temperamentales, malcriados, impacientes e impetuosos.
Los hermanos menores son fuente de mucha crítica, y a veces de reclamos, por parte de los hermanos más grandes:
“Mamá siempre lo sobreprotege”
“Es el más inteligente de nosotros, pero nunca se compromete con nada”.
“No hay manera de lograr que cumpla lo que dice”
“Siempre encuentra una excusa para no cumplir”
“Nadie le pone límites”.
Todas estas son frases aplicables a muchos hermanos más chicos.
Del lado de los últimos hijos podrás encontrar muchos comediantes, o actores, incluyendo a Eddie Murphy, Danny DeVito, Jim Carrey, Steve Martin, e incluso Charlie Chaplin.
Los padres enseñan a sus hijos más grandes todo lo que tienen para enseñar, y para el momento en que llega el último hijo, dejan que él aprenda todo por si mismo.
Cuando el más chico aprende a atarse los cordones, es normal que los padres hablen de cómo fue cuando el primero lo hizo, o que lo comparen y digan ‘¿Por qué todavía no hizo tal cosa? ¡El primer hijo lo hizo a los dos años y medio!’
No es sorpresa, por lo tanto, que el último hijo desarrolle una actitud de ‘ya van a ver quién soy’.
LOS HIJOS ÚNICOS
Este es un libro de hermanos. Se podría suponer que ningún hijo único debería estar leyéndolo.
Sin embargo, es posible que algunos hijos únicos lo lean, para entender la relación de sus padres y sus tíos, o la relación de sus hijos entre sí.
Por eso, vamos a hacer una breve descripción de las características de los únicos hijos.
Los hijos únicos tienen una mezcla de las características de los mayores, los del medio y los menores.
En gran medida, resulta significativa la historia que rodea su condición de único hijo: si es único como consecuencia de:
- el fallecimiento de un hermano,
- la pérdida de embarazos anteriores por parte de la madre,
- si nació sin experiencias de pérdidas anteriores, pero luego se produjo una imposibilidad de concebir nuevos hijos,
- o se perdieron embarazos posteriores,
- o murió un hermano más pequeño,
- o finalizó la relación entre los padres.
Es probable que las características dominantes de cada único hijo respondan a las circunstancias de su propia historia, por lo que son muy diferentes los únicos hijos según la causa principal por la que no tienen hermanos.
APLICACIONES DE LA TEORÍA DEL ORDEN DE NACIMIENTO RESPECTO DE LA EMPRESA DE FAMILIA.
La información que nos brinda el Orden de Nacimiento es un dato más a tomar en cuenta en la estrategia de formación de los hermanos, para su interacción más adecuada en la empresa de familia, para la formación de equipos, la identificación de líderes, e, incluso, para comprender con mayor claridad la tendencia de algunos de ellos de no involucrarse.
Sin que convirtamos a la Teoría del Orden del Nacimiento en un indicador infalible, nos brinda herramientas para comprender mejor la realidad de cada uno.