Temas de Empresa & Familia

El comité de dirección y el protocolo familiar

 

Cuando una familia empresaria decide encarar la elaboración de un protocolo familiar, suele tener deseos de orden y continuidad de la empresa familiar. Uno de los grandes hitos del proceso  de elaboración del Protocolo Familiar es la constitución y práctica del Comité de Dirección, una de las claves para el éxito  de la empresa en el largo plazo.

 PARA QUÉ SE HACE UN PROTOCOLO FAMILIAR

La familia empresaria suele encarar el Protocolo Familiar para poner orden respecto de ciertos temas específicos, como por ejemplo:

  • Los criterios de admisibilidad de hijos y sobrinos para participar en la empresa.
  • La relación empresarial con los parientes políticos.
  • La participación de los miembros de la familia en caso de fallecimiento de alguno de los actuales titulares del capital.
  • Las retribuciones de los familiares
  • Los comportamientos que se esperan de los miembros de la familia.

Habitualmente, en ese momento la familia empresaria todavía no avizora el cambio profundo y positivo que puede darse en el modo de dirigir la empresa.

Seguramente, hasta ese momento no ha existido un mecanismo acordado para la toma de decisiones, y, quizás, las cuestiones del día a día estén resultando dominantes y, por lo tanto, son las que absorben todo el tiempo y la energía, mientras se postergan las decisiones estratégicas, que son las que en realidad determinan el futuro de la empresa.

A través del proceso de elaboración del Protocolo Familiar, la familia empresaria podrá resolver todos los temas que históricamente no han sido tratados, y establecer las normas que van a regir las relaciones personales entre sus integrantes, las relaciones laborales o profesionales y las recompensas que a cada uno le habrá de corresponder.

 

 

EL COMITÉ DE DIRECCIÓN, EL DIRECTORIO, LA REUNIÓN DE SOCIOS.

En ese marco, es posible que encuentren algo más: un mecanismo para dirigir la empresa que garantice su continuidad en el tiempo, porque sólo con integrantes de la familia motivados y entrenados para superar situaciones de diferencias de criterio y tomar buenas decisiones, es posible llegar forjar la empresa realmente deseada.

Las sociedades anónimas contemplan un dispositivo de dirección, denominado Directorio; las sociedades de responsabilidad limitada contemplan la reunión de socios, para cumplir esa función.

Sin embargo, en la práctica, tanto el Directorio como la reunión de socios quedan condicionados por el enfoque impositivo y de responsabilidad que en cada momento de la historia se les atribuye: a veces, los directores deben tributar grandes impuestos por serlo; en otros momento, el puesto de Director se ejerce casi sin costo, y hasta se convierte en el modo más adecuado de retirar dinero de la empresa, si el retiro de dividendos se encuentra castigado por el sistema impositivo.

Por lo tanto, a fin de no contaminar algo tan importante, como es la dirección de una empresa Pyme, con cuestiones impositivas o de responsabilidad personal, es que dejamos al contador de confianza determinar cuántos miembros debe tener el Directorio, y hasta quiénes deben ser, pero reservamos las decisiones efectivas de la empresa para que las cumpla un dispositivo específico: el Comité de Dirección.

 

 

Para el éxito del Comité de Dirección es imprescindible que los miembros de la familia empresaria acepten la idea de que, en el futuro, la dirección de la empresa no va a poder manejarse de la misma manera que en el pasado.

Si hay un líder único que toma decisiones;  o si hay feudos que no se relacionan entre sí (un hermano a cargo de cada área, pero sin intercambio de ideas o información), o en cualquier otro supuesto en que no exista una dirección con reglas claras, es imprescindible establecer una nueva manera de relacionarse en la empresa.

El primer punto, en consecuencia, consistirá en establecer el por qué y el para qué del Comité de Dirección. En otras palabras, cuál es su misión, cuál es su razón de ser.

El punto siguiente consiste en determinar de común acuerdo qué va a lograr la empresa, y la familia empresaria, a través del funcionamiento sistemático del Comité de Dirección.

Acto seguido, deberá definirse quiénes van a participar en este nuevo dispositivo. Todos los miembros de la familia que se desempeñan en la empresa? Los que actualmente son titulares de capital? Los que tienen alguna función gerencial?

 

 

Luego, hay que definir pautas de funcionamiento:

  • Con qué frecuencia
  • En qué horario
  • A lo largo de cuánto tiempo
  • Cómo se establece el temario
  • Quién coordina la reunión
  • Cómo se realiza el seguimiento de los temas abordados.

Todo lo expuesto debe ser materia de un acuerdo entre los integrantes de la familia empresaria, para el cual es necesario tener en cuenta los dos grandes límites: por un lado, hacer del Comité un espacio demasiado exclusivo, lo divorcia de muchos miembros de la familia, en caso de que no haya una política participativa en funcionamiento; por el lado opuesto, una actitud demasiado abierta, y una invitación incondicionada a formar parte del Comité de Dirección, puede llevar a que sea un organismo burocrático, sin un sentido real de compromiso de parte de sus integrantes, y, por lo tanto, condenado a desaparecer en poco tiempo.

 

 

 

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El desarrollo de la Planificación Sucesoria en Argentina

 

Desde la publicación de Pensar la Herencia en 1995, y la fundación del Consejo Argentino de Planificación Sucesoria Asociación Civil, se ha recorrido un largo camino, que permite a las personas tomar las mejores decisiones respecto de su patrimonio y sus valores inmateriales más importantes.

¿Qué es la Planificación Sucesoria?

 Básicamente, consiste en tomar los asuntos de la vida teniendo en cuenta la posibilidad del retiro y la certeza de la muerte.

Una definición más completa requiere centrarse en un sujeto, el heredante, es decir, todo aquel que alguna vez será heredado, y que, por lo tanto,  toma medidas para prevenir conflictos y prever el futuro de la mejor manera.

Desde esa perspectiva, la Planificación Sucesoria es “un conjunto de estrategias para que la transmisión hereditaria responda a los intereses y deseos del heredante, y las necesidades de su entorno afectivo, en un marco de equidad”.

La ley, la educación y la práctica

Mucho ha evolucionado la ley desde aquel puntapié inicial de 1995, con Pensar la Herencia y con una definición de Planificación Sucesoria en la Enciclopedia Jurídica Omeba.

A título meramente enunciativo:

  • El nuevo Código Civil y Comercial brinda nuevas posibilidades para planificar la sucesión, porque brinda un mayor margen de libertad al heredante: el que tiene hijos, puede disponer libremente del 33,33 % de su patrimonio, frente a apenas el 20 % con el viejo Código Civil; quien no tiene hijos, pero tiene a sus padres, puede disponer libremente de la mitad del patrimonio, en tanto que antes sólo disponía de la tercera parte.
  • También se establecen las pautas en función de las cuales un heredero puede adquirir bienes de la sucesión, a través de la figura de la licitación.
  • Al permitirse diferentes regímenes matrimoniales, y al dar la posibilidad de los convenios de convivencia, el Código genera distintas alternativas para el manejo del patrimonio en la pareja, tanto mientras ambos viven, como después del fallecimiento de alguno de ellos.

 

Por otro lado, cada vez con mayor asiduidad se ofrecen cursos y diplomaturas de Planificación Sucesoria.

Diversos profesionales (en especial, abogados y escribanos) incluyen la Planificación Sucesoria entre los servicios que ofrecen a sus clientes.

Todo ello nos lleva a un cuadro de expansión de la práctica, que seguramente se habrá de multiplicar en los próximos años.

Los cuatro pilares 

Identificamos cuatro pilares fundamentales de la Planificación Sucesoria, que abarcan las motivaciones disímiles de las personas, a cada edad y en cada circunstancia de la vida, para planificar:

  • La protección
  • La armonía
  • La proyección
  • La trascendencia

Los analizaremos por separado:

La protección 

Significa arbitrar los medios necesarios para que:

  • Los seres queridos no sufran un deterioro en sus condiciones materiales de vida como consecuencia de la desaparición de su proveedor de ingresos.
  • El patrimonio no se vea afectado por un impacto impositivo derivado del fallecimiento del titular.
  • En caso de que el heredante tenga una larga sobrevida sin generar ingresos, que esto no produzca una alteración en su calidad de vida y en la de su familia.

 

La armonía

Consiste en adoptar medidas tendientes a:

  • Evitar conflictos entre miembros de la familia.
  • Definir los principios éticos del heredante, que, en general, se basan en:
    • Mantener la igualdad entre los hijos.
    • Propender a la equidad, tendiendo a compensar situaciones de diferencia.
    • Premiar el mayor esfuerzo de algunas personas.
    • Compensar por la presencia y asistencia recibida de algunos hijos u otros seres queridos, en especial en la vejez o durante una enfermedad.
    • Compensar a quien haya sido afectado por los condicionamientos de la vida (por ejemplo, un hijo que padece una enfermedad incapacitante, o algún ser querido que tuvo una mala experiencia matrimonial y, por lo tanto, tiene una vida poco feliz, aunque tenga los recursos económicos para sustentarse).
  • Dar a cada uno lo que le corresponda sobre la base de los principios éticos del heredante.
  • Tratar de armonizar tales principios del heredante con lo que puede ser aceptado por los herederos, lo que ayudará a evitar un mal recuerdo en el marco de los afectos. En otras palabras, intentar soluciones por consenso.

 

 

La proyección 

Entre los valores más apreciados de una persona se encuentra lograr que sus propios proyectos puedan seguir adelante.

En el caso de las empresas esto ocurre cuando algún individuo se plantea cómo conseguir que se continúe más allá de su esfuerzo personal, tratando de evitar con ello que la organización padezca el impacto de la falta de su aporte personal.

En esos escenarios, el empresario se está planteando su propio exiting, o sea, la estrategia para la salida personal de la empresa y la búsqueda de personas comprometidas para poder llevarla adelante.

Pero también está comprendido el riesgo de no poder retirarse: de que, por alguna contingencia, una persona no pueda seguir adelante con su empresa o con sus proyectos.

“Empezar con el fin en la mente” es un sano principio que implica poder prever las contingencias, e imaginar la manera de resolverlas.

La trascendencia

Sea a través de actos filantrópicos, o de la consolidación de ciertos proyectos personales, lo cierto es que satisfacer las necesidades de trascendencia significa responder de la manera más efectiva posible a algunos de los valores más importantes de los seres humanos.

Trascender significa, por ejemplo, que el propio nombre bautice un proyecto, o que el esfuerzo del presente rinda sus frutos en el futuro lejano (por ejemplo, al garantizarse la educación de los nietos o de los bisnietos).

Muchas veces, quienes se focalizan en el pilar de la trascendencia, ya tienen íntegramente resuelto el pilar de la protección.

 

 

CONCLUSIONES

Uno de los grandes desafíos de Pensar la Herencia fue lograr que el libro no se quedara solamente en un aporte intelectual, sino que sirviera para la acción.

Recorrimos desde entonces un largo camino, que, día a día, concita la atención de más personas, dispuestas a tomar acción en función de cuestiones realmente importantes: la protección del patrimonio y de los afectos.

Si quiere conocer o  profundizar en el tema, consulte: Manual de Planificación Patrimonial y Sucesoria para Asesores de Seguros de Vida, Leonardo J. Glikin, Aretea Ediciones, 2016

 

 

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Educarse en empresas familiares

 

Las estadísticas dicen que sólo el 15 % de las empresas familiares pasan exitosamente de primera a segunda generación, y apenas el 6 % se mantienen en tercera generación.

¿Son ciertas? Seguramente, ciertas pero desactualizadas, gracias al valor estratégico de la educación y la consultoría para preservar las empresas familiares a lo largo de las generaciones.

 Hace muchos años, cuando todavía la educación en empresas familiares no estaba tan difundida, un empresario me dijo: – quiero favorecer a mi yerno, que es un pibe bárbaro. Voy a comprar un negocio para que él lo maneje y sea mi socio –.

No parecía muy interesado en mi opinión al respecto, pero igual le dije: – tenés dos hijas y un hijo…cuál es tu plan de apoyo a los otros parientes políticos? –

  • Mi hija del medio no tiene novio, y, la verdad, a la novia de mi hijo mucho no me la banco. –  

La historia siguió como Uds. se imaginan: el empresario compró el negocio, al poco tiempo tuvo una fuerte pelea con su hijo (porque pretendía que su novia entrara a trabajar en la empresa) y, años después, el conflicto fue con su hija del medio, que se había puesto de novia con un simpático rockero, también necesitado de un buen trabajo.

Probablemente estas situaciones no volverían a ocurrir en el presente, con el grado de conciencia actual respecto de los riesgos que corre la familia empresaria por decisiones que se adoptan con las mejores intenciones, pero que generan inequidad.

Esa conciencia es fruto de la difusión de la temática de las empresas familiares, y de los procesos de educación de sus integrantes, a través de diversos programas que se desarrollan en universidades y en cámaras empresarias.

Nuestra experiencia abarca charlas de concientización en la comunidad Vistage y el Programa de Empresas Familiares en la Universidad Torcuato Di Tella.

En ambos casos, la exposición de casos y el análisis de situaciones que atraviesan las familias a lo largo de su historia ayudan a otros integrantes de familias empresarias a no cometer los mismos errores, y a adoptar las mejores prácticas para el desarrollo de la empresa y el bienestar familiar.

Ocurre que la empresa y la familia son dos organizaciones que tienen componentes diferentes (no todos los que están en la empresa son familiares, y no todos los familiares están en la empresa) y también tienen finalidades diferentes: la empresa tiene una finalidad de éxito y lucro, en tanto que la familia tiene como propósito el bienestar de sus integrantes y su desarrollo personal.

 

 

Nuestro programa en la Universidad Torcuato Di Tella busca satisfacer los siguientes objetivos:

  • Identificar los elementos distintivos de las empresas de familia y de las familias empresarias.

Probablemente, este punto arroje luz a cada uno de los participantes, en función de su propia experiencia y el intercambio con otros empresarios o hijos de empresarios.

  • Conocer las distintas etapas de la empresa de familia, a fin de hacer los aportes organizativos propios de cada etapa.

Para el éxito de la empresa, es necesario identificar con la mayor claridad posible en qué etapa de desarrollo se encuentra, de la misma manera que, en la sociedad, no tratamos de igual manera a un niño, a un adolescente y a un adulto, quienes tienen diferentes necesidades y expectativas, diferentes metas y distintas maneras de lograrlas.

  • Formular un modelo sustentable de consolidación y traspaso generacional

Pensemos que la empresa de familia tiene como finalidad principalísima su continuidad. Desde esa perspectiva, poder diseñar el modelo en función del cual pasará de una generación a otra resulta clave para adoptar medidas coherentes, que ayuden a la comprensión y unidad familiar.

  • Nutrirse de las mejores prácticas de otras empresas

Desde la primera versión de este Programa lo hemos encarado como un espacio interactivo, con importante participación de los asistentes, a fin de poner de manifiesto sus propias experiencias e ideas, lo que ayuda a una mejor comprensión de cada tema, al ligarlo con las propias vivencias y las de otras familias empresarias.

  • Comprender el marco legal, para poder utilizar los instrumentos más adecuados.

Actualmente tenemos a disposición el nuevo Código Civil y Comercial, para forjar soluciones sustentables en el largo plazo. Sin embargo, tomemos en cuenta que el modelo que naturalmente protege el Código no es el mejor para muchas empresas familiares, y que, por lo tanto, hay que conocer profundamente el sistema legal para determinar con claridad cómo llegar a los objetivos.

 


Programa de Estudios

 

Módulo 1: EMPRESA Y FAMILIA, MODELO PARA ARMAR

El modelo de los tres conjuntos: familia, gestión empresarial y propiedad.

Tipos de empresas de familia y su viabilidad presente y futura. El Grupo empresario-familiar.

Etapas de desarrollo generacional: el fundador, coexistencia con segunda generación, sociedad de hermanos, consorcio de primos.

Planificación del traspaso generacional en la empresa de familia y en la familia empresaria. 

 

Módulo 2: EL SALTO DEL DUEÑO

Qué significa profesionalizar una empresa de familia.

El proceso, paso a paso.

Barreras y resistencias, y cómo superarlas.

Las dimensiones de la Estrategia, las Personas, los Procesos y la Información.

 

Módulo 3: HERMANOS Y HERMANAS EN LA EMPRESA DE FAMILIA

Aspectos psicológicos y sociológicos involucrados.

El orden de los nacimientos, y su impacto en la empresa.

Herederos y sucesores en la empresa de familia.

Herman@ que dirige, que acompaña, que se opone, que está ausente.

Hermanos y hermanas…políticos. 

 

Módulo 4: TRABAJAR EN (Y CON) LA EMPRESA DE FAMILIA

Pautas para el ingreso, la permanencia y el egreso de miembros de la familia.

Las pasantías en la empresa.

El plan de carrera. Las pautas de retribución.

La responsabilidad social familiar: soluciones para un familiar desocupado.

Los otros roles de los familiares: consultores externos, proveedores, etc…

 

Módulo 5: DIRIGIR Y GERENCIAR

Conceptos de gobernancia, dirección y gerenciamiento.

Mecanismos de control.

El organigrama y las descripciones de funciones, objetivos y responsabilidades.

Gerentes y directores no familiares.

Directorio, Comité de Dirección y Consejo de Familia. 

 

Módulo 6: INSTRUMENTOS PARA EL ENCUADRE LEGAL

Los acuerdos societarios para la consolidación y la continuidad: su valor legal.

El protocolo empresario-familiar: ¿cuándo, cómo, para qué?

El convenio de continuidad empresaria.

Fideicomisos de protección empresaria y familiar.

La sindicación de acciones.

Otros pactos societarios.

 

Módulo 7: PREVENIR Y RESOLVER CONFLICTOS

Los conflictos: sus orígenes y desencadenantes.

Los temas clave: la retribución, el plan de carrera, la toma de decisiones, las incumbencias, el manejo del dinero.

Mecanismos de prevención y resolución.

La Planificación como método para evitar conflictos.

 

Módulo 8: EL ARTE DE DEJAR LA EMPRESA SIN DEJAR LA VIDA

¿Es posible retirarse de la empresa de familia?

La definición del retiro a medida de cada uno, y cómo lograrlo.

Valuar la empresa: el valor consensuado, la valuación activa. Aplicaciones.

Vender la empresa o la participación societaria.

La donación y otros modos de transferir la propiedad. 

 

Metodología

Exposición con referencia constante a casos prácticos, y taller dinámico para el debate de situaciones propuestas por los participantes, a fin de aplicar los conocimientos teóricos y encontrar soluciones útiles.  

 

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Crisis y conflicto en la empresa familiar

 

Expectativas que no se cumplen; decisiones que no se comparten; miradas diferentes respecto del futuro, desatan conflictos entre quienes dirigen la empresa, o entre los miembros de la familia empresaria. Cómo actuar, antes de que la sangre llegue al río.

Son muchas las empresas que, pese a una inflación del 50 % anual, están facturando lo mismo a valores nominales, en pesos,  que hace un año. Otras, ni siquiera lo logran.

En muchos casos esta realidad es devastadora respecto de la rentabilidad actual, y llega a afectar, incluso, la sustentabilidad presente y futura de la empresa.

¿Qué pasa con las relaciones personales, en el marco de la crisis?

Distintos niveles de compromiso con el presente y el futuro de la empresa; diferentes actitudes frente al riesgo; miradas divergentes respecto de las causas y las consecuencias de  la realidad, desatan conflictos que, en algunos casos, incluso ponen en tela de juicio la continuidad de la empresa, y, en otros casos,  la posibilidad de seguir juntos, en una convivencia forzada de personalidades y modos de pensar diferentes.

Quiérase o no, la crisis afecta el humor y la paciencia de las personas, y, por lo tanto, todos quedan más expuestos a un choque personal que cuando las cosas fluyen normalmente.

Estos son los momentos en que la templanza y el sentido común pueden resultar la llave para evitar males mayores, y, probablemente, para encontrar la salida al laberinto.

 


¿Cómo enfrentar los conflictos?

En la compleja trama de relaciones entre familia y empresa,  los conflictos suelen tener orígenes en común, que Dennis Jaffe, autor de Trabajar con los seres queridos (El Ateneo, 1995) expone de la siguiente manera:

1.- Violación del sentido de equidad o justicia

Toda la gente crece y se desarrolla con un sentido de lo que es equitativo, de lo que debe esperarse de la familia y de la empresa. Presunciones tales como “todos los niños deben ser tratados con equidad” son artículos de fe, pero frecuentemente se los interpreta con criterios diferentes. Sin embargo, un trato igual, especialmente en la esfera de los negocios, se convierte en un problema debido a la diversidad de aptitudes, actividades y circunstancias existentes.

El autor sostiene que “lo que es justo y equitativo depende del trato que uno recibe cuando se siente lastimado”.

 

 

2.- Falta de reconocimiento

Explica Jaffe que este problema surge en una empresa familiar cuando una persona siente que su aporte, su capacidad o su talento pasan inadvertidos para los demás, especialmente los padres, que pueden criticar o ignorar sus logros.

3.- Sentimiento de impotencia

Este sentimiento, estrechamente relacionado con la sensación de no ser apreciado, surge cuando la persona siente que no tiene ninguna repercusión sobre los otros miembros de la familia, quienes no escuchan, o no tienen en cuenta, sus consejos, sus ideas y opiniones.

4.- Confusión de los roles empresariales y familiares

Los miembros de la familia hablan unos con otros sin tener plena conciencia del rol que representan, y generan, por lo tanto, una confusión entre los cargos y funciones empresariales y el papel que a cada cual le toca jugar en el ámbito familiar. 


Planificar para evitar y resolver conflictos

 


Planificar consiste en diseñar el futuro deseado y los caminos efectivos para lograrlo, tal como sostiene Herny Mintzberg, en “Ascenso y caída de la planificación estratégica”, The Free Press, NY, 1994.

La planificación es un proceso, es decir, un conjunto de acontecimientos articulados entre sí, que ocurren a lo largo de un tiempo determinado. No es un evento que sucede en un momento único; se parece más a una película que a una fotografía.

El proceso de planificación comprende:

  • Identificación del área donde se ha de planificar (planificación estratégica, planificación financiera, planificación urbanística, planificación escolar, planificación sucesoria, etc).
  • Diagnóstico de la realidad actual en esa área.
  • Identificación y análisis de las causas que llevan a la realidad en análisis.
  • Prospección, o sea, descripción de escenarios futuros, y su probabilidad de ocurrencia.
  • Análisis de las consecuencias de la conformación de esos escenarios futuros.
  • Identificación de los caminos para modificar la realidad, en el sentido deseado.
  • Implementación de las medidas seleccionadas.
  • Control de los resultados, y, cuando ello es posible, adaptación del plan a la realidad observada.

La planificación puede ser un método muy útil para prevenir y resolver conflictos.

En particular, cuando esos conflictos tienen su origen en una realidad económico-social que no podemos modificar en forma individual.

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>>> Para profundizar en el tema ver La planificación sucesoria en la prevención y resolución de conflictos en  empresa y familia, capítulo de Leonardo Glikin en “Negociación, Mediación y Arbitraje en la empresa familiar”, dirigido por Eduardo Favier Dubois, colección IADEF, editorial Ad-hoc, 2012. 

 

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Proyecto de reformas al código civil y comercial. El protocolo familiar en la ley argentina

                                                                                            

En noviembre de 2018, una Comisión designada por el Ministerio de Justicia de la Nación presentó un proyecto de reformas al Código Civil y Comercial en el que se incluye expresamente la definición y práctica del Protocolo Empresario-Familiar. Independientemente de la suerte del Proyecto, este es un hito significativo en la historia del Protocolo y de las empresas de familia.

 No lo grite, no lo cante, no se abrace”, era la inolvidable advertencia de un conocido relator de fútbol, cuando una jugada de gol no se había concretado.

Iguales palabras debemos usar respecto del proyecto de reforma del Código Civil y Comercial, propuesto por una comisión que fue formada en marzo de 2018 por el Ministerio de Justicia de la Nación, y que ha presentado sus conclusiones en noviembre de 2018.

El proyecto de reformas abarca diversos aspectos significativos del Código que entró en vigencia en 2015, en la mayor parte de los casos con la finalidad de aclarar conceptos, para generar mayor certeza jurídica, o para profundizar tendencias que no habían sido convenientemente desarrolladas, como es el caso de la consolidación y traspaso generacional en las empresas de familia.

En este artículo nos concentraremos en la reforma al artículo 1010, el más significativo en materia de continuidad de las empresas familiares, y en el art. 2461, que resulta un complemento imprescindible a fin de corporizar en la práctica los derechos contemplados.

Decíamos en 2015, al comentar el impacto del  Código Civil y Comercial en las empresas familiares: [1]

El Código Civil y Comercial ha sido elaborado por juristas, magistrados y abogados que  pusieron énfasis en aumentar la libertad individual, la igualdad, el valor social de la propiedad y reducir la litigiosidad, objetivos loables que campean en el nuevo texto legal.

Sin embargo, conspira contra esos objetivos que, en muchos casos,  las fuentes de inspiración de las normas no se encuentran en la realidad cotidiana, sino en los expedientes judiciales.

Un ejemplo de esta afirmación es  el llamado (y ya famoso) “divorcio express”, que es, en realidad, un divorcio “no exprese”: no exprese la causa del fracaso matrimonial, no exprese su dolor, no exprese su frustración. 

 

 

Probablemente, el nuevo régimen ayudará a combatir el flagelo de la violencia doméstica, pero no evitará, por sí mismo, la violencia familiar, si no se construyen espacios para que las personas puedan tramitar el duelo por la finalización de la relación de pareja, y canalizar sus reclamos personales y morales de una manera adecuada y con apoyo institucional.

En el ámbito específico de la empresa de familia, el Código brinda muchas herramientas que dan respuesta a los casos litigiosos más habituales, pero no brinda suficientes recursos para el crecimiento y la consolidación de aquellas empresas familiares en las que prima el amor, la comprensión, y el deseo compartido de evitar conflictos.

Nos toca a nosotros, como operadores del Derecho y de las relaciones entre la empresa y la familia, reflexionar profundamente sobre el alcance de los cambios, para ayudar a su mejor aprovechamiento, que, necesariamente, incluye una labor transdisciplinaria en pos de empresas exitosas y familias felices.

La reforma propuesta al art. 1010 y al art. 2461 del Código Civil y Comercial constituyen un avance contundente hacia la consolidación de la defensa de las empresas familiares.

Para ello, la propuesta de reforma introduce, por primera vez en la legislación latinoamericana, el Protocolo Familiar.

Y lo define como “un acuerdo de voluntades, o conjunto de acuerdos, que los titulares de una explotación productiva familiar celebran entre sí o con terceros con los que guardan vínculos familiares, que puede tener por objeto establecer:

  • un código de conducta
  • un modelo de comunicación y consenso en la toma de decisiones,

con la finalidad de gestionar de materia unitaria y preservar a  largo plazo

  • la organización corporativa
  • las relaciones profesionales y económicas entre la familia y la explotación productiva.

 

 

¿Qué puede incluir el protocolo?

El protocolo puede incluir disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de otros herederos (por ejemplo, los que no van a participar en el negocio, sea porque no hay una vocación por parte del heredero, o le falta formación, o porque, al ser un pariente político, su presencia puede poner en riesgo la continuidad de la empresa en el seno de la familia consanguínea.

Así, por ejemplo, a través del protocolo se puede disponer que los futuros titulares de la empresa sólo pueden ser miembros de la familia consanguínea, y que, si un cónyuge resultara heredero, tendrá la obligación de vender sus derechos hereditarios a los parientes consanguíneos sobrevivientes.

A su vez, esta clase de acuerdos pueden ser sustentados financieramente a través de un seguro de vida (llamado “seguro de continuidad empresaria”).

Es significativo destacar la pauta de interpretación contenida en el art. 1010 quater:

“en la interpretación de las cláusulas del protocolo los jueces privilegiarán el interés en la continuidad de la explotación productiva familiar”.

Esto significa que, frente a la tensión entre un derecho individual de un heredero, y la posibilidad de continuación de la empresa, los jueces deben resolver la situación dilemática en beneficio de ésta.

 

 

Un cambio copernicano: el nuevo art. 2461

Todo lo propuesto para la reforma del artículo 1010 tiene una manifestación práctica trascendente en el nuevo artículo 2461, que establece que, si se realiza una donación, aquellos futuros herederos que hubieran prestado su consentimiento no pueden cuestionarla en el futuro, lo cual implica receptar en la práctica el principio de buena fe, la trascendencia de los actos propios, y dar seguridad jurídica, por ejemplo, a aquellos herederos que toman la responsabilidad de hacerse cargo de una empresa, y la hacen crecer, incluso en la vida del donante.

De esta manera, se evitarán los cuestionamientos oportunistas de quienes, en su momento, se consideraron satisfechos con una determinada distribución del patrimonio, y luego, al ver crecer las empresas que recibieron sus hermanos (muchas veces, por el propio esfuerzo de ellos) pretenden desconocer la distribución realizada por los padres.

Conclusiones:

Pese a que, en general, no es deseable que un Código Civil y Comercial sufra reformas permanentes  o muy próximas en el tiempo, dado que ello atenta contra la seguridad jurídica, en este caso  el  texto propuesto  brinda aclaraciones y soluciones de trascendental importancia en el campo de la empresa familiar.

[1] Impactos del Nuevo Código Civil y Comercial en las empresas familiares, una visión general, por Leonardo J. Glikin, en el libro colectivo dirigido por Eduardo Favier Dubois, “La empresa familiar en el Código Civil y Comercial”, editorial Ad-hoc, 2015.

 

 

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La igualdad dinámica

 

Estamos viviendo tiempos de cambio en la relación entre hombres y mujeres, y esto lleva a la necesidad de una profunda reflexión en las empresas de familia.

Aquí ofrecemos un caso desarrollado en “Iguales y Diferentes, los espacios de la mujer en la empresa de familia”. 

Padres decididos a la igualdad

Ricardo fundó hace cuarenta años lo que hoy es una exitosa cadena de negocios minoristas.

A medida que sus dos hijos, Ariel y Marcela, terminaron sus carreras universitarias, se incorporaron a la empresa. Siempre trabajaron codo a codo y fueron, en gran parte, el motor del crecimiento: pasaron de tener un solo local alquilado a poseer seis locales propios y la posibilidad de establecer una franquicia.

Próximo a cumplir sus 40 años, y ya a cargo de la gerencia general, Ariel se ha planteado que le parece injusto que haya tan poca diferencia entre sus ingresos totales y los de su hermana, dado que Ariel se desempeña full time en la empresa y es a quien se llama cuando hay una emergencia de cualquier tipo. Marcela, por su parte, está criando a su pequeño hijo y, hace tres meses, anunció un nuevo embarazo.

 

 

– Hay momentos en los que siento que mayormente estoy trabajando para mi hermana –dice Ariel–. Me gustaría que me reconozcan mi mayor participación. Se me ocurre que, quizás, me podrían dar una porción mayor de acciones…

Marcela reconoce que su hermano trabaja mucho más que ella, pero aclara: – Yo no podría mantener mi nivel de vida con menos de lo que gano. Y yo soy tan hija (y, por lo tanto, heredera) como mi hermano. – .

El padre de ambos ha tomado cartas en el asunto, porque advierte la disconformidad de Ariel y la incomodidad de Marcela. Por lo tanto, Ricardo convocó a su ex esposa, madre de sus hijos y todavía accionista en la empresa, para poder llegar a una conclusión consensuada. – Yo creo, Mirta, que la manera como se resuelva este punto es muy importante, porque de esto depende la armonía en la relación familiar y cómo van a llevarse los chicos en el futuro –le espetó Ricardo.

Ricardo y Mirta decidieron reflexionar respecto de cuál sería la mejor manera de encarar el tema, con la intención de dejar a todos conformes.

Luego de pensar en cada una de las facetas de la cuestión, llegaron a las siguientes conclusiones, que escribieron bajo la forma de un “Acuerdo de los fundadores”: Ariel y Marcela son los herederos en el negocio por partes iguales, por las siguientes razones:

– Cuando nosotros, como joven pareja, decidimos encarar este negocio, la familia fue el motor principal para tomar decisiones y esforzarse como lo hicimos.

– Si Marcela, en este momento de su vida, trabaja menos, es porque no tiene disponibilidad, pero la vemos con la misma capacidad e identificación con la empresa que tuvo siempre.

– En el largo plazo de la familia, el mayor esfuerzo de Ariel de hoy puede equilibrarse, porque su hermana tiene muchas obligaciones y responsabilidades que la hacen estar mucho tiempo fuera de la empresa en el presente, pero sabemos de su empuje y compromiso, así que esto se va a compensar en algún momento.

 

 

 

Ricardo y Mirta, luego, convocaron a sus hijos para leerles el acuerdo al que arribaron. En ese momento fue Mirta quien, al concluir la lectura, añadió: – Y si los tantos no se equilibran en esta generación, se equilibrarán en la próxima. Porque lo que estamos pensando es en un sistema que resulte sustentable a lo largo del tiempo. – Exactamente –complementó Ricardo–. Y este es el otro punto fundamental, pues queremos una empresa que sea de los dos linajes familiares: tanto para los hijos y nietos de Marcela como para los de Ariel.

Definitivamente, en función de todo esto, no queremos diferenciar en cuanto a la participación de cada uno en las acciones de la sociedad.

– Sobre la base de esta filosofía –acotó inmediatamente Ricardo– tenemos que ser muy justos con lo que ambos ganan, tanto por participar en la dirección de la empresa, como por trabajar en el día a día.

– En cuanto a la dirección –Mirta se apresuró a comentar– no hay ningún impedimento para que Marcela participe en todas las reuniones necesarias, para que, así, reflexione acerca de la empresa, tome decisiones junto con su padre y su hermano, etcétera. La gran diferencia se centra en el trabajo cotidiano, porque en ese ámbito, realmente, la prestación de Ariel es mayor que la de su hermana.

Los puntos de este acuerdo sirvieron para:

– Establecer un sueldo de mercado, tanto para Ariel como para Marcela.

– En la medida en que el sueldo no le resultaba suficiente a Marcela, se habilitó un honorario por actuar en el directorio, lo que hasta ese momento no estaba reconocido. – Dado que, incluso con el mentado honorario, Marcela seguía sin reunir la cantidad de dinero mensual que retiraba hasta entonces, se habilitó un nuevo concepto, vale decir, “Retiro a cuenta de dividendos”.

– Por su parte, este cambio permitió reconocer para Ariel un sueldo como gerente general, que le resultó satisfactorio.

– Al mismo tiempo, a Ariel le quedó claro, finalmente, que la diferenciación debía realizarse en factores financieros (como el sueldo) y no en cuestiones patrimoniales, como las acciones que pudiera corresponder a cada uno, dado que quedó firmemente establecido que la filosofía de sus padres consistía en conservar la igualdad entre los linajes familiares.

 

 

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Los roles del consultor de empresas de familia

                                                                                          

-“Éramos muy chicos, y crecimos con el aporte de consultoría externa” – dice un exitoso empresario Pyme.  Y la consultoría externa puede abarcar aspectos tan variados como marketing, producción, recursos humanos, logística… Sin embargo, muchas veces la primera experiencia se da de la mano de un consultor de empresas de familia.

 Preguntas movilizadoras

  • ¿Mis hijos serán capaces de continuar esta empresa, que tanto esfuerzo nos costó?
  • ¿Debería dejarle la empresa a mi hijo mayor, que trabaja conmigo desde los 15 años, o todos los hermanos deberían recibir partes iguales?
  • ¿Cómo tendríamos que tomar las decisiones, para que no se repita la historia de que uno siempre sale herido?
  • ¿Me da lo mismo que mi hijo estudie ingeniería o filosofía?
  • ¿Corre riesgos la empresa si me retiro?

Estas son algunas de las preguntas que solemos escuchar en nuestra condición de consultores de empresas de familia.

De hecho nos convocan, en gran medida, para ayudar a contestarlas.

Esas preguntas forman parte de un proceso que permite consolidar la relación entre empresa y familia, y, por lo tanto, preparar a la empresa para crecer y resistir frente a los embates de la realidad.

Una familia unida es fuente de felicidad, y esa felicidad da fuerzas para sobreponerse a todos las contingencias de la vida empresarial.

 


La consultoría de empresas de familia es una práctica que está evolucionando rápidamente, ya que cada vez hay más consultantes, sea porque algún conocido tuvo una experiencia positiva, o porque, a través de diversas publicaciones, los empresarios y sus familias toman conciencia de la necesidad de resolver  cuestiones estratégicas para el crecimiento y la consolidación.

¿Qué hace el consultor?

En pocas palabras, digamos que ayuda a los titulares de la empresa y sus familias a:

  • Consensuar una visión y una declaración de misión de la empresa y de la familia
  • Identificar los valores compartidos, como presupuesto para encarar acciones en común
  • Establecer normas claras y cumplibles
  • Diseñar roles para los integrantes de la familia y para los no familiares
  • Entrenar a las personas para cumplir esos roles, sin cuentas pendientes, con ánimo de colaboración y sentido de pertenencia.

La consultoría en empresas de familia es una práctica interdisciplinaria. Esto significa que confluyen, para poder dar un servicio de calidad, los conocimientos de distintas disciplinas, organizados en función de obtener resultados.

 


¿Cuándo nos consultan?

Lo habitual es que un consultor en empresas de familia sea convocado cuando se trata de definir alguno de los siguientes temas:

  • Transición de la propiedad
  • Transición de la dirección y/o el gerenciamiento de la empresa
  • Conflictividad familiar
  • Dinámica de la relación entre hermanos
  • Relación con los parientes políticos
  • Relaciones laborales con familiares
  • Relaciones societarias
  • Planificación estratégica de la empresa y de la familia empresaria
  • Mecanismos de gobierno de la empresa y de la familia
  • Planificación patrimonial y sucesoria

¿Cómo empezar?

A veces existe una problemática instalada que es necesario resolver: proteger a un hijo con discapacidad, o mejorar la relación entre padres e hijos, o entre hermanos, cortar con malas prácticas de familiares que afectan la productividad…

Otras veces, simplemente hay una molestia que no se puede definir, pero que requiere atención para que no siga creciendo.

En otros casos, al conocer historias de otros que no tuvieron final feliz, los integrantes de una familia empresaria deciden curarse en salud, y encarar un trabajo preventivo con el objetivo de evitar peleas o riesgos para la empresa.

El primer paso para un proceso de ordenamiento y acuerdos es un diagnóstico presuntivo, que permite un conocimiento mutuo inicial entre los miembros de la familia y el consultor, a partir del cual será posible desarrollar diversas dinámicas con la finalidad de lograr la felicidad personal, la unidad familiar y el éxito empresarial.

 

 

 

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¿Se puede trabajar con la pareja?

A Juan lo echaron de su trabajo, y decidió usar la indemnización para desarrollarse en forma independiente. No estaba solo: Estela, su mujer, lo acompañó en el proyecto desde el primer momento. Han pasado los años, y hoy están tan unidos como el primer día. ¿Cuál es la fórmula del éxito?

Cuando una pareja decide complementar su sociedad afectiva con un desafío empresarial, debe tomar en cuenta muchas variables:

  • ¿cómo se tomarán las decisiones?
  • ¿habrá espacios de exclusividad para cada uno?
  • ¿establecerán una estructura piramidal, con alguien a la cabeza, o se respetará una paridad estricta entre ambos?
  • ¿establecerán el derecho de veto (lo que significa que si no hay unanimidad, el proyecto no se lleva adelante) o, por el contrario, el criterio principal será que uno de los dos debe ceder, alternativamente, para evolucionar?

Hay diferentes respuestas a estos interrogantes: para algunas parejas, el trabajo compartido genera un fortalecimiento del vínculo  y la confianza. Para otras, en cambio, rápidamente se convierte en un calvario, en un espacio de disputa permanente, sea por espacios de poder, o por incompatibilidades profundas para la toma de decisiones.

 

Algunas estrategias para cuidar el vínculo personal pueden tener como consecuencia que no pueda continuar la actividad empresarial en conjunto, pero, a la hora de elegir, esa alternativa resulta superadora a la eventualidad de tapar los conflictos y el malestar, porque tarde o temprano saldrán a la luz de la peor manera.

¿Cuáles son las cuestiones principales a tener en cuenta para una relación exitosa?

  • Compartir una visión.
  • Definir una misión que resulte satisfactoria para ambos.
  • Poner de manifiesto los valores compartidos.
  • Establecer las funciones, objetivos y responsabilidades de cada uno en relación a la empresa y a la familia.
  • Acordar las pautas de retribución de cada uno, de reinversión en la empresa, y niveles de riesgo que están de acuerdo en afrontar.
  • Fijar momentos para el trabajo, momentos para la vida en pareja y la vida familiar, y respetar estrictamente los horarios que corresponden a cada ámbito.
  • Definir si lo más importante para esa pareja es el consenso, o el apoyo recíproco al proyecto del otro.

 

En la siguiente generación

Muchas empresas no existirían si no hubiera habido un acuerdo en la pareja fundadora para crearlas y llevarlas adelante.

Es posible que el entusiasmo ligado al amor, pero también la necesidad de “parar la olla”, expliquen en gran medida cómo, y por qué, se fue haciendo camino al andar.

Pero, con el éxito ya garantizado, es posible que esa misma pareja se pregunte: “es repetible nuestra historia?”

“¿Queremos que las parejas de nuestros descendientes se incorporen a la empresa, y tengan la oportunidad de complementarse como nosotros lo hicimos?”

Este es el momento en que muchas parejas que hicieron la empresa en conjunto no desean correr el riesgo de que las cosas salgan mal en la siguiente generación.

En algunos casos, piensan que su historia es única e irrepetible; en otros casos ponen de manifiesto que en los últimos treinta años han cambiado mucho las costumbres, y que las parejas de hoy son muy distintas de las parejas del pasado; otros se plantean que podrían trabajar con algún yerno, o alguna nuera, pero no con todos, y, por lo tanto, excluir a los parientes políticos es una manera de evitar una discriminación, que para algún hijo o hija podría ser odiosa.

Hay soluciones diversas en distintas familias.

El punto en común, para el éxito, es que el tema debe merecer profunda reflexión, y que la decisión que se adopte debe convertirse en una norma claramente comunicada a los integrantes de la siguiente generación.

Sin duda, reglas claras y equitativas (más allá de cuál sea su contenido) constituyen un ingrediente principal para poder mantener las mejores relaciones de pareja y de familia en el largo plazo. 

 

 

 

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Modelos de traspaso generacional y resiliencia en las empresas de familia

 

Leonardo J. Glikin[i]

1.- INTRODUCCIÓN

Los investigadores en el campo de la empresa familiar coinciden en que el traspaso generacional es el tópico más importante que enfrenta cada familia empresaria (Handler[ii]).

La sucesión es tan central para la existencia de la firma que Ward (1987)[iii] elige definir a las empresas familiares en términos de su potencial para la sucesión: “definimos a la empresa familiar como aquella que será traspasada a la próxima generación para el gerenciamiento y el control” (pag 252)

Los teóricos también coinciden en que la continuidad de una generación a otra depende mucho de la planificación de la sucesión (Christensen, 1953[iv], Dyer, 1986[v], Lansberg, 1988[vi], etc).

Las estadísticas confirman que la sucesión es un tema problemático. Solo el 30 % de las empresas familiares sobrevive a la transición a la segunda generación, en tanto que sólo el 10 % llega a realizar exitosamente la transición a la tercera generación (Beckhard y Dyer, 1983[vii]).

Serebrenik (2012)[viii]  focaliza en el concepto de “dinastías familiares”, a las que define como aquellas familias exitosas en los negocios, pero que además cumplen con la condición de haber logrado conservar su patrimonio y probablemente su empresa por más de cuatro generaciones. Y agrega: “considero importante resaltar la diferencia de las empresas familiares que van entre primera, segunda y tercera generación y las que van entre cuarta, quinta y sexta generación como mínimo”.

El autor señala que Japón es el país con más dinastías familiares titulares de empresas longevas (3937). Muy de lejos, le siguen Reino Unido (467), Austria (302), Italia, 192, hasta llegar a Sudáfrica, con 41 empresas, para cerrar el listado de los 20 países con más empresas longevas en el mundo (Serebrenik, p 58)

En ese listado no figura ningún país del continente americano.

En vista de esta realidad, en la cual hay pocas dinastías familiares pero muchas empresas de primera, segunda y tercera generación, decidimos concentrarnos en algunos aspectos que hacen al proceso de traspaso generacional en ellas, porque tenemos la esperanza de que nuestras reflexiones sean de utilidad para lograr una mayor resiliencia.

El propósito de esta ponencia es, en consecuencia, identificar los modelos de transferencia generacional de primera a segunda generación, de segunda a tercera, y de tercera a cuarta generación, así como los valores involucrados y las condiciones necesarias para que esos procesos, al resultar exitosos, constituyan un aporte a la resiliencia de esas empresas.

3.- LA VOCACIÓN DE CONTINUIDAD

La vocación de continuidad de la empresa familiar se plasma en pensamientos y acciones específicas,  tales como:

  • Pensar en las pautas para la continuidad de la empresa en el largo plazo (zonas geográficas de operación, productos y servicios, recursos humanos comprometidos, recursos económicos, modelo de desarrollo)
  • Favorecer la integración social de las jóvenes generaciones en su condición de integrantes de la familia empresaria.
  • Preparar a las jóvenes generaciones, desde la perspectiva técnica, de responsabilidad y de liderazgo, para su incorporación exitosa a la empresa
  • Generar acuerdos para una interacción armónica entre generaciones (por ejemplo, a través del protocolo empresario-familiar)
  • Considerar el desarrollo de nuevos negocios (a veces, ligados a las áreas de interés y especialización de los jóvenes) a fin de lograr que la empresa familiar sea el mejor ámbito para el desarrollo de todos los integrantes de la joven generación que estén interesados en participar.
  • Consecuentemente, desechar las acciones tendientes a preparar a la empresa para su venta a terceros.

Podemos concluir que la vocación de continuidad es la condición subjetiva principal para adoptar todas las acciones conducentes para una transferencia generacional que preserve la empresa y la unidad familiar.

3.- IDENTIFICACIÓN DE LOS MODELOS DE TRANSFERENCIA GENERACIONAL

3.1.- Qué es un modelo

Un modelo es una representación simplificada de la realidad.

El modelo se relaciona con la realidad de la misma manera como lo hace el mapa con el territorio, ya que se modeliza algo cuando se lo representa de forma tal que resulte más fácil de comprender, y de reflexionar acerca de sus características, que si se presentara de forma completa.

 3.2.- Nuestra modelización del traspaso generacional

Hemos tomado en consideración los rasgos salientes del traspaso generacional en 100 empresas de Argentina, Paraguay y Uruguay, de las cuales conocimos  al 75 % en el proceso de traspaso de primera a segunda generación; un 5 % en el que la fundación de la empresa estuvo a cargo de hermanos (por lo que el proceso de traspaso de primera a segunda generación tuvo rasgos singulares, con elementos propios de un traspaso de primera a segunda generación, y otros rasgos propios de un traspaso de segunda a tercera generación); el 15 % de segunda a tercera generación;  y el 5 % de tercera o posterior generación.

Cada uno de los modelos identificados tiene condiciones particulares de sustentabilidad, que habremos de señalar específicamente en esta ponencia.

Los diferentes modelos arrojan resultados disímiles en cuanto a:

  • La mayor o menor incidencia de conflictos familiares.
  • Consecuentemente, las posibilidades de mantener unida a la familia
  • La potencialidad del modelo elegido para generar el crecimiento de los negocios
  • La continuidad a lo largo de las generaciones

3.3.- Modelos identificados. Pautas para la reflexión

Los modelos identificados son los siguientes:

– Modelo integrativo

– Modelo representativo

– Modelo selectivo

– Modelo re-fundacional

– Modelo transaccional.

Veremos a continuación las características de cada uno de ellos, transcribiremos un caso ejemplificativo de cada uno, y haremos un comentario, en el que estarán presentes los valores en juego, todo lo cual nos permitirá sacar algunas conclusiones respecto del impacto de cada modelo en la resiliencia de la empresa familiar.

 4.- LOS MODELOS, UNO A UNO.

4.1.- MODELO INTEGRATIVO

4.1.1.- Descripción

El eje principal de la sucesión es la pertenencia a la familia consanguínea. Se concibe a todos los hijos como herederos del capital, y se diferencia entre los que trabajan o dirigen la empresa respecto de quienes no participan, a través del sueldo, los honorarios de directorio, un bonus por su rendimiento o compromiso con la empresa, participación en las ganancias, etc., pero se hace hincapié en que todos los descendientes consanguíneos van a estar en un pie de igualdad en el acceso al capital de la empresa.  Responde a la visión de una empresa familiar que trasciende las generaciones, y que sigue creciendo como grupo económico-familiar, aplicando sus excedentes para la expansión de sus negocios actuales o la fundación de nuevos emprendimientos. En este modelo, la  conciencia respecto del privilegio que implica pertenecer a la familia empresaria constituye el punto de partida  para cimentar los lazos afectivos y económicos, en un marco de colaboración y respeto recíproco. Valores tales como la solidaridad, la comprensión mutua, la colaboración en la tarea, el respeto a la libertad de elección de la carrera de cada uno, la composición de intereses, son la plataforma para un aprendizaje que nunca termina.

4.1.2.- Caso

Mariano, 42 años, administrador de empresas con un posgrado en finanzas en el exterior, se integró hace 12 años a la empresa fundada por su padre. En tanto, su hermano Ignacio se ha dedicado a las letras, y ha fundado una Consultora de Comunicación. Como a Mariano le resulta dificultoso hablar con su padre acerca de las pautas del traspaso generacional, persuade a la familia respecto de la conveniencia de la intervención externa.

Nuestra participación comienza con entrevistas individuales y confidenciales con cada integrante de la familia (el fundador, Daniel, su esposa Liliana, y sus dos hijos, Mariano e Ignacio) de las que se desprende que:

  • Daniel tiene totalmente definido que el capital de la empresa debe ser transferido a sus dos hijos por igual.
  • Está muy agradecido y valora profundamente la gestión de Mariano, y está dispuesto a revisar su sueldo y premios, para que refleje de la mejor manera sus aportes a la empresa.
  • Liliana considera que habría que premiar a Mariano con una participación accionaria mayor, pero pese a ello acepta de buen grado acompañar el criterio de su marido, porque lo reconoce como el fundador de la empresa, y sabe de su clara definición respecto de un tema que le resulta muy trascendente.
  • Transmitida la clara posición del Fundador, los miembros de la familia la aceptan y deciden:
    • Empezar a integrar a Ignacio y a Liliana en reuniones informativas acerca del desarrollo de la empresa, a fin de que vayan tomando conciencia de los aspectos más importantes de la gestión.
    • Establecer mecanismos para permitir la futura entrada a la empresa de los integrantes de las familias fundadas por Mariano e Ignacio, en un pie de igualdad. Esto implica dejar en claro las reglas para su incorporación, y dotar a los integrantes de Tercera Generación de la preparación necesaria para que puedan tener éxito dentro de la empresa.
    • En el desarrollo de este proceso Mariano decide preparar la empresa para que pueda ser gerenciada por terceros no familiares, con el siguiente argumento: “dado que mi padre ha decidido que Ignacio y yo estemos en un pie de igualdad (decisión que acepto) también quiero gozar de tanta libertad como Ignacio, para desarrollar mis propios proyectos sin tener que quedar sujeto a la empresa familiar por ser el único capacitado para llevarla adelante”.

4.1.3.- Valores

Se deduce que los valores dominantes para este enfoque, son la igualdad y la libertad: cada uno puede estar más cerca o más lejos de la empresa, sin que ello afecte su condición de futuro accionista.

4.1.4.- Comentario

Este caso ejemplifica la importancia de la prevención en los procesos de traspaso generacional.

La decisión de planificar la sucesión permitió encarar a fondo un diálogo que, a lo largo de la historia de la empresa, nunca se había dado con tanta claridad, y eso evitó expectativas que no habrían de cumplirse (por parte de Mariano), y, al mismo tiempo, un mayor sentido de inclusión en beneficio de Ignacio.

Todo el grupo familiar salió favorecido con el diálogo, y la definición clara de los roles de accionista, integrante de la Dirección de la empresa, gerente y empleado de la empresa.

4.2. MODELO REPRESENTATIVO

4.2.1.- Descripción

Al igual que en el modelo integrativo, también se alienta la participación de los sucesores en el capital, pero se ordena su modo de acceder a las decisiones societarias a través de las pautas de participación de sus respectivos linajes, mediante figuras tales como la sindicación de acciones, la constitución de sociedades propietarias de acciones, o fideicomisos[ix]. Este modelo puede interpretarse como una sofisticación del modelo integrativo, con el que comparte la visión de empresas de alta perdurabilidad, y requiere consolidar algunas normas para el mayor orden de la empresa a lo largo de las generaciones: al elegirse un representante por cada grupo de accionistas (normalmente, diferenciados entre sí por su pertenencia a diferentes linajes familiares) se evitan asambleas multitudinarias. Con ello, es factible elevar el nivel del debate empresarial, dado que hasta se pueden establecer requisitos de admisibilidad de los representantes, basados en su formación técnica o académica y en su idoneidad moral. Por otro lado, se evitan situaciones que podrían poner en riesgo la paz familiar, por ejemplo, en la hipótesis de que el integrante de un linaje se adhiriera al postulado de sus primos y votara con ellos, perjudicando de esa manera  a sus propios hermanos. También suele  pautarse una restricción a la venta de las participaciones societarias a la familia ampliada o a terceros, estableciéndose una prioridad para los integrantes del mismo linaje familiar.  Muchas veces, en este modelo se admite la participación de los parientes políticos como titulares de participaciones societarias, pero se limita a través del sindicato de acciones su participación en los órganos de dirección.[x] 

4.2.2.- Caso

El Grupo P. se encuentra en el proceso de traspaso a Tercera Generación.

Su actividad empresarial comenzó con la expansión de un consultorio médico privado, que fue convirtiéndose con los años en una Clínica prestigiosa.

Al fallecer el Fundador, los seis hijos decidieron mantenerse unidos en los negocios, lo que los llevó a desarrollar un hogar geriátrico, luego un hotel, una agencia de turismo y, en la medida en que adoptaron la práctica de reinvertir las ganancias, posteriormente adquirieron dos franquicias, para explotar negocios minoristas. 

A su vez, algunos integrantes de la Segunda Generación tenían también sus desarrollos independientes: en un caso como profesional de la medicina, y en otro caso como titular de una empresa de transporte.

Para poder ordenar sus relaciones en función del largo plazo, los integrantes del Grupo confeccionaron un Protocolo Empresario Familiar, a través del cual establecieron con claridad la participación porcentual de cada linaje familiar en los negocios del Grupo. Si bien no resultaba conveniente, desde el punto de vista impositivo, inscribir

Al igual que en el modelo integrativo, los valores principales son la unidad familiar y el principio de igualdad, a los que se les agrega el orden, la transparencia y la gobernabilidad como requisitos necesarios para la continuidad en el largo plazo.

4.2.4.- Comentario

El desarrollo de este proceso, cuando todos gozan de buena salud, y el Fundador todavía no ha dejado de participar en la empresa, ha ayudado a todos los integrantes de la familia nuclear entender cuál es la expectativa participación futura en el capital, lo que tiene incidencia en el discurso de cada uno hacia sus propios hijos, y, en el caso concreto, le permite al hijo que hoy está dedicado a la gestión ejercer su libertad, lo que implica la posibilidad de retirarse del gerenciamiento sin que ello afecte la sustentabilidad de la empresa. La claridad del padre evita falsas expectativas en el hijo gerente, y, por lo tanto, ayuda a evitar conflictos.

Como se ve, el eje principal de la sucesión es la pertenencia a la familia consanguínea. Se concibe a todos los hijos como herederos del capital, y se diferencia entre los que trabajan o dirigen la empresa respecto de quienes no participan, a través del sueldo, los honorarios de directorio, un bonus por su rendimiento o compromiso con la empresa, participación en las ganancias, etc., pero se hace hincapié en que todos los descendientes consanguíneos van a estar en un pie de igualdad en el acceso al capital de la empresa.  Responde a la visión de una empresa familiar que trasciende las generaciones, y que sigue creciendo como grupo económico-familiar, aplicando sus excedentes para la expansión de sus negocios actuales o la fundación de nuevos emprendimientos. En este modelo, la  conciencia respecto del privilegio que implica pertenecer a la familia empresaria constituye el punto de partida  para cimentar los lazos afectivos y económicos, en un marco de colaboración y respeto recíproco. Valores tales como la solidaridad, la comprensión mutua, la colaboración en la tarea, el respeto a la libertad de elección de la carrera de cada uno, la composición de intereses, son la plataforma para un aprendizaje que nunca termina.

Cuando se trata de una familia numerosa, y en particular a partir de la segunda generación, resulta conveniente garantizar la representación de cada linaje familiar, como una manera de ordenar el diálogo en la familia propietaria, y evitar transacciones espurias, a través de las cuales algún integrante de la familia podría acumular un poder excesivo, lo que, a la corta o a la larga,  operaría en contra de la unidad familiar.

Por lo tanto, constituyen aportes de valor para el largo plazo que cada linaje familiar tenga un representante, y que se establezca un sistema por el cual las acciones que corresponden a un linaje no pueden ser transferidas a otro linaje (por lo menos, si no se brinda un derecho de first refusal al propio linaje).    

4.3.- MODELO SELECTIVO

4.3.1.- Descripción

En este modelo,  el o los hijos que se desempeña/n en la empresa recibe/n gratuitamente una mayor (o, a veces, total) participación en el capital, excluyendo parcial o totalmente a quienes no trabajan en la empresa. En consecuencia, la supervivencia de la empresa no es fruto del deseo y la acción de un conjunto de personas con roles diferenciados, sino que se debe al esfuerzo de un continuador, sostenido en el lema: “a rey muerto, rey puesto”.

     ¿Cuáles son las causas que llevan a una sucesión por el modelo selectivo?

  • Por la decisión del fundador de elegir un sucesor único en la empresa.
  • Por la falta de affectio societatis entre hermanos, o el desinterés de alguno/s.
  • Por las conductas activas de alguien que, a lo largo de años, pugna por hegemonizar el liderazgo, pero especialmente la propiedad de la empresa.

4.3.2.- Caso

A.Z. participó desde muy joven en la explotación del campo familiar, y luego, conjuntamente con su padre, participó en la fundación de la bodega. En cambio, cada una de sus hermanas emprendió un camino propio, en un caso con dedicación exclusiva a la familia, y en el otro a su actividad profesional. Por eso, el padre no tuvo dudas: era necesario garantizar la continuidad de la empresa, y sólo AZ podía hacerse cargo. Encaró una partición por ascendientes a través de una donación, mediante la cual favoreció a su hijo AZ con la parte libremente disponible de su patrimonio (en ese entonces, el 20 %) de manera que la bodega quedó en exclusiva propiedad para su hijo.

4.3.3.- Valores

Los principales valores que se toman en cuenta en el modelo selectivo son: la continuidad del negocio y su posibilidad de crecimiento, el liderazgo, el compromiso personal y el reconocimiento hacia el hijo, o los hijos, que satisfacen las expectativas empresariales de su padre.

4.3.4.- Comentario

El Código Civil y Comercial sancionado en 2015 contiene una serie de herramientas para favorecer la utilización de este modelo, tales como:

– el aumento de la parte disponible (de un quinto a un tercio del patrimonio de los padres)

– el régimen de prescripción de las donaciones (que podría ocurrir cuando todavía viven los padres, es decir que, en la práctica, impediría su cuestionamiento por parte de los hijos).

– el “pacto sobre herencia futura” permitido (art. 1010 CCC).

– la figura de la “licitación”

– el derecho de un hijo que haya participado en la explotación  del negocio, de ser continuador.

Igualmente, interpretamos que todas estas disposiciones novedosas en favor de la aplicación en la práctica del sistema selectivo, es un aporte del régimen legal para evitar conflictos hereditarios. Por lo tanto, ha aumentado las herramientas disponibles para que las decisiones basadas en la aplicación de este modelo puedan llevarse adelante, con el mínimo cuestionamiento por parte de los otros herederos.

Sin embargo, consideramos que el hecho de brindar herramientas en tal sentido no constituye una toma de posición del Código en beneficio de un modelo, y en detrimento de otros.

En relación a este modelo, cabe nutrirse de la experiencia de las empresas con mayor trayectoria.

Serebrenik se refiere a este modelo en el caso de las dinastías familiares, aludiendo a la estrategia de “la poda del árbol”, cuya característica principal se basa en que no todos los miembros de la familia, y menos aun las generaciones jóvenes, comparten la misma visión familiar y por ende tampoco la misma visión patrimonial. Un gran número de las familias que llevan varias generaciones tienen contemplada esta posibilidad; de hecho, muchas mantienen un fondo de liquidez que se alimenta de un porcentaje pequeño de los dividendos, año a año. A la hora que un miembro de la familia quiera vender su participación, se tendrá una reserva para comprarla. Esto, ya como una situación establecida y planificacda, permite que esas divisiones que se puedan presentar en el camino se logren realizar de manera ordenada y lo menos traumática posible. [xi]

4.4.- MODELO RE-FUNDACIONAL

4.4.1.- Descripción

Algún/os miembro/s de la siguiente generación (consanguíneo/s o político/s) se hace/n cargo de la dirección, y con mayor o menor simultaneidad, de la propiedad de la empresa, y la hacen crecer cualitativamente de manera tal que, con el transcurso del tiempo, hasta llega a plantearse la duda de si ellos son una generación sucesora o, dado el crecimiento que generaron, resultan ser la generación fundadora, lo que produce mucha confusión entre los integrantes de la generación siguiente. En muchos casos este modelo se desarrolla cuando la empresa atraviesa una severa crisis u otra contingencia (concurso preventivo, incendio, cambio abrupto de las condiciones de mercado, pérdida de licencias, etc) lo que lleva a que la generación siguiente “reinvente” y reorganice lo recibido.

4.4.2.- Caso

Habíamos sido convocados para un trabajo con los miembros de Segunda Generación (actualmente, titulares de las acciones de la empresa) y sus hijos de Tercera Generación.

Sin embargo, a lo largo de las 11 charlas iniciales, surgió que 2 integrantes de la Tercera Generación se refirieron a ellos mismos como integrantes de la Segunda Generación.

Advertidos de esta aparente discordancia, profundizamos en sus motivos, que aparecieron con claridad en la relectura de la entrevista al mayor de los integrantes de la Segunda Generación:

  • Cuándo ingresó a la empresa?

 Casi la fabriqué.

Papá empezó en 1963, con una actividad muy elemental. Manejaba un ómnibus que recorría una ruta provincial que todavía no estaba asfaltada.

Cuando yo tenía 17 años, papá sufre un infarto, y yo tuve que ponerme al frente.

La capacidad de papá quedó limitada desde la enfermedad, y hubo que tomar el timón del barco.

Era un solo colectivo, que funcionaba, también, como una despensa ambulante, a través de zonas inhóspitas.

Fue la época en que estuvimos más unidos.

Me puse al frente. Había que parar la olla.

Tuve el acompañamiento de mis hermanas, que, fundamentalmente, se integraron conmigo por el pedido de nuestra madre.

Papá falleció en 1995. Hasta entonces siempre me acompañó con su palabra, con su afecto, pero, en la práctica, yo estuve al frente de todo este desarrollo, que hoy nos permite tener 450 unidades de transporte.

Sin embargo, para sus hermanas, la empresa había sido fundada por su padre, y el deseo de que los tres hermanos participaran había sido de ambos padres, por lo cual, si bien reconocían el liderazgo y el gran esfuerzo de su hermano mayor, eso no las hacía pensar que éste hubiera sido el fundador, o el re-fundador de la empresa.

4.4.3.- Valores

Los principales valores en juego en este modelo son: el reconocimiento y la equidad, por parte del heredero re-fundador. Esto se contrapone en general a los valores igualdad en el patrimonio familiar y unidad, que suelen ser los que priorizan los herederos que no son re-fundadores. La comunicación franca entre las partes, para entender con la mayor claridad el lugar de cada uno, será clave para que reine la armonía familiar.

4.4.4.- Comentarios

El proceso de re-fundación de una empresa no suele estar revestido de formalidades: consiste en un conjunto de aportes fundamentales, que realiza una persona, o un grupo de personas, para lograr que una organización en crisis pueda sobrevivir, pero que, normalmente, da como consecuencia que los resultados posteriores exceden cualitativamente lo logrado hasta ese punto.

La consecuencia de un proceso re-fundacional suele ser el malentendido o desfasaje entre los integrantes de la familia empresaria, ya que, para algunos, lo importante es la organización inicial (aunque estuviera en crisis terminal) en tanto que, para otros, sin su aporte la empresa no habría sobrevivido, y, va de suyo, jamás habría llegado a los niveles de desarrollo posteriores.

Esta mirada sesgada, no compartida, a dos aspectos diferentes de una misma realidad, muchas veces puede poner en riesgo la sustentabilidad de la sociedad, ya que alguno de los integrantes de la actual generación no se siente reconocido, y otros consideran que no hay nada especial para reconocer.

Un diálogo franco, profundo, y preferentemente con atenta guía profesional, resulta indispensable para superar estas miradas contrapuestas, requisito ineludible para poder incorporar a la siguiente generación.

 4.5. MODELO TRANSACCIONAL

4.5.1.- Descripción

La generación mayor vende su participación en la empresa a todos o a una parte de los integrantes de la generación siguiente, quienes pagan una suma en un plazo determinado, o a través de una renta vitalicia, pero, a cambio, quedan con la propiedad, la responsabilidad y el manejo integral de la empresa. Este esfuerzo económico lleva a que, a veces, quien(es) lo realiza(n) se sienta(n) “fundador(es)”, como si la transacción hubiera tenido lugar con un tercero ajeno a la familia. 

4.5.2.- Caso

Rubén es el fundador de un exitoso grupo empresario.

Padre de 5 hijos, ha liderado la conformación de un protocolo empresario familiar que responde al modelo representativo, ya que consideró que sus 5 hijos deben ser sus herederos en iguales proporciones, trabajen en las empresas del Grupo o no, formen parte de la dirección de las empresas o no.

En el marco de sus decisiones empresariales ha realizado una sindicación de acciones, como paso previo a traspasarlas a sus hijos, pero, a raíz de un incidente con uno de ellos (que no quería cumplir con la manda del Protocolo, de casarse bajo el régimen de separación de bienes), decidió que no es del todo operativo lo pautado, y que sería bueno avanzar un paso más en la generación de autonomía para cada uno de los hijos.

Así es como decide ofrecerles las acciones en venta a sus hijos.

4.5.3.- Valores

Cabe concluir que los valores comprometidos en el caso descripto son el esfuerzo, el involucramiento, el liderazgo, el empoderamiento.

En otros casos, donde resulta evidente que la transacción tiene como objetivo principal garantizar un buen retiro a la generación mayor, podemos considerar que también está involucrado el valor seguridad, e incluso la prevención de conflictos familiares (si concluimos que, gracias a la transacción, los otros hijos no deberán hacerse cargo del mayor, cuando llegue el momento en que se quede sin recursos).  

4.5.4.- Comentarios

El modelo transaccional resulta indispensable cuando no hay sucesores familiares: el empresario tiene la necesidad de pensar en la continuidad de su empresa mediante el involucramiento de personas suficientemente motivadas y comprometidas como para garantizar la continuidad en el largo plazo.

5.- INCIDENCIA ESTIMADA DE CADA MODELO

Hemos tomado como muestra para este trabajo a 100 empresas Pymes de nuestra base de datos, con un mínimo de 30 y un máximo de 200 empleados, para determinar cuál es la incidencia de cada uno de los modelos de traspaso generacional descriptos, lo que arrojó los siguientes resultados

5.1.- GENERACIÓN ACTUALMENTE EN EL PODER

Primera Generación: 55 %

Segunda Generación: 40 %

Tercera o posterior Generación: 5 %

5.2.- MODELO DE TRASPASO GENERACIONAL HACIA LA SIGUIENTE GENERACIÓN

Integrativo: 56

Representativo: 10

Selectivo: 23

Re-fundacional: 4

Transaccional: 7

5.3.- OBSERVACIONES:

  • Podemos considerar que el modelo representativo es una versión sofisticada, y hasta un avance organizacional, que continúa la filosofía del modelo integrativo.
  • Entre el modelo integrativo y el representativo se reúne al 2/3 de las empresas de la muestra.
  • Sólo en uno de los casos encuadrados en el modelo re-fundacional, no existió conflicto: se trataba de un padre que había dejado a su hijo una empresa fundida, y éste la recuperó con la participación integral de su esposa, por lo que su principal interés, al momento de realizar el protocolo familiar, era dejar en claro su reconocimiento a la esposa, e, implícitamente, destacar su condición de re.fundador y no continuador. En todos los demás casos trabajados, la vivencia de re-fundación (generalmente, no conceptualizada de manera adecuada) se plasmó en reclamos incumplibles de parte del re-fundador hacia sus hermanos, pedido de compensaciones económicas fuera de lógica, desprecio hacia el aporte de los demás, etc.
  • El modelo representativo suele aplicarse en el caso de grupos familiares grandes, con un patrimonio importante (que, muchas veces, excede el valor de las empresas) con un fuerte reconocimiento hacia el fundador, y hacia el valor de la unidad.
  • El modelo transaccional suele aplica en el caso de familias pequeñas, con pocos o ningún hijo en condiciones de hacerse cargo del negocio familiar.

6.- CONCLUSIÓN

Cada modelo de traspaso generacional responde a una fundamentación de origen, y trae consecuencias particulares.

Entender las condiciones para el funcionamiento exitoso de cada modelo, sus beneficios y sus potenciales riesgos ayuda a encarar el proceso complejo de traspaso generacional de una manera adecuada a cada caso, lo que se revierte en una mayor resiliencia de las empresas familiares.

 

[i] El autor es abogado, consultor en Planificación Patrimonial y Sucesoria en empresas familiares, fundador y presidente de CAPS Consultores, titular del Programa de Empresas de Familia en la Universidad Torcuato Di Tella, autor de Pensar la Herencia (Emecé, 1995, CAPS Ediciones 2000) Matrimonio y Patrimonio (Emecé, 1999) Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida (Errepar, 2012, Aretea Ediciones 2014), Los hermanos en la empresa de familia (Aretea Ediciones, 2014) Iguales y Diferentes, los espacios de la mujer en la empresa de familia (Aretea Ediciones, 2015) Manual de Planificación Sucesoria para Asesores de Seguros de Vida (Aretea Ediciones, 2016). Director de Temas de Empresa & Familia (newsletter mensual por Internet).   

[ii] Handler, Wendy, Succession in Family Business, a review of the research, Family Business Review, vol. 7, 2: pp. 133-157. , First Published Jun 1, 1994 

[iii] Ward, J.L. Keeping the family business healthy, San Francisco, Jossey-Bass, 1987

[iv] Christensen, C.R., Management Succession in Small and Growing Enterprises, Boston, Graduate School of Business Administration, Universidad de Harvard, 1953

[v] Dyer, W.G, Jr, Cultural Change in Family Firms: Anticipating and Managing Business and Families Transitions, San Francisco, Jossey-Bass, 1986

[vi] Lansberg, Ivan, La conspiración de la sucesión, en c.ymcdn.com/sites/www.ffi.org/resource/resmgr/best, citado en www.iadef.org

[vii] Beckard, R. y Dyer, W.G., Jr Managing Continuity in the family-owned business, Organizational Dynamics, verano 1983, pp.5-12

[viii] Serebrenik Ghitis, Raul, Dinastías Familiares, Legado y Riqueza, Editorial Planeta Colombiana S.A., 2012.

[ix] Glikin, Leonardo y Hers, Liliana, La Planificación Sucesoria, causa única de diversos negocios indirectos, en libro de ponencias del XI Congreso Argentino de Derecho Societario y VII Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa, To. II, pag 115.  

[x] Favier Dubois, Eduardo M. (h) – Director, “El Protocolo de la empresa familiar”, editorial ad-hoc, 2011

[xi] Serebrenik Ghitis, op.cit, pag 52

Consultar, también,  www.elprotocolofamiliar.com.ar

 

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Educación y capacitación en la empresa familiar

– Pongamos como requisito que ninguno de nuestros hijos será Director en la empresa si no tiene un master en una universidad de primer nivel, propuso uno de los hermanos.

– Y si ninguno de tus hijos lo logra, ¿estás seguro de que desearías que no puedan formar parte del Directorio?

  • Este es un diálogo típico cuando se está elaborando un Protocolo Empresario Familiar.

  • Por un lado, los que participan en la elaboración del Protocolo buscan la excelencia de la preparación de la nueva generación, porque ello va a dar mayores oportunidades de éxito a la empresa. Pero, por otro lado, si suben mucho la vara hay posibilidades de que algunos queden excluidos y que ello ponga en riesgo la participación familiar en la empresa.
    ¿Qué resulta más recomendable? 
  • En este punto debemos recordar la diferenciación entre las empresas de labor familiar, donde los miembros de la familia propietaria trabajan, de aquellas de dirección familiar, en las cuales los miembros de la familia se integran al Directorio Ejecutivo, y de las empresas de propiedad familiar, donde la continuidad en el marco de la familia está dada por la tenencia de participaciones en el patrimonio de la empresa a través de acciones o cuotas sociales.

  • Normalmente, en el caso de las empresas de labor familiar el concepto dominante es que, si los miembros de la familia no están capacitados, mala suerte, pero todos deben trabajar en la empresa y participar en la toma de decisiones, porque nadie puede saber mejor lo que la empresa necesita que quienes trabajan ahí.
  • En ellas, la mirada respecto del estudio de los hijos suele estar basada, principalmente, en el interés familiar, dado que el estudio de sus hijos es un logro al que en muchos casos sus padres no tuvieron la posibilidad de acceder. Sin embargo, el hecho de terminar una carrera no siempre significa la aceptación por parte de los titulares de la empresa, quienes muchas veces resaltan la importancia de la experiencia, el conocimiento del mercado, las relaciones personales, y los ubican como características dominantes frente a la educación recibida en la Universidad.

  • Esta diferencia de criterios entre padres e hijos termina siendo, en muchos casos, fuente de conflictos y frustración para ambas generaciones.
    En las empresas de dirección familiar hay una preocupación mayor por el éxito de la empresa en el largo plazo, y, en tal sentido, suele haber consenso en cuanto a la importancia de los estudios superiores para formar profesionales aptos que ejerzan la función de dirección.En consecuencia, muchas veces se limita la posibilidad de formar parte de esa dirección a quienes no tienen un título universitario o, incluso, una especialización, y siempre dentro de carreras que puedan ser útiles para la empresa (en muchos casos ingeniería, o química, administración de empresas, comercialización, recursos humanos, etc).

  • Las empresas de propiedad familiar tienden a la profesionalización de la gestión en manos de quienes pueden ser familiares o no, pero el concepto principal es que se busca a aquellos líderes que brinden a la empresa lo que ésta necesita, porque es más importante la consolidación empresarial que la satisfacción individual de un miembro de la familia.
  • Podemos concluir, entonces, que según el modelo de participación familiar en la empresa, hay una diferente vinculación con la educación:
    • En la empresa de labor familiar, la educación es un logro principalmente familiar.
    • En la empresa de dirección familiar, la educación es un requisito para la participación.
    • En la empresa de propiedad familiar, la educación no asegura la participación en la empresa, sino que se atiende, fundamentalmente, a la capacidad del familiar para cumplir con las expectativas de los propietarios y las necesidades de la empresa en igualdad de condiciones con los no familiares.


    Todo lo expuesto se vierte en el Protocolo de diferentes maneras:

    • En algunos casos bajo la forma de un requisito que, si no es satisfecho, impide el acceso de un familiar a un cargo directivo, o, en algunos casos, a la posibilidad de trabajar en la empresa.
    • En otros casos, la educación aparece como una preocupación familiar y, por lo tanto, se atribuye al Consejo de Familia la posibilidad de participar activamente para lograr que los miembros de la siguiente generación tengan éxitos en los estudios.
    • Para otras familias empresarias, la educación de grado es responsabilidad de cada núcleo familiar, pero los miembros de la siguiente generación que se proponen realizar un estudio de posgrado o una investigación cuentan con el soporte económico de la empresa. En este punto, hay dos grandes líneas: algunas familias privilegian a aquellos que estudien temas relacionados con la empresa, en tanto que otras fomentan la actitud estudiosa de los miembros, y, por lo tanto, apoyan el desarrollo de posgrados en cualquier área, sea favorable a la empresa o no.
  •  

 

  • Hasta aquí hemos hablado de educación, un punto significativo en la mayor parte de los protocolos familiares por tratarse de un valor que, en general, es compartido por la mayor parte de las familias.

  • Un punto diferente y complementario es el de la capacitación, que tiene que ver con las necesidades efectivas de toda empresa familiar en relación a la participación de los integrantes de la familia. Porque, más allá de lo que cada uno estudie, debe prepararse para una participación efectiva en la empresa familiar, y esto significa conocer de aquellos temas que, necesariamente, van a formar parte de la gestión o de la dirección de la misma.
    Sea cual fuere la profesión o calificación académica de los miembros de la familia, la exigencia de una capacitación acorde con lo que la empresa necesita para su funcionamiento y continuidad en el tiempo resulta indispensable a fin de que la empresa del futuro sea, por lo menos, tan sólida como la empresa del presente.

 

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Comunicación en la empresa de familia

 

Nos vemos el  11 a las 9 de la mañana. Lo organizamos como siempre. Adjunto el temario de las reuniones- le dije a Rodolfo.  Para mí, “como siempre” implicaba activar los mecanismos habituales: que Rodolfo convocara al Fundador, a sus hijos y a los gerentes en los diferentes horarios previstos para cada una de las reuniones a lo largo del día.

Sin embargo, antes de llegar y luego de un viaje de 200 kms. programado especialmente para trabajar con los integrantes de esa empresa familiar, me enteré de que nadie estaba avisado de las reuniones… ¡salvo el propio Rodolfo!

En la práctica esto significaba que las reuniones implicarían alterar las agendas del día para quienes participaran, y que, probablemente, el 30 % de los que tenían que asistir no pudieran hacerlo. Inmediatamente imaginé que había ocurrido una omisión grave de parte de Rodolfo. Él era el que se había ocupado de cambiar la fecha originariamente prevista, y, habitualmente, era quien se ocupaba de coordinar mis visitas. Claro, habitualmente, pero no era lo que había ocurrido en las dos visitas anteriores que mi equipo de trabajo había organizado directamente enviando un mail a cada uno de los participantes. Además, revisando nuestro intercambio advertí que en esta oportunidad Rodolfo se había limitado a decirme que en la fecha originariamente propuesta el Fundador no podría asistir, y en ningún lado estaba escrito que él, Rodolfo, se haría cargo de consensuar la fecha con todos los participantes.

En este caso “como siempre” significaba dos cosas diferentes para Rodolfo y para mí. En tanto que yo hacía eje en lo que había ocurrido la mayor parte de las veces, para Rodolfo significaba repetir la práctica de las dos últimas visitas, es decir, que la coordinación quedaría a cargo de mi equipo. 

 

 

La buena comunicación es una habilidad crítica para el éxito. Continuamente tenemos cuellos de botella en situaciones de comunicación. Y esto no se resuelve con la determinación de comunicar mejor. A esa determinación hay que acompañarla con:

  • Identificación de los problemas habituales de comunicación
  • Acuerdo con los involucrados
  • Entrenamiento efectivo y práctico para superar esas dificultades

En una empresa familiar los temas de comunicación resultan críticos porque detrás de la mala comunicación aparecen los conflictos, la falta de confianza entre sus integrantes o situaciones que generan distancia y malestar.

Es importante entender que en las empresas familiares el problema de comunicación no se limita a malos entendidos, sino que entran en juego los diversos lugares desde los cuales se intenta comunicar: no es lo mismo cuando una persona se posiciona en su lugar de gerente, o cuando piensa como accionista de la compañía, o como padre de uno de los empleados.

Cada uno de los roles tiene sus propias complejidades y requieren de distintas habilidades, tácticas y procesos, en el marco del respeto por los estilos de cada uno. Podemos afirmar que, si pretendemos aplicar las mejores técnicas de comunicación gerencial, seguramente van a fracasar cuando el intento de comunicación sea entre hermanos o entre padres e hijos. 

 

 

¿Cómo superar los problemas de comunicación?

Como primera medida, todos deben ponerse de acuerdo en los valores que están detrás de la comunicación. La transparencia, la confianza, el respeto, la unidad son algunos de los valores que fundamentan una buena comunicación.

Luego, es necesario establecer normas:

  • La confidencialidad respecto de temas específicos o reuniones de cierto tipo.
  • La participación de todos los que tienen que estar involucrados en un tema determinado.
  • La prohibición de conductas intrigantes o conspirativas, para lograr objetivos propios más allá del interés de la empresa.

Esas normas son útiles si cumplen con los siguientes requisitos:

  • Son comunicadas
  • Son consensuadas
  • Son detenidamente explicadas

Entre las normas, en algunos grupos empresario-familiares, es necesario establecer, también, las consecuencias del incumplimiento; por ejemplo, una sanción. En cambio, en otros grupos familiares es tan fuerte el valor de la palabra y los compromisos que no es necesario nada más: alcanza con que una norma se haya consensuado para que todos los involucrados sepan que habrá de ser cumplida a rajatabla. En este punto, resulta fundamental entender y respetar las características de cada grupo familiar para que lo decidido no sea demasiado laxo para algunos o extremadamente formal y ajeno a sus prácticas para otros.

 

 

Las reuniones 

Una de las herramientas fundamentales para una buena comunicación empresario-familiar consiste en celebrar reuniones sistemáticamente con una finalidad determinada. Así, es posible definir que una familia empresaria debe constituir un Consejo de Familia, que deberá reunirse con cierta frecuencia para que sus integrantes estén actualizados respecto de los avances de los negocios de la empresa, y la participación de la familia en ella.

No todas las empresas de familia requieren un Consejo de Familia; normalmente es un dispositivo útil cuando la familia es grande y varios de sus integrantes no están involucrados en la empresa.

Para la dirección de la empresa es probable que sea necesario un Comité de Dirección, que en muchas empresas es el máximo órgano de deliberación y decisión, y en otras cumple la función de un consejo asesor del Gerente General.

Cuando al Comité de Dirección se invita a miembros de la familia interesados en formarse en los negocios familiares denominamos a ese nuevo dispositivo Mesa de Dirección. Es un espacio en el que los más jóvenes tienen la oportunidad de ir conociendo los métodos de trabajo y la manera de pensar de los que tienen la responsabilidad de dirigir la empresa.

¿Por qué es importante la utilización de estos dispositivos? Porque permiten sistematizar la comunicación, y dan un espacio para la reflexión y el diálogo en los diversos estamentos de la empresa familiar.

 

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La gerencia general colaborativa

Un modelo novedoso para sobreponerse a las pujas de poder y lograr que un conjunto de personas sobresalientes aporten lo mejor de cada uno en la ejecución de los planes de la empresa.


Suele decirse: “Donde manda capitán no manda marinero”, pero ¿siempre sabemos con total seguridad quién es el capitán? ¿Y estamos de acuerdo en por qué es él, y no su hermana, o su sobrino?

Estas preguntas son muchas veces angustiosas en las empresas de familia. Quizás haya varias personas que ejerzan, en la práctica, un liderazgo enriquecedor, pero a la hora de definir quién debe ser el gerente general se empantanan en discusiones teñidas por los celos, la competencia destructiva, y, muchas veces, por la negación de las capacidades de los otros.

Por eso, en los últimos tiempos viene desarrollándose un concepto enriquecedor: el de Gerencia General Colaborativa.

La Gerencia General Colaborativa es un paso más hacia la complementación en los espacios de liderazgo en una empresa, y tiene su antecedente inmediato en el Comité de Dirección. En efecto, en muchas empresas, después de un largo aprendizaje, las decisiones estratégicas se toman en equipo. Si bien la Ley de Sociedades se refiere al Directorio, en la práctica denominamos a ese equipo Comité de Dirección, porque no siempre es necesario formar parte de un Directorio legal para estar en el equipo que toma decisiones.

Pensar en una Gerencia General Colaborativa es dar un paso más en el sentido del aporte de valor en equipo, ya que, en tanto el Comité de Dirección se reúne alrededor de una mesa en momentos previamente establecidos, y para debatir temas que forman parte de una agenda, la Gerencia General Colaborativa interviene en el día a día de la empresa, y muchas veces para resolver contingencias, es decir, situaciones que no estaban específicamente previstas.

¿Cuáles son las reglas para el funcionamiento exitoso de una Gerencia General Colaborativa?

  • Se aplica lo decidido en las reuniones.
  • Se establecen pautas para el debate y la toma de decisiones (cuál es el quorum para debatir, cómo se convoca a las reuniones, cómo se comunica lo decidido a quienes no pudieron participar, cómo se divide entre lo que no admite demora y lo que puede esperar hasta que haya asistencia plena, etcétera).
  • Si se plantea una contingencia o la necesidad de un cambio respecto de lo previamente acordado se realiza una reunión de urgencia, por lo menos con los presentes.
  • Todas las decisiones deben atenerse a los lineamientos estratégicos definidos por el Comité de Dirección.
  • Los integrantes de la Gerencia General Colaborativa pueden dividir sus áreas de incumbencia.
  • Eventualmente, puede designarse a un coordinador con fecha de finalización de sus funciones, precisamente para evitar la tentación de alguno de convertirse en Gerente General unipersonal.

Un caso para conocer

Carlos Andretich S.A., una prestigiosa distribuidora de accesorios para vehículos con sede en Rafaela, ha implementado exitosamente una Gerencia General Colaborativa, a la que desde ahora denominaremos GGC, como modelo para la transición hacia la Tercera Generación.

La empresa fue fundada por Carlos Alberto Andretich y su esposa Virginia, y ha crecido considerablemente hasta convertirse en una referente en el mercado.

 

De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: Cecilia Saracco, Ignacio Campodónico, Nicolás Campos, Mauro Pinery, Santiago y Matías Andretich / Foto gentileza de Carlos Andretich S.A.

 

Los hijos del matrimonio, Marcelo, Diego, Gabriela (muchas veces representada por su esposo, Lucio Guntern), Patricia y Natalia Andretich forman parte, actualmente, del Comité de Dirección de la empresa, pero, siguiendo la huella del fundador, ellos han entendido que dar paso a la Tercera Generación, cuando todavía son jóvenes, es una manera de preservar una empresa que requiere actualización permanente y mucha energía para un gerenciamiento exitoso.

A su vez, los integrantes de la Tercera Generación que se encuentran en puestos de relevancia, Matías y Santiago Andretich, consideran que es necesario unir la práctica y el saber de no familiares al compromiso propio de la pertenencia a la familia, porque sumando el talento de unos y otros es posible mantener a la empresa con un alto nivel de motivación y de rendimiento profesional.

La Gerencia General Colaborativa ha consensuado con el Comité de Dirección los temas de incumbencia propios, y los que deben ser debatidos y decididos en conjunto.

Los temas propios son los siguientes:

  • Elaboración de indicadores, para mantener actualizados a los accionistas y al Comité de Dirección respecto de la marcha de los negocios
  • Comunicaciones al personal
  • Análisis de conductas no toleradas
  • Designación de mandos medios
  • Cuáles son las incumbencias de cada puesto

A su vez, los temas que se consensuan con el Comité de Dirección, son los siguientes:

  • Incorporación de líneas o marcas
  • Rescisión de relaciones estratégicas
  • Endeudamiento extraordinario
  • Desvinculaciones de personal con antigüedad
  • Análisis de viabilidad de nuevos negocios
  • Contratación/desvinculación de miembros de la familia
  • Temas estratégicos: cambio en la estructura edilicia, fusiones, adquisiciones
  • Ingreso, permanencia y egreso de miembros de la familia
  • Temas financieros de largo plazo

El objetivo es el crecimiento del Grupo empresario-familiar, y que el hecho de ser familiar no quite incentivos para el compromiso y la participación de los no familiares.

Al romper con la lógica de la Gerencia General Unipersonal, Carlos Andretich S.A. realiza una experiencia valiosa que seguramente va a ayudar a la cohesión de talentos diferentes para un fin compartido.

 

 

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Webinar / Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida

El dr. Leonardo Glikin brindó el pasado jueves 2 de agosto este webinar sobre Exiting, el proceso a través del cual una persona planifica su salida del lugar de mando de una empresa PYME, empresa familiar o institución diseñando la mejor estrategia y tomando en cuenta los aspectos emocionales, organizativos, legales, financieros y administrativos que se encuentran involucrados.

A lo largo de una hora, el Dr. desarrolló las claves y los beneficios del proceso, y respondió las consultas de los participantes.

 

• Para saber más sobre Exiting: https://www.exiting.com.ar/

 

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El consejo de familia: ¿cuándo, cómo, para qué?

Una empresa de familia puede estar compuesta por unas pocas personas que trabajan cotidianamente en la empresa, o la familia puede estar constituida por muchas personas de las cuales sólo unas pocas, o quizás ninguna, se desempeña en la empresa cotidianamente. En esos casos, el Consejo de Familia puede cumplir una función clave para  el mantenimiento de las buenas relaciones y la continuidad.

 Puede ocurrir, a partir de la Segunda Generación, y sin duda va a resultar imprescindible, que cuando la empresa esté en manos de la Tercera Generación Familiar resulte ser necesario un espacio que contenga a todos los miembros de la familia, sea cual fuere su relación con la producción cotidiana de la empresa o con la dirección. Ese espacio se denomina Consejo de Familia.

Este Consejo puede definirse como el ámbito en el cual se tratan todos los temas que vinculan a los miembros de la familia con el negocio familiar. Entre las incumbencias propias del Consejo de Familia podemos citar:

  • La educación y capacitación de los miembros de la familia, para su entrada al negocio.
  • La educación y capacitación de los miembros de la familia, para su exitosa inserción en la sociedad, sea que vayan a incorporarse a la empresa familiar o no.
  • Los valores de la familia empresaria, y su aplicación en cada caso concreto.
  • La resolución de conflictos entre miembros de la familia, en particular cuando no están ligados con el desarrollo empresario (ya que, normalmente, existen otros dispositivos para resolver conflictos intra-empresarios).
  • Ser el espacio para la participación de los cónyuges respectivos.
  • Generar la inducción para la participación de los miembros de la familia en la empresa.
  • Mantener actualizada la documentación de la historia familiar (a través de publicaciones, fotografías, etc).
  • Celebrar los eventos significativos de la empresa y de la familia (aniversarios, logro de objetivos, etc).
  • Intercambiar con la Comunidad, con la mirada puesta en mantener y elevar el prestigio de la empresa.

El diálogo constante entre los miembros de la familia, sea que trabajen en la empresa o no, es una de las claves para mantener la confianza y poder superar los problemas colaborativamente.

John Ward, uno de los máximos especialistas internacionales en materia de empresas de familia, resume las responsabilidades del Consejo de la siguiente manera: 

  • Construir y mantener la comprensión de los valores familiares, la unidad y del éxito empresarial de los miembros de la familia.
  • Construir y mantener efectivos programas de desarrollo personal y profesional, para todos los miembros de la familia, en el área que ellos elijan, y en especial para aquellos interesados en la gobernanza y el management de las empresas familiares y las inversiones familiares.
  • Celebrar a la familia y abrazar la vida, la alegría personal, la diversión compartida, como parte de la identidad personal y familiar.
  • Participar en la elección de miembros de la familia para dirigir el Consejo de Familia, en la empresa familiar y en las fundaciones de la familia.
  • Establecer una estrategia de largo plazo para la diversificación de actividades y de inversiones.
  • Ser un espacio de comunicación efectiva entre la familia y el Comité de Dirección de las empresas.
  • Establecer y mantener un plan de sucesión efectivo para las posiciones clave en la empresa.
  • Crear los modos a través de los cuales la historia y el conocimiento institucional del pasado y del presente serán accesibles a los miembros actuales de la familia y a las nuevas generaciones.

¿Cómo se constituye un Consejo de Familia?

 Habitualmente, la constitución del Consejo tiene lugar en el marco de la formulación del primer Protocolo Empresario-Familiar.

Luego de mantener reuniones individuales y confidenciales con cada miembro de la familia, el Consultor que dirige el proceso agenda el momento más adecuado para reunirlos a todos, con la intención de crear un espacio de diálogo no controversial y agradable para los participantes.

Por lo tanto, así como en algunos casos la estructuración del Consejo de Familia puede ser uno de los primeros pasos en el proceso de elaboración del Protocolo, en otros casos se encuentra entre las acciones finales, porque para que su conformación sea exitosa es necesario limar asperezas y acercar posiciones.

Sea cual fuere el mejor momento, lo cierto es que la estructuración del Consejo de Familia no se limita a la elaboración de un reglamento para su funcionamiento, sino que requiere un consenso intenso entre los miembros de la familia empresaria, que permitirá elaborar la agenda más adecuada para cada familia, establecer la regularidad de las reuniones (que puede darse cada un mínimo de 4 meses y un máximo de 1 año), si habrá alguna persona permanentemente encargada de organizar los eventos del Consejo, cuáles serán los contenidos de las reuniones y quiénes serán los participantes.

Hay familias que le dan mucha importancia al Consejo de Familia. Lo convierten en una suerte de poder no formal, que modera las decisiones que se adoptan en la empresa, porque hay consenso en cuanto a que la mirada del Comité tiene un fuerte compromiso con la defensa de los valores y las mejores prácticas de la empresa.

En nuestra experiencia, el Consejo de Familia es uno de los dispositivos más adecuados para mantener vigoroso el Protocolo Empresario-Familiar.

 

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Ventajas y desventajas de la empresa manejada por familiares

31 de diciembre de 2020: esa es la fecha que se fijó Gabriel para retirarse de la empresa. ¿Quiénes la manejarán en el futuro? ¿A quiénes debería preparar? ¿Inducir a sus hijos es el camino, o mejor contratar a profesionales?

Gabriel empezó a trabajar a los 20 años, y hoy, a los 63, y en plena crisis económica, se siente cansado, y con ganas de cambiar de vida.

Por un lado, pensar esa posibilidad le da culpa: su padre murió, literalmente, en su escritorio. Jamás pensó en retirarse.

Por otro lado, Gabriel sabe que vida hay una sola, y que, así como su hermano se desarrolló en la profesión que lo apasionaba, y su hermana se dedicó al arte, para él está llegando el momento de dejar de vivir apurado, de dejar de sostener un edificio que demanda permanentemente creatividad, impulso, pasión y, por supuesto, ¡mucho oficio!

Ese es el punto que más lo preocupa: ¿quiénes estarán en condiciones de manejar la empresa en el futuro? ¿Sus hijos, que todavía son muy jóvenes y no tienen suficiente experiencia? ¿O convendría recurrir a un gerenciamiento no familiar?

A continuación, algunas consideraciones acerca de las ventajas y desventajas de la empresa manejada por familiares, tomadas de Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida (Aretea Ediciones, 2014).

Ventajas de la empresa manejada por familiares

• Compromiso

Generalmente, los miembros de la familia empresaria tienen una verdadera pasión por su emprendimiento. Esto hace que le dediquen sus mayores y más esmerados esfuerzos. Muchas veces los esfuerzos que le dedican son mucho mayores que los que destinarían a una empresa ajena.

• Conocimiento

Los miembros de la familia empresaria son quienes mejores posibilidades tienen de conocer todas las particularidades del negocio, su funcionamiento y mejores prácticas.

• Flexibilidad en el manejo de las utilidades

En muchos casos, el hecho de que sus propios dueños trabajen en la empresa y la dirijan, permite manejar con cierta flexibilidad según la conveniencia del momento que la empresa atraviesa, la distribución de las utilidades sin contar con un compromiso fijo en cuanto a montos de honorarios y sueldos, lo que posibilita regular períodos en que las retribuciones de los miembros de la familia serán mayores o menores, optando a veces por una mayor reinversión con menores retribuciones o a la inversa; vaivenes a los que no podrían, en cambio, estar sometidos los terceros ajenos a la familia.



• Cultura y valores compartidos

Los creadores de la empresa familiar son transmisores de valores y creencias a las generaciones que les siguen. Muchas veces, desde jóvenes, los miembros de las segundas y ulteriores generaciones han “respirado” y absorbido esa cultura, que se refiere a modos de hacer, formas de relacionarse con terceros, clientes proveedores, mecanismos de resolución de conflictos, formas de comunicarse, objetivos y metas.

• Relaciones de afecto y comprensión

Los miembros del círculo familiar son más proclives a desarrollar lazos que, construidos en torno del afecto y los valores compartidos, permiten una mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios y satisfacer las necesidades de cada uno y del proyecto común. También puede existir mayor proclividad a comprender al otro, sus conductas y su forma de pensamiento, por la profundidad del conocimiento entre sus miembros.

• Imagen ante terceros: Confianza y tradición

En algunos casos, la imagen de tradición y compromiso que representa la empresa familiar puede resultar atractiva y confiable para terceros, proveedores y clientes, y todos aquellos que tienen que contratar con ella. El mercado suele percibirlas como sinónimo de estabilidad y seriedad.



Desventajas de la empresa manejada por familiares

• Rigidez

A veces, la empresa manejada por familiares presenta la dificultad de cierta tendencia a aferrarse a las tradiciones y modos de obrar de sus fundadores. Esto obstaculiza la apertura a los cambios y la adaptación a las condiciones inestables del contexto. Las empresas familiares muchas veces no están adecuadamente preparadas para el cambio, por lo que deben desarrollar un buen mecanismo para implementar las transiciones (tales como el retiro de los fundadores y el paulatino incremento de poder de sus sucesores).

• La convicción de autoabastecimiento

En el caso de muchas empresas de familia, existe una resistencia a acudir a metodologías y tecnologías probadas fuera de la empresa y diferentes de las ya conocidas y adoptadas. Muchas veces se teme a nuevos proyectos de inversión, por la amenaza de perder el control de la empresa. Así también se pierden oportunidades de incorporar management capacitado y profesional por el temor al poder que puedan adquirir terceros ajenos a la familia. Esto puede llevar a un cierto aislamiento que dificulte su desarrollo.

• Conflictos emocionales

Resulta difícil que los problemas existentes en el ámbito de la familia no se trasladen al ámbito de la empresa. Existen problemas emocionales y afectivos que se producen en el ámbito familiar que muchas veces se reproducen en el marco de la empresa, sin que a veces sus protagonistas tengan conciencia de ello. Estos problemas vinculares no resueltos suelen afectar las tareas, el rendimiento y los resultados.

• El liderazgo

No siempre los miembros de la familia están efectivamente en condiciones para asumir el liderazgo de la empresa. El “título” de familiar no basta. Cuando el liderazgo está en manos de aquellos que son miembros de la familia pero no están adecuadamente capacitados sobreviene como resultado un enorme costo en problemas de funcionamiento, falta de estrategia, dificultades en la toma de decisiones, pérdida de oportunidades de negocios, estancamiento, disminución de las utilidades, caos y desorden organizacional.



• Debilitamiento de la estructura gerencial y la toma de decisiones

En muchos casos, las empresas familiares adolecen de una informalidad en su organización que atenta contra el robustecimiento y capacitación de una estructura gerencial profesional. Esta informalidad motivada en la forma de relación propia de los familiares, termina afectando la objetividad y el profesionalismo que requiere la toma de decisiones eficientes y funcionales en beneficio de los intereses de la empresa. Es así como hay resistencia a elaborar un organigrama de puestos y funciones de la compañía y sus respectivas competencias, por lo que llega un momento en que los límites son difusos y nadie sabe bien cuáles son las responsabilidades propias y ajenas.

• Mayores dificultades en el manejo de conflictos

Los factores emocionales y la existencia en la familia de antecedentes de dificultades en la forma de relacionarse entre sus miembros, muchas veces por factores históricos de la familia, suelen ser difíciles de dejar a un lado, y se trasladan perjudicialmente a la vida de la empresa. Formas enquistadas de relacionarse, competencias y enconos no resueltos, aparecen reflejados en situaciones propias del negocio familiar, con la consiguiente dificultad para encontrar métodos objetivos y eficaces de solución del conflicto. Están todos involucrados en la familia y eso hace difícil que puedan ver los problemas en que ellos mismos u otros integrantes intervienen, con la dosis adecuada de objetividad y distancia, lo que dificulta su solución.

• Dificultades en la comunicación

En muchas empresas familiares no están desarrollados los mecanismos de comunicación efectiva. Esto se debe a la falta de habilidad de sus miembros, quienes confían en que el vínculo familiar y la confianza permitan dar este aspecto por descontado, subestimando la adecuada comunicación.

Para interiorizarse sobre este aspecto y otros más relacionados los invitamos a participar del seminario online de Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida.

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¿Cuándo elaborar un protocolo familiar?

La respuesta en manos de un pesimista sería, a boca de jarro, “cuando todavía estés a tiempo”. Y algo de razón tiene, porque si la familia empresaria no establece reglas cuando las relaciones son buenas va a ser mucho más difícil llegar a acuerdos duraderos cuando hay situaciones de enfrentamiento y tensión.

El Protocolo Familiar es un acuerdo que tiene valor legal, pero, fundamentalmente, tiene valor moral, lo que significa que una familia que tiene principios éticos se compromete a cumplir determinados acuerdos, relacionados con:

  • Los ámbitos en los que van a desarrollar sus negocios
  • El modo de realizarlos
  • Las pautas para el ingreso, la permanencia y el egreso de los miembros de la familia (lo que implica, entre otras cosas, cuáles son las aptitudes que se exigen en los familiares que quieren trabajar en la empresa, las actitudes requeridas, la retribución pactada, etc.)
  • Modos de dirigir la empresa
  • Pautas para la transmisión de la propiedad, tanto en caso de fallecimiento de alguno de los socios, como en caso de que quiera retirarse en vida
  • Mecanismos para prevenir y resolver conflictos

Para realizar un Protocolo Familiar es necesario, fundamentalmente, contar con el consenso de los integrantes de la familia, ya que ellos deben participar activamente en el proceso.

En muchos casos, la realización del protocolo tiene consecuencias muy significativas en las relaciones de la familia empresaria, ya que el proceso genera cambios, tanto en la manera de conducirse entre sí, como en la práctica de rendirse cuentas, evaluar la gestión de los integrantes de la familia, ventilar las diferencias entre ellos, etc.

Por todas estas razones, la mejor manera de encarar un Protocolo Familiar es mediante la participación de consultoría externa, que cumplirá diversas funciones:

  • Elaborar un programa de desarrollo de un protocolo a medida de las necesidades de la familia empresaria, en función del grado de desarrollo de los negocios, la visión con que los encaran, y la complejidad del grupo familiar.
  • Servir de guía para el cumplimiento de los puntos acordados.
  • Intervenir en los conflictos que puedan producirse entre los miembros de la familia, proponiendo las soluciones más adecuadas para cada caso concreto.
  • Impulsar a la familia empresaria para que se focalice en la elaboración del protocolo, evitando postergaciones en el proceso.

Normalmente, quienes encaran un Protocolo Familiar están incentivados para hacerlo, porque:

  • Han conocido casos de éxito (familias cercanas que se ordenaron mejor, y hasta fueron más exitosas, a través de la experiencia del Protocolo)
  • Han conocido desastres empresario-familiares, de quienes no hicieron a tiempo un Protocolo, y se enfrentaron a duras situaciones de conflicto que terminaron hundiendo a la empresa, y separando a la familia.

El proceso de elaboración del Protocolo se inicia, habitualmente, cuando algún miembro de la familia manifiesta su inquietud al respecto y logra persuadir a otros de los beneficios de hacerlo. Sin duda, la mayor solidez del proyecto empresarial y el aseguramiento de que los vínculos van a mantenerse en su actual nivel cuando son buenos son dos de los grandes incentivos para encararlo. Sin embargo, a veces, se piensa en el Protocolo como el proceso no controversial que va a ayudar a resolver situaciones de malestar del presente, o a prevenir alguna crisis que ya se está avizorando.

Tanto para preservar lo bueno del presente como para evitar lo malo del futuro, el proceso de elaborar el Protocolo es un camino totalmente recomendable.

¿Cuándo encarar un Protocolo Familiar?

  • Cuando se van a incorporar integrantes de la nueva generación

En la medida de lo posible, elaborar reglas claras respecto de las exigencias de la empresa, una descripción detallada del puesto a ocupar, normas de retribución equitativas, pautas de satisfacción y motivos de apercibimiento, ayudan a evitar que un joven ingrese a la empresa y termine vegetando en ella, o sintiendo que hace un enorme esfuerzo que no es valorado.

A veces, también resulta conveniente establecer un régimen de pasantías para los miembros de la familia, y difundirlo de manera tal que todos los jóvenes sepan, incluso desde años antes, que hay una oportunidad para ellos en la empresa familiar.

  •  Cuando se van a encarar nuevos negocios

Son innumerables las experiencias de fracasos en nuevos negocios, y, con los fracasos, la imputación de responsabilidades, todo lo cual puede afectar las relaciones familiares.

También puede ocurrir que los nuevos negocios sean un éxito, pero que, si no fueron debidamente consensuados, traigan como consecuencia una crisis en la relación familiar: alguien no entiende por qué otro miembro de la familia empresaria ocupa tanto tiempo y energía en un negocio que no termina de ser comprendido y aceptado por todos.

Sea por la atribución de tiempo, el reconocimiento económico, el riesgo de pérdida económica o la posibilidad de un éxito no reconocido, cuanto más claramente se fijen las pautas en un Protocolo Familiar, menores van a ser las posibilidades de que el nuevo negocio sea un eje de malestar en la familia empresaria.

  •  Cuando algún titular de la empresa empieza a pensar en su retiro

¿Es necesario elegir un sucesor?

¿Hay que profesionalizar la empresa?

El retiro de un socio genera la necesidad de establecer nuevas reglas, que, probablemente, habrán de impactar en los beneficios económicos para cada participante en la empresa.

Diferenciar entre el trabajo operativo, la participación en la dirección de la empresa y los beneficios por ser titular de una participación en el capital, permite mantener las buenas relaciones y ordenar el diálogo en la familia empresaria.

  •  Cuando se va a realizar un cambio significativo en la empresa

Sea un cambio en la visión de la empresa, sea un cambio en la misión, en la plantilla de personal, en la infraestructura, lo cierto es que no todos acompañan el cambio de la misma manera. Algunos son especialmente entusiastas, y otros se resisten.

Para lograr las mejores actitudes, el proceso de elaboración del Protocolo Familiar es de enorme ayuda.

  •  Cuando agobian los conflictos

En algunos casos no se pueden resolver los conflictos en forma directa, porque algunas personas tienen su sensibilidad a flor de piel, y el solo hecho de hablar de determinados temas les resulta traumático.

En esos casos, el proceso de elaboración del Protocolo puede ser de enorme utilidad, dado que es posible mantener el diálogo y buscar puntos de consenso en otras áreas mientras pasa el tiempo necesario hasta que el conflicto pueda ser debidamente abordado. Además, en la medida en que habitualmente el Protocolo incluye mecanismos para prevenir y resolver conflictos, esos contenidos pueden ayudar a que el clima mejore, y los protagonistas estén más predispuestos a llegar a acuerdos.

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Webinar / Protocolo empresario familiar: un pacto entre generaciones

Compartimos de manera exclusiva para nuestros suscriptores la conferencia brindada por el Dr. Leonardo Glikin el 27 de abril en el marco de Webinars Vistage.

Para evitar conflictos y asegurar la continuidad de la empresa es necesario establecer normas ordenadoras y cumplibles. Conocer el proceso de elaboración del Protocolo Familiar es el mejor camino para un acuerdo entre generaciones, al diferenciar derechos y deberes de quienes dirigen, quienes gerencian, quienes trabajan en la empresa, y los que son, o serán, los dueños del patrimonio familiar.

 

Para realizar consultas al respecto, pueden escribir a comunicaciones@caps.com.ar

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Nosotros, heredantes

Existe una palabra  para definir a quien, sabiéndose mortal, toma medidas para que su patrimonio llegue de la mejor manera a quienes debe llegar, y a la vez, para poder vivir su vida con el mayor resguardo económico que sea posible, incluso si no está en condiciones de generar nuevos ingresos.  Esa palabra es heredante.

Todos somos heredantes, porque tenemos, o tendremos, un patrimonio, y seguramente queremos que, en caso de que tengamos que transmitirlo, llegue a las personas que consideramos adecuado; y también tenemos nuestras propias necesidades, y las necesidades de nuestro entorno afectivo (pareja, hijos, amigos), a los que queremos proteger o beneficiar.

Por todo ello, será útil que nos hagamos algunas preguntas:

  • ¿Cuál sería la situación de mis seres queridos en caso de fallecer prematuramente?
  • ¿Quiénes se verían afectados?
  • ¿Qué acciones podría implementar para protegerlos?
  • ¿Cómo podría evitar conflictos entre los seres queridos?
  • ¿Me interesa dar a todos mis seres queridos por igual (lo que implica ser igualitario) o diferenciar en función de valores tales como necesidades, merecimientos, etc (lo que implica ser equitativo)?
  • ¿Qué pasaría si una situación de enfermedad me impidiera tomar decisiones sobre mi cuerpo? ¿Quiénes deberían tomar esas decisiones?
  • ¿Qué riesgos correrían mis proyectos, por mi ausencia física o intelectual?
  • ¿Qué pasaría si los costos a afrontar en el futuro fueran demasiado altos y en mi retiro  no contara con los recursos económicos para ello?
  • ¿Cómo debería manejarse el negocio, mi actividad profesional  o mi empresa, si yo no pudiera hacerlo?

Los cuatro pilares de la Planificación Sucesoria

Contestar esas preguntas permite encarar la Planificación Sucesoria.

Esto implica abarcar motivaciones disímiles de cada persona, ya que a cada edad y en cada circunstancia algunas motivaciones pueden ser más relevantes que otras.

Por eso, hablamos de los cuatro pilares de la Planificación Sucesoria, que son los siguientes:

  • La protección
  • La armonía
  • La proyección personal
  • La trascendencia

Los analizaremos en forma particular.

La protección

Significa arbitrar los medios necesarios para que:

  • Los seres queridos no sufran un deterioro en sus condiciones materiales de vida como consecuencia de la desaparición de su proveedor de ingresos.
  • El patrimonio no se vea afectado por un impacto impositivo derivado del fallecimiento del titular.

La armonía

Consiste en adoptar medidas tendientes a:

  • Evitar conflictos entre miembros de la familia.
  • Definir los principios éticos del heredante (o sea, de quien está encarando su propia Planificación Sucesoria), que, en general, se basan en:
    • Mantener la igualdad entre los hijos.
    • Propender a la equidad, tendiendo a compensar situaciones de diferencia.
    • Premiar el mayor esfuerzo de algunas personas.
    • Compensar por la presencia y asistencia recibida de algunos hijos u otros seres queridos, en especial en la vejez o durante una enfermedad.
    • Compensar a quien haya sido afectado por los condicionamientos de la vida (por ejemplo, un hijo que padece una enfermedad discapacitado)
  • Dar a cada uno lo que le corresponda sobre la base de los principios éticos del heredante.
  • Tratar de armonizar tales principios del heredante con lo que puede ser aceptado por los herederos, lo que ayudará a evitar un mal recuerdo en el marco de los afectos. En otras palabras, intentar soluciones por consenso.

La proyección

Entre los valores más apreciados de una persona se encuentra lograr que sus propios proyectos puedan seguir adelante.

En el caso de las empresas esto ocurre cuando algún individuo se plantea cómo conseguir que se continúe más allá de su esfuerzo personal, tratando de evitar con ello que la organización padezca el impacto de la falta de su aporte personal.

En esos escenarios, el empresario se está planteando su propio exit planning, o sea, la estrategia para la salida personal de la empresa y la búsqueda de personas comprometidas para poder llevarla adelante.

Pero también está comprendido el riesgo de no poder retirarse: de que, por alguna contingencia, una persona no pueda seguir adelante con su empresa o con sus proyectos.

“Empezar con el fin en la mente” es un sano principio que implica poder prever las contingencias, e imaginar la manera de resolverlas.

La trascendencia

Sea a través de actos filantrópicos, o de la consolidación de ciertos proyectos personales, lo cierto es que satisfacer las necesidades de trascendencia significa responder de la manera más efectiva posible a algunos de los valores más importantes de los seres humanos.

Trascender significa, por ejemplo, que el propio nombre bautice un proyecto, o que el esfuerzo del presente rinda sus frutos en el futuro lejano (por ejemplo, al garantizarse la educación de los nietos o de los bisnietos).

Muchas veces, quienes se focalizan en el pilar de la trascendencia, ya tienen íntegramente resuelto el pilar de la protección.

¿Quiénes y cuándo deberían consultar por su Planificación Sucesoria?

Una respuesta factible es “todos aquellos que tengan un patrimonio, una familia, un entorno afectivo y el deseo de dejar organizado en vida qué sucederá con todo ello cuando acontezca la muerte, para así poder vivir tranquilo ahora”.

No obstante, en particular, podemos mencionar algunos casos en los que resulta imprescindible, a saber:

  1. Cuando se está por comprar o vender un bien importante.
  2. Cuando alguien decide casarse o divorciarse.
  3. Al comenzar una convivencia de hecho, o quienes ya conviven.
  4. Al formar una familia ensamblada.
  5. Cuando existe algún miembro de la familia discapacitado.
  6. Cuando nace un hijo.
  7. Cuando los padres son ancianos o se encuentran enfermos.
  8. Cuando se está por iniciar un negocio con otra persona, o una sociedad.
  9. En casos de empresarios o profesionales independientes.
  10. Cuando existen cónyuges e hijos de ellos.
  11. Cuando una persona de mediana edad se halla interesada en encontrar una forma de ingreso para su retiro, asegurarse la educación de sus hijos, o la manutención del nivel de vida de su familia al fallecer o enfermarse gravemente.
  12. Cuando se ha transitado por sucesiones complejas y se quiere asegurar a los herederos la transmisión de su patrimonio con prolijidad y seguridad.
  13. Cuando se considera que se necesita asesoramiento profesional especializado para lograr sus objetivos de previsión del futuro, para así vivir más tranquilo el presente y evitar conflictos sobre la base de su propia realidad personal, patrimonial y familiar.
  14. Cuando alguien se siente desplazado de un patrimonio o de una empresa.
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