Temas de Empresa & Familia

XII SICEF, un encuentro para consolidar y crecer

Foto final del XII SICEF, en clima de total camaradería.

La Consultoría de Empresa Familiar está desarrollándose como nunca antes, y en la Argentina tiene en el Instituto Argentino de la Empresa Familiar un ámbito propicio, sobre la base de su lema: “construir la cultura de la empresa familiar”.

Como todos los años, IADEF organizó el SICEF, Seminario Internacional de la Empresa Familiar, que esta vez, en su  XII, tuvo lugar en las instalaciones del Hotel Sasso en Mar del Plata, con la excelente organización a cargo de la Presidenta del IADEF, nuestra consultora Natalia Christensen.

Del 6 al 8 de marzo se sucedieron presentaciones de alto nivel, con la participación activa de 100 profesionales, algunos de los cuales recibieron la marca de Consultor de Empresa Familiar Certificado – CEFC ® en tanto que otros asistieron a este Seminario como primer paso para luego encarar los cursos pertinentes, y obtener la marca en 2024.

Felicitaciones a los nuevos CEFC ® y bienvenidos a quienes desarrollarán el proceso de certificación a lo largo de este año!!!

 

Hermosa imagen de Mar del Plata, captada con arte por Enrique Brusco

 

La Lic Natalia Christensen, Presidenta del IADEF, inaugura el XII SICEF

 

Leonardo Glikin y Verónica Pino, presentando las interacciones entre Consultoría y Operación para la Resolución de Conflictos, en el marco del XII SICEF

 

Los nuevos CEFC ® junto a dos integrantes de la Comisión de Marca, Sergio Messing y Leonardo Glikin

 

 

 

Seminario Internacional SICEF

 

Inicia el 6, 7 y 8  DE MARZO de 2023 presencial en Mar del Plata, Argentina

Continúa todo el año con actividades virtuales

  • 3 Jornadas de actualización profesional, con acceso a nuevos conocimientos y novedades.
  • Networking en sesiones, almuerzos y pausas de café, con valiosos intercambios de experiencias y contactos .
  • Generación de estrategias y planes, mejorando e innovando en el sector de la consultoría de Empresa Familiar con el impulso de colegas.
  • Acceso a la comunidad interdisciplinaria aliada para desarrollar servicios y alianzas.
  • Y mucho más en el aula virtual, los webinars y el grupo de whatsapp.

El Seminario Internacional para Consultores de Empresa Familiar – SICEF – se ha convertido, a lo largo de 12 años, en un intangible fundamental para el mejoramiento y el crecimiento laboral del profesional de la consultoría de Empresa Familiar y la comunidad interdisciplinaria aliada a dicho servicio.

El SICEF se dirige a profesionales seniors del sector de la consultoría de Empresa Familiar – y en carrera profesional-. Fundamentalmente, a prestadores de servicios con titulaciones en psicología, sociología, abogacía, administración, escribanía, ingeniería, mediación, gestores en talento humano, en Family Office, Directivos/as.

Asistirán colegas provenientes de la región latina: Colombia, Ecuador, México, Brasil, Panamá, Chile, Republica Dominicana, Uruguay, Perú, Bolivia, EEUU y Paraguay – entre otros –

La organización y desarrollo del programa XII SICEF está a cargo de profesionales con amplia trayectoria y experiencia en el área de la consultoria de empresa familiar, a nivel nacional e internacional.

 

 

OBJETIVOS

CRONOGRAMA

La inscripción incluye:
– Certificado de asistencia
– Materiales del Seminario en formato Digital
– Álbum de fotos Digital
– Almuerzo y cofee break los tres días
– Cuaderno con memorias
– Incorporación a un grupo privado en Whatsapp y en Linkedin
– Acceso al aula virtual con materiales y videos grabados de las 3 jornadas y de Seminarios anteriores
– Invitación al Almuerzo Ejecutivo el 8 de Marzo en Conmemoración del Día Internacional de la Mujer
– Acceso a 4 webinars que se llevarán a cabo a lo largo del año

Empresa familiar, matrimonio y convivencia

Las decisiones relativas al matrimonio o la convivencia generan muchas consecuencias en la empresa familiar, que es necesario conocer para evitar sorpresas desagradables.

 – Julieta y yo no nos vamos a casar. Total, si nos queremos, es lo mismo – dice Ariel a sus amigos en el bar.

En otra mesa del mismo bar, Débora da una primicia a sus amigas:
– Ramiro y yo nos casamos en octubre. Al final, nos dimos cuenta de que da lo mismo, y de esta forma le damos el gusto a la mamá de Ramiro, que tanto insistía para que nos casemos –

Aunque con decisiones contrapuestas, Ariel y Débora tienen un punto en común: los dos están equivocados.

Porque el matrimonio y la convivencia no son iguales, ni generan las mismas consecuencias.

En todo caso, con el régimen de divorcio regulado por el Código Civil y Comercial de la Nación, hoy resulta fácil disolver un matrimonio, y con la posibilidad que da la ley de inscribir la convivencia, pueden existir consecuencias patrimoniales cuando la convivencia finalice.

Todo ello torna necesario conocer las diferencias para tomar las mejores decisiones posibles.

EL MATRIMONIO FRENTE AL DIVORCIO

Actualmente, las parejas pueden elegir casarse con el régimen de “comunidad de bienes gananciales” (que es igual al matrimonio que existía con el viejo Código Civil) u optar por un régimen de “separación de bienes”.

En ambos casos, los bienes que cada integrante de la pareja lleva al matrimonio, y los que luego reciba por herencia, por legado o por donación, se consideran bienes propios, es decir que en caso de divorcio siguen perteneciendo al titular original.

La gran diferencia consiste en que, en el régimen de “comunidad de gananciales” todo lo que se adquiera durante el matrimonio (incluyendo las rentas o frutos de los bienes propios) es ganancial, y forma parte de la “sociedad conyugal”, que deberá liquidarse en caso de que los cónyuges se divorcien.

EL MATRIMONIO FRENTE AL FALLECIMIENTO DE UN CÓNYUGE

Toda persona tiene derecho a disponer libremente de una parte de su patrimonio: quien tiene por lo menos un hijo, puede disponer de la tercera parte de su patrimonio, y quien tiene a sus padres vivos, o está casado, y no tiene hijos, puede disponer libremente de la mitad de su patrimonio.

La otra parte, la que no puede disponer libremente, es lo que se denomina la “legítima hereditaria”.

Todas las proporciones que se citan en este apartado corresponden a la “legítima hereditaria”, pero iguales proporciones se aplican en caso de que el titular del patrimonio no haya realizado una donación, un testamento o un fideicomiso para disponer de una parte de sus bienes.

Si fallece uno de los cónyuges, al sobreviviente le corresponde la mitad de los bienes gananciales.

La otra mitad corresponde a los hijos de la persona fallecida, y si no hubiera hijos – o nietos, en caso de fallecimiento de algún hijo – , a los padres y al cónyuge por igual.

Respecto de los bienes propios al cónyuge sobreviviente le corresponde una parte equivalente a lo que corresponda a cada uno de los hijos (se dice, “hereda como un hijo más”).

Es decir que, en caso de fallecimiento de una persona que deja un hijo, el cónyuge va a recibir la mitad, si hay dos hijos la tercera parte, si hay tres hijos la cuarta parte, y así sucesivamente.

No habiendo hijos, el cónyuge hereda en igualdad con los padres de la persona fallecida, y si no hay hijos ni padres, es el único heredero.

Por otra parte, el cónyuge tiene un derecho nada despreciable: conforme al artículo 2383 del Código Civil y Comercial, tiene derecho a vivir por el resto de su vida, gratuitamente, en el inmueble que hubiera sido asiento del hogar conyugal, sin importar su tamaño o valor, derecho que no se ve afectado ni siquiera por un matrimonio posterior del viudo o viuda.

LA CONVIVENCIA FRENTE A LA SEPARACIÓN

La ley prevé los “acuerdos convivenciales”, en los que se pueden pactar una serie de cuestiones, y entre ellas las consecuencias de la finalización de la convivencia.

A su vez, en caso de que no se haya previsto expresamente, el Juez tiene la facultad de compensar al conviviente desfavorecido, haciendo merito de todo el aporte (quizás no computable económicamente) que puede haber realizado durante el tiempo de convivencia.

Asimismo, también puede establecerse un tiempo en el que el conviviente no titular de un inmueble puede permanecer utilizando esa vivienda.

En general, se trata de normas protectoras de la calidad de vida y de la estabilidad económica del menos favorecido.

LA CONVIVENCIA FRENTE AL FALLECIMIENTO

En caso de fallecimiento, la ley no prevé ningún beneficio o compensación para el conviviente, respecto del patrimonio del conviviente fallecido.

Esto significa que el conviviente no es heredero forzoso.

Por el contrario, al conviviente pueden corresponderle los beneficios de una pensión, o eventualmente, si el fallecimiento tuvo lugar por alguna causal que dé lugar a un reclamo por daños y perjuicios, el conviviente va a tener derecho a hacer ese reclamo, pero para recibir una parte del patrimonio del conviviente fallecido será necesario que haya una donación, un testamento o un fideicomiso a su favor.

DECISIONES EN RELACIÓN A LA EMPRESA FAMILIAR

Esta síntesis de derechos del matrimonio y la convivencia frente a la finalización de la relación, sea por decisión de las partes o por fallecimiento, nos lleva a una serie de preguntas en cuanto a su aplicación a la empresa familiar.

 

 

 

 

Sin pretender ser exhaustivos, éstas son algunas de las preguntas:

  • Como familia empresaria, ¿hacemos diferencia entre parejas casadas y parejas que conviven?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Pueden las parejas de los miembros consanguíneos trabajar en una empresa de la familia?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Pueden ocupar cualquier puesto, o sólo alguno de jerarquía?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Pueden ocupar una gerencia en la empresa familiar?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Pueden formar parte de la dirección de la empresa?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿La separación o el divorcio implica automáticamente el cese de la actividad laboral/profesional, o no?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • Si la respuesta a la pregunta anterior es negativa, ¿puede quedar el tema sujeto a la decisión del integrante consanguíneo de la familia que haya sido su pareja?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Existen ciertas circunstancias de la relación de pareja (como malos tratos, o una infidelidad) que generarían consecuencias específicamente pautadas en la relación del no consanguíneo con la empresa familiar?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Puede un no consanguíneo recibir como parte de la negociación de un divorcio una participación societaria en la empresa familiar?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Puede un no consanguíneo recibir por herencia una parte de la empresa familiar, y mantenerla en su patrimonio?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Se contemplará alguna obligación del no consanguíneo de vender su parte a los miembros consanguíneos de la familia empresaria?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Pueden los no consanguíneos actuar como representantes de sus hijos menores, en los directorios o asambleas de accionistas? …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Qué nivel de información de las empresas se compartirá con los no consanguíneos?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Qué actitud se espera de los no consanguíneos respecto de la relación de sus hijos con la empresa?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………
  • ¿Se establecerá algún espacio particular (como, por ejemplo, un Consejo de Familiar) para la participación de no consanguíneos?
    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………

Compartimos un extracto de “Liderazgos en la empresa familiar, en un cambio de época”

Miro al futuro, porque allí es donde voy a pasar el resto de mi vida

                                        George F. Burns

 

Más que una época de cambio estamos viviendo un cambio de época, lo que trae aparejados la revisión de valores,  modos de relacionamiento y prácticas en todos los ámbitos.

En las empresas se está evolucionando desde una era de dirección y control, a la era de la colaboración.[1]

Como aun no estamos preparados para semejante cambio, se originan contradicciones, marchas y contramarchas, que desafían el liderazgo de quienes hoy son actores principales – propietarios, directores, gerentes – , pero involucran significativamente a las nuevas generaciones, que se están integrando o se integrarán en el futuro a la empresa familiar.

Por lo tanto, desde la perspectiva de los jóvenes actuales y futuros, esta es una oportunidad para desarrollar nuevos modelos de interacción en la empresa, y hacer un aporte de enorme valor.

Pero no se trata, exclusivamente, de una oportunidad, que si se desaprovecha no genera consecuencias. Como este proceso de cambio no es una opción, sino que es la tendencia de las organizaciones – más allá del deseo individual de sus integrantes – quien no pueda adaptarse a las nuevas estructuras y nuevos modelos de liderazgo corre el riesgo de no estar a la altura de las necesidades que habrán de plantearse. Por lo tanto, si no se aprovecha, esta gran oportunidad puede convertirse en amenaza.

No se puede cambiar lo que no se conoce, o aquello respecto de lo que no se reflexiona. Si el punto de partida es “las cosas siempre fueron así, y así seguirán siendo por siempre”, es probable que la organización se hunda antes de tener la posibilidad de cambiar.

Por el contrario, una actitud abierta permite adaptarse de la mejor manera, requisito indispensable para las organizaciones que perduran.

A la necesidad de que la nueva generación conozca cómo se hicieron las cosas en el pasado y que “aprendan el negocio” según las expectativas de los mayores, hoy se agrega el desafío de encontrar nuevos modos de organizarse y relacionarse.

El acuerdo de los miembros de la familia para entender las tendencias generales de las organizaciones, y luego adaptarlas a la propia realidad  (con sus tiempos y particularidades)  constituye un paso imprescindible para evitar conflictos y frustraciones, y también para dar una mayor oportunidad de crecimiento a la empresa familiar.

Esa disposición al aprendizaje conjunto es, actualmente, un requerimiento ineludible para un exitoso y perdurable pacto entre generaciones.

 

 

EL ENTORNO VICA[2]

Zygmunt Bauman[3], popularizó un concepto acuñado por la Escuela de Guerra de Estados Unidos, el de “entorno VICA”, un acrónimo que significa:

Volatilidad: falta de estabilidad

Incertidumbre: no existe claridad respecto de cómo será el futuro.

Complejidad: en toda realidad aparece una variedad de factores, que muchas veces generan dilemas de difícil resolución.

Ambigüedad: falta de antecedentes de muchos de los problemas que enfrentamos.

La velocidad del cambio de la sociedad, en particular sobre la base de los avances tecnológicos e informáticos,  es de una magnitud desconocida en el pasado, y eso trae consecuencias sociales, psicológicas y relacionales impensadas.

Cabe concluir que los modelos instalados en la cultura de muchas empresas familiares para la incorporación de la siguiente generación no se encuentran vigentes, y, por lo tanto, están condenados al fracaso, al no resultar atractivos para los jóvenes, y no permitirles su realización personal. 

Ya no se trata, en la mayor parte de los casos, de que “los chicos empiecen desde abajo”, y que vayan aprendiendo lo que los mayores les irán enseñando.

Tampoco se trata de incorporarlos en el organigrama en un lugar de mandos medios, que probablemente no podrán sostener por falta de experiencia, pero, también, y quizás fundamentalmente, por falta de motivación.

Porque la mirada de los jóvenes respecto del mundo que les tocará vivir en el futuro no suele ser coincidente con la mirada actual de sus mayores, ni tampoco con la mirada que tenían sus padres cuando tenían su edad, y eso genera consecuencias trascendentes:

  • En los mayores, una suerte de decepción frente a jóvenes menos concentrados en sus obligaciones de lo que ellos recuerdan de su propia juventud.
  • En los jóvenes, una sensación de no ser comprendidos, que indefectiblemente afecta el diálogo y la confianza mutua.

 

LAS ORGANIZACIONES TEAL

En el siglo XXI asumen especial relevancia las organizaciones teal

Veamos las diferencias principales con  organizaciones pertenecientes a otros modelos. 

En los mundos ámbar y naranja los organigramas resultan claves, con sus títulos y descripciones de los cargos.

Las personas deben adaptarse a los puestos para los que han sido reclutadas o a los que han sido ascendidas, por lo que el organigrama y la definición del puesto son elementos fundamentales para evaluar su gestión.

En cambio,  las organizaciones teal revierten esta premisa: las personas no deben encajar en cargos predefinidos; su trabajo emerge de una multitud de funciones y responsabilidades que ellos mismos asumen en base a sus intereses, sus talentos y las necesidades de la organización.

Las tareas tradicionales de un director, por ejemplo el presupuesto, el análisis, la planificación, la organización, la medición, el control, la contratación, la evaluación o la comunicación, ahora se reparten entre varios miembros de un equipo.

 

LA CLAVE DE LAS EMPRESAS TEAL: LA AUTOGESTIÓN

Destacados científicos creen que la principal ciencia del siglo XXI será el estudio de sistemas complejos, auto-catalizados, auto-organizados, no lineales y adaptativos. Generalmente a esto se lo conoce como “complejidad” o “teoría del caos” (el equivalente teal de la ciencia newtoniana naranja).

Pero a pesar de que sólo ahora estamos ocupándonos de esto, la autogestión no es en ningún caso un invento nuevo o sorprendente. Es la forma en que la vida ha funcionado durante miles de millones de años, haciendo aparecer criaturas y ecosistemas tan magníficos y complejos que difícilmente llegamos a comprenderlos.

La auto-organización es la fuerza vital del mundo y prospera en el filo del caos, donde apenas existe el orden suficiente como para canalizar su energía, pero no tanto como para aminorar la adaptación y el aprendizaje. Durante mucho tiempo, no fuimos lo bastante sensatos y quisimos interferir en el ansia auto-organizadora de la vida y controlarnos unos a otros.

Al parecer, ahora estamos preparados para trascender las estructuras rígidas y permitir que las organizaciones cobren auténtica vida. Aun así, la autogestión es un concepto tan nuevo que frecuentemente la gente malinterpreta su significado y lo que su funcionamiento implica.

 

 

LAS NUEVAS GENERACIONES Y LA CULTURA TEAL

Al haber crecido con organizaciones jerárquicas tradicionales, a los mayores se nos hace muy difícil concebir la autogestión.

En cambio, a partir de la generación millenial (los nacidos a partir de 1980) en adelante la autogestión es “comprendida” instintivamente.

Gary Hamel[4], escritor sobre management, comenta ciertas características de la red, que resultan claves para comprender esta gran diferencia cultural:

Ocurre que en la red…

  • Nadie puede matar una buena idea;
  • cualquiera puede cooperar
  • cualquiera puede liderar
  • es posible escoger una causa
  • Nadie puede mandar
  • Se puede fácilmente construir sobre lo que otros han hecho
  • No es necesario tolerar a matones y tiranos
  • No se margina a los activistas
  • Suele ganar la excelencia (y no la mediocridad)
  • Las normas que matan la pasión se revierten
  • Las grandes contribuciones se reconocen y se celebran

 

REFLEXIONES DE CIERRE

“Cada generación enfrenta un doble trabajo: recibir lo vivido, y dejar fluir su propia espontaneidad”[5]

Imaginemos a una joven, formada en la Universidad en el marco de la cultura teal, que se propone incorporarse a la empresa familiar, donde prima el modelo naranja.

Si no tiene claras las diferencias y los condicionamientos históricos que han llevado a que la organización sea como es, el primer impulso será enfrentarse a la realidad existente, y tratar de cambiarla de raíz.

Esto traerá como consecuencia, seguramente, su crítica y rechazo a determinadas instrucciones y consignas, y la permanente manifestación de su falta de adaptación a la estructura dada.

Esa conducta sería, seguramente, fuente de mucho malestar dentro de la empresa, que podría llevar a quien tiene el poder (su progenitor/a) a decidir que es necesario prescindir de una hija que no se adapta a los requerimientos de la empresa.

En cambio, si todos los miembros de la familia empresaria tienen la oportunidad de conocer los diferentes modelos de organizaciones, y junto con ellos, los distintos valores, objetivos, visiones que están comprometidos en cada caso, tendrán una oportunidad mayor de poner en juego sus diferencias, para encontrar puntos de acuerdo.

 

 

Quizás, quien ansíe una organización teal comprenderá que puede proponerse formarla en el futuro, pero que, mientras tanto, no está mal tener un trabajo digno en la empresa familiar.

Al mismo tiempo, si se encuentra un camino de diálogo, los mayores no insistirán en una adaptación total, sino que habrán de aceptar, quizás bajo el formato de una “innovación”, algunas prácticas que responden a la cultura teal.

Conocer las características de cada modelo de organización, y cuáles son sus condiciones para el funcionamiento exitoso, ayuda a poder insertarse de la mejor manera en una empresa familiar, sea para cumplir con los paradigmas establecidos, o para intentar un cambio.

No hay manera de cambiar prácticas y modos de funcionamiento profundamente establecidos desde un espacio de crítica externa, por mayor fundamento académico que esa crítica contenga.

Por el contrario, conocer las características del sistema permite utilizar los valores vigentes y las propias prácticas conocidas, para tratar de generar un cambio.

Esa es la realidad que deben enfrentar las nuevas generaciones en las empresas de familia, ya que, al ingresar, se encuentran  muchas veces con estructuras poco afectas al cambio.

Por eso hablamos de “pacto entre generaciones”, que requiere una cierta flexibilidad de los mayores y de los jóvenes, para poder entenderse, y encontrar un camino compartido, en el que se puedan amalgamar, en muchos casos, el saber de la experiencia y el saber académico; el poder actual, ejercido cabalmente, y la potencialidad de quienes se integran.

Creemos que un primer ejercicio para que ello sea posible es entender cuál es el modelo de organización vigente, y conceder, como punto de partida, que el interlocutor (uno de los progenitores, o alguno de los hijos) no está condenado a pensar igual por el sólo hecho de pertenecer a una misma familia.

Por lo tanto, es factible proponerse pensar en conjunto cuáles son las características inmodificables, y cuáles podrían cambiar en la organización. Esa es la mejor forma de coordinar las expectativas de distintas generaciones.

Pensemos que el futuro no va a ser igual al pasado, ni al presente que estamos viviendo.

Aceptar el cambio es uno de los requisitos del éxito organizacional.

Como dice Peter Drucker, “El gran peligro en tiempos de turbulencia no es la turbulencia misma, sino actuar con la lógica del pasado”

 

*** Leer el artículo completo en página 89  de Las Nuevas Generaciones en la Empresa Familiar, Alicia Stivelberg y Marina Meijide Castro,  directoras. Editorial Ad-Hoc, 2022. También versión digital. 

[1] Molinari, Paula, Desencajados, Editorial Temas, Buenos Aires, 2017.

[2] https://www.cronista.com/clase/trendy/Que-es-un-mundo-V.I.C.A-como-adaptarnos-para-sobrevivir-y-salir-fortalecidos-20191010-0003.html Copyright © www.cronista.com

[3] Bauman, Zygmunt. Modernidad líquida,: Fondo de Cultura Económica, México, 2003.

[4] Hamel, Gary, The Future of Management (con Bill Breen) (Harvard Business School Press, 2007

[5] Ortega y Gasset, José, Obras Completas, Madrid, 1944.

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrevistamos a Julio Fermo, Director de la Maestría de Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.


Resumimos esta entrevista de fecha  2/2/2021 por su gran valor y actualidad.
La versión completa original puede escucharse en https://www.empresayfamiliaradio.com/el-empresario-pyme-debe-entender-que-no-alcanza-solo-con-producir-es-clave-saber-como-va-a-financiarse-en-el-futuro-julio-fermo/

P: ¿Cómo hizo Arcor para pasar de una pyme a lo que es Arcor hoy? Para complicarla más: ¿Cómo una pyme, desde el lado financiero, puede hacerse las preguntas correctas para crecer realmente?

JF: Arcor es el caso de estudio que menciono permanentemente en mis clases, cuando quiero hablar de una empresa familiar que hizo las cosas bien para poder competir con los gigantes.

Porque Arcor es una compañía que desde hace décadas está acostumbrada a competir en tierra de gigantes. Va al mundo, compite y les gana.

¿Qué tiene que hacer una pyme para replicar el camino de Arcor? La realidad es que el renglón financiero en una compañía, sea grande, una pyme, pero fundamentalmente en una pyme, es crítico.

Porque todos sabemos lo alto que es el costo de capital para una compañía pyme, para una compañía familiar en general. Entonces, cuando tenés que enfrentar dentro de tu ecuación un costo tan alto, lo que tenés que buscar es tratar de minimizarlo. Y para minimizar el costo de capital, vos necesitás contar con todas las herramientas que se necesitan para acceder a fuentes diversificadas de capital y fuentes eficientes de capital.

Ahora, el capital no viene solo, al capital hay que seducirlo. Para seducirlo, las compañías, las pequeñas y grandes compañías, tienen que entender que hay que seguir ciertos caminos. El camino de la sofisticación. El camino de la prolijidad.

A ver, aquel que imagina seguir la secuencia de Arcor no puede tener los balances desactualizados, no puede carecer de un plan de negocios, como muchas veces enfrento yo cuando hablo con clientes de esta naturaleza.

Digamos, no puede privarse de contar con los recursos internos, para poder llevar adelante esta estrategia de ser eficientes en lo financiero. Y lo que yo noto muchas veces, es que estos temas se minimizan o se subestiman y no creo que sea porque el empresario es familiar…a ver, no es una crítica que le hago. Porque el empresario familiar, hoy por hoy, tiene que enfrentar una serie de desafíos que son notables, porque de un día al otro le cambian las reglas de juego, de un día al otro le aumenta el costo laboral, de un día al otro le cambian las normas impositivas. Entonces, lo entiendo y lo respeto. Pero, sin embargo, le hago una recomendación que es,  si uno quiere jugar en la Champions y quiere minimizar el costo de capital, se tiene que sofisticar.

Entonces, en primer lugar, tiene que recurrir a profesionales con experiencia en el tema, y esos profesionales seguramente le van a mostrar un conjunto de alternativas, que van más allá del descubierto en cuenta corriente o del descuento de cheques en un banco de la plaza. Hay muchas otras alternativas, pero, como les decía anteriormente, para generar el interés de los inversores, exigen de una cierta prolijidad, de un método, de ciertos mecanismos. De los cuales muchas compañías familiares carecen. Entonces, la pregunta es, ¿este tema se puede resolver? No tengan dudas. Pero el empresario familiar, el empresario pyme, tiene que generar ese cambio cultural, para entender que no solamente alcanza con producir, sino que es también crítica la manera en que esa compañía va a financiarse en el futuro.

 

 

¨P: Vos me contabas el otro día una anécdota muy ilustrativa. Le preguntabas a un empresario y a todas las preguntas él te decía “esperá que le pregunto al contador”.

JF: Era una locura.

Le pregunté: ¿cuánto facturás?  Dejá que le pregunto al contador;
¿cuánto marginás?, le pregunto al contador; 
la línea final, ¿es positiva o negativa?, esperá que le pregunto al contador.

Entonces, la realidad es que el contador se termina transformando en un súper hombre, que a veces incluso hasta eclipsa al dueño. Y yo lo que digo es hay que buscar un equilibrio.  A ver, lo digo en primera persona, porque yo soy contador público. Yo trabajo en finanzas hace 26 años, pero lo que hice fue perfeccionar aquellas herramientas que me llevé en el grado, yo estudié en la Universidad Nacional de Rosario, una universidad pública. Yo recibí herramientas muy relevantes.

Pero para dar ese salto de calidad que necesitaba, yo tuve que seguir estudiando. Después hice un master en finanzas, después un master en quiebras, porque el mundo es tan complejo, es tan complejo el mundo financiero y la Argentina al mismo tiempo, tiene tantos problemas para acceder al financiamiento que, obviamente, me tuve que formar, para precisamente dar ese paso adelante, ese salto de calidad y poder asesorar a nuestros clientes de la mejor forma. Como recién comentábamos, el contador es la mano derecha de las compañías, lo cual está muy bien, pero creo que uno tiene que reconocer cuáles son sus falencias también. Entonces, si una compañía quiere pegar un salto, por ejemplo, yo tengo una compañía que quiere financiarse en el mercado de capitales o que quiere salir a buscar capital de riesgo. O porque quiere financiar una internacionalización de su negocio.

Y la verdad, me pregunto, el contador público que liquida los impuestos y que cierra el balance anual, ¿tiene la sofisticación, el recorrido, para acompañarlo en ese proyecto? ¿No se puede pensar en el famoso zapatero a tu zapato? En que el contador sea quien liquida los impuestos, quien elabore los balances y que tenga un  profesional que complemente la función contable, dando una suerte de asesoramiento financiero, que se encargue de financiar el lado derecho del balance.

P: Porque es lo que te encontrás vos en el master de finanzas, ¿no? La gran mayoría de tus alumnos son contadores que se dan cuenta que no tienen herramientas suficientes.

JF: Exactamente, diste en la tecla. El grueso de nuestros profesionales son contadores públicos y economistas, también tengo de carreras quizás no tan afines, podés encontrar algún licenciado en estudios internacionales, por ejemplo; tenemos licenciados en ciencias políticas. Pero me animo a decir que el grueso, el 80 o el 70% de los alumnos tenga una formación de grado afín.

Pero de todas maneras, los programas, tanto de contador público, como de economista, como licenciatura en administración, tienen un abordaje, no sé si la palabra es superficial, pero sí insuficiente.

En el mundo de hoy no podemos soslayar que Argentina está pagando un Riesgo País de 1500 puntos básicos. Eso demuestra que a la Argentina le cuesta horrores financiarse. Entonces, si le cuesta horrores financiarse al soberano, que es aquel que tiene la capacidad de fijar la política fiscal, la política monetaria… Imaginate cuál es el derrotero que enfrenta una compañía pequeña, que tiene que salir a buscar dinero para financiar una expansión de planta que no se pueda repagar en menos de 10 años. O que se quiere internacionalizar y para eso necesita capital de riesgo. Entonces, la mano derecha perfectamente puede seguir en su rol, pero tendría que agregarse a ese equipo aquel que tenga el expertise financiero para agregar ese costado, que en muchos casos se soslaya. Porque uno cree, porque en el imaginario uno cree que este súper hombre, llamado contador público, puede resolver todo y no es real. Yo no digo de evitarlo, no digo reemplazarlo, digo complementarlo.

 

 

Y recién, dentro de los ejemplos que les comentaba, hoy por hoy existen opciones en el mercado de capitales, por ejemplo, para emitir ONs, que terminan en los portafolios de los fondos comunes, de las compañías de seguros. Y la verdad que yo no estoy seguro que hoy en las facultades de ciencias económicas se enseñe cómo funciona. Está bien que fue hace muchos años, pero nunca nadie me habló de una obligación negociable. Entonces, sofisticando el costado financiero creo que las compañías pueden dar ese salto de calidad en lo financiero. Porque, de lo que no tengo dudas, es que nuestros emprendedores, los emprendedores argentinos, destacan del resto, son distintos, tienen ese hambre, esa resiliencia, que los transforma en únicos. Ahora, si alguien tiene esa capacidad al mismo tiempo le agrega este costado financiero, y… creo que muchas compañías pueden dar ese salto de calidad que están necesitando.

P: Después hay otro costado, que es la cuestión del negro, de cómo resolver esta anomalía o esta falencia, para poder acceder a ese financiamiento, para poder sofisticarse. Es un poco el huevo o la gallina, ¿no?

JF: Sí, es otro punto. Lamentablemente, de nuevo, quienes nos están escuchando probablemente piensen “Julio, qué fácil que la hacés”, es porque yo lo que voy a decir es evitemos el negro. Y el negro a veces forma parte de la ecuación del empresario. Pero, ¿por qué lo digo? Recuerden que, dentro del asesoramiento financiero, nosotros asesoramos para comprar compañías, para vender, para elaborar fideicomisos. O sea, no es solamente financiar compañías sino que asesoramos también en la compra y venta. Nuestra experiencia nos indica que aquella compañía en cuya ecuación hay un componente de negro…a ver, en primer lugar, está incumpliendo la ley. Con lo cual, yo nunca voy a favorecer o alentar una conducta de ese tipo, aunque a veces entienda la situación del empresario. Una cosa es que la entienda, otra cosa es que la convalide. Pero en el escenario local, donde, como bien decías Carlos, hay tanto negro, tenemos que saber algo. Alguien que quiere seguir por el camino de la sofisticación: primero, nadie le va a reconocer el negro, porque no tiene reflejo contable. Yo voy a una compañía de seguros y le digo mirá, mi flujo de fondos es de 10 pesos en blanco y de 5 en negro. Me va a mirar la compañía de seguros y me va a decir: “Julio, no entiendo, ¿cómo acreditás ese flujo en negro?” Y en segundo término, más allá de la imposibilidad de acreditarlo, es que las compañías que tienen negro lo que generan es una brutal contingencia fiscal. Entonces, no les juega por el lado de los ingresos y si les juega por el lado del pasivo contingente. Por lo cual, yo lo que les digo, de nuevo, no creo que sea fácil, pero lo que hay que hacer es revisar la ecuación, permanentemente y quizás tenga que vender menos y marginar mejor. Quizás tenga que buscar otros clientes, quizás tenga que pensar en el mercado externo. Pero la solución del negro es una solución de corto plazo, es una solución peligrosa, solución que nunca yo voy a recomendar. Permitime Carlos, voy cinco minutos para atrás. Vos hablabas de la mano derecha del contador, muchas veces el contador es el que maneja la arquitectura del negro. Y esa arquitectura del negro lo transforma en alguien que la compañía no se puede mover si no habla precisamente con el arquitecto del negro, porque no sabe si transaccionalmente puede alocar una determinada suma de dinero para una inversión, porque todavía no tiene claro si esa plata está mostrada en las declaraciones juradas o no. Yo sé de gente que no sale de vacaciones, por ejemplo. ¿Y por qué no sale de vacaciones? Porque no puede delegar esta economía informal en un tercero, porque nadie lo maneja, porque desconfía de todo el mundo. La verdad, Leo, Carlos, Arcor no creció en base al negro. Entonces, me parece que si uno quiere jugar en las grandes ligas, tiene que revisar la ecuación, evitar la informalidad y esa es la precondición para poder golpear la puerta de capitales de riesgo, si yo estoy buscando emitir acciones, asociarme con un tercero o si quiero ir al mercado de capitales para, por ejemplo, emitir un bono.

 

 

P: Te la complico un poquito más. Empresa y familia, tenemos un universo que nos escucha que tiene que ver con la empresa familiar. Hay otras variables, otras dimensiones en la empresa familiar, que no pasan solamente por los números, sino por su rol de alguna manera hacia la familia. Desde un punto de vista de toma de decisiones, por ahí complica o ramifica la toma decisiones. Pero al mismo tiempo, de alguna manera, hace tomar conciencia de que la sucesión, que va a ser para la siguiente generación en muchos casos, es necesario heredar un bien más limpio, más fácil de llevar. Estas dos tensiones, entre las decisiones que están más dispersas y la necesidad de que el que herede tenga un panorama más limpio, ¿Cómo lo mirás desde lo financiero?

JF: Yo he leído mucho sobre empresa y familia y las críticas al modelo. Y la verdad es que no estoy de acuerdo con eso, creo que perfectamente empresa y familia pueden convivir, en la medida en que se respete la dimensión empresa y la dimensión familia.

Les quiero decir que si soy hijo y voy a tomar decisiones sin formación, porque no estoy formado. No voy a salir a emitir un bono, no estoy formado para ello y solamente asumo esta responsabilidad o me delegaron la responsabilidad por ser hijo del dueño, creo que vamos a estar cometiendo un error.

Creo que en la sucesión hay un componente, que es el componente de la lealtad. Esa lealtad es incuestionable, no hay manera. Imagínense, una familia, padre, hijos, nietos. Es difícil de replicar un esquema con tanta lealtad en lo que es el cuidado del patrimonio familiar. Ahora, se puede perfectamente combinar, se puede armonizar, la lealtad con el profesionalismo.

¿Qué quiero decir con esto? No aspirar a puestos gerenciales solamente por ser hijo, sino aspirar a esos puestos una vez que se haya hecho una colimba, entre comillas. Pueden convivir perfectamente los equipos de dirección con profesionales técnicos. Profesionales técnicos que permitan a la familia absorber esos conocimientos.

 Y que quien hoy tiene 20, dentro de 10 años, pueda aspirar a ser director financiero, después de haber absorbido conocimientos de alguien que ya tiene un recorrido y que tiene un expertise para, precisamente, encarar este tipo de desafíos. Un elemento más, que me parece relevante y que no creo que sea excluyente del concepto familia: los esquemas asociativos. El esquema asociativo es que salgo a buscar capital. Cuando emito un bono es un instrumento de deuda, no me estoy asociando, yo tengo un acreedor, cuando llegue el vencimiento le voy a tener que pagar el 3% y el monto del capital, el monto del principal.

Sin embargo, los esquemas asociativos tienen la belleza de que cuando yo abro mi capital y emito nuevas acciones y viene alguien a suscribir esa parte del capital, deja de ser un acreedor, pasa es un socio. ¿Y cuáles son las particularidades o diferencias entre uno y otro? Que cuando yo tengo un socio, primero, puedo aspirar a nutrirme de las mejores prácticas que va a traer ese socio a la mesa. Es un elemento fundamental, porque si no la compañía solamente crece en base a sus propios conocimientos.

 

 

Y a veces hay vicios que se repiten a lo largo de las distintas generaciones. En cambio,  traigo a un nuevo socio y traigo una bocanada de aire fresco, con prácticas que probablemente no conocía y eso lo único que hace es nutrir el gerenciamiento de la compañía.

Ahora, por supuesto, tiene un costo traerlo a ese socio,  y es que yo no soy más el patrón de estancia, que en el almuerzo del domingo toma las decisiones y lo que digo es palabra santa. No, no. Yo voy a tener que compartir el proceso decisorio con el nuevo socio. Entonces, exige todo un cambio cultural.

Yo, insisto, soy muy pro esquemas asociativos, porque más allá de compartir el esquema decisorio, se pueden incorporar nuevas prácticas y, por otro lado, el hecho de sumar socios tiene la gran ventaja de que no voy a tener la espada de Damocles, en el sentido que dentro de un año vence un financiamiento y si no salí de la pandemia, no lo voy a poder pagar.

 Y si la ecuación no me cierra, voy a tener un problema con mi acreedor y voy a tener que pensar qué ocurre si no puedo afrontar el servicio de la deuda.

La verdad es que los esquemas asociativos resuelven un montón de inconvenientes. Pero, culturalmente, tenemos que estar preparados para, precisamente, compartir el proceso decisorio, dejarnos seducir por aquellos que traen nuevas ideas y creo que esa es una falencia que tiene hoy el empresario pyme, sobre la cual se puede trabajar perfectamente y que creo puede llegar a potenciar ese tipo de negocios, consiguiendo capital de largo plazo y quitándole de esa manera un poco de estrés a la típica estructura de financiamiento de una pyme, que es el financiamiento bancario, que es financiamiento a tasas muy altas, financiamiento que tiene una fecha de vencimiento y que si en cierta fecha no tengo la plata, tengo un problema.

Me parece que es una tarea pendiente en la cual nosotros, por ejemplo, en la Maestría (de la Universidad Di Tella), trabajamos muchísimo.

Trabajamos mucho en esquemas asociativos y en esquemas sucesorios. Cuando hablamos de sucesión, lo que decimos es no solamente apoyar la sucesión en cuestiones de sangre, sino también profesionalizar. Sin perder ese componente de lealtad, al que hacíamos referencia anteriormente, pero al mismo tiempo sumando profesionales que tengan experiencia, porque el mundo es muy bravo, muy sofisticado y más exigente aún con deudores a los que les cuesta tanto acceder al financiamiento, como son los empresarios argentinos.

Si sirve como recomendación, les sugeriría a los empresarios que exploren esta vertical, porque les va a permitir acelerar la expansión, e incluso mejorar su ecuación financiera.

Las nuevas generaciones en la empresa familiar

 

El Instituto Argentino de la Empresa Familiar presentó el octavo libro de su colección, en el cual, a través de 22 colaboraciones, se desgrana uno de los temas claves para la trascendencia de la empresa familiar.

El libro se hizo esperar: la convocatoria a los autores tuvo lugar en 2020, pero, entre las dificultades que originó la pandemia de COVID y luego la escasez de papel, la convocatoria se fue dilatando.

Como dirían las abuelas, “no hay mal que por bien no venga”. Para matizar la espera, el libro se publicó como e-book, y se convirtió en el primer libro de la Colección IADEF que puede ser leído por Internet.

 

 

 

El libro se divide en 2 secciones:

  • Desafíos y obstáculos intergeneracionales
  • Herramientas y casos

La sola mención de los títulos de los capítulos del libro da una clara idea de la extensión y profundidad con la que ha sido trabajado uno de los temas claves para la continuidad.

Sección 1 – Desafíos y obstáculos intergeneracionales

  • Generando nuevas generaciones, Flavio Beretta
  • La sustentabilidad generacional. Gobernabilidad y desarrollo de la empresa familiar, Adalberto L. Busetto – Juan Battista
  • Genoma del heredero. Los desafíos de llevar la empresa familiar en la sangre, Javier P. Faiwusiewiez
  • Posmodernidad y cambio generacional en la empresa familiar, Eduardo M. Favier Dubois (h.)
  • Liderazgos en la empresa familiar, en un cambio de época, Leonardo J. Glikin
  • El ingreso de las nuevas generaciones a las empresas familiares. Cambio y flexibilidad, Roberto D. Krochik – Susana L. Dikenstein Krochik
  • El encuentro de dos capitales: historia e innovación, Ma. Constanza Loyola – Pablo Loyola
  • ¿Cómo llegan los que llegan?, Sergio Messing
  • Conflicto y separación, Lautaro Peralta Galván
  • Desafíos y aprendizajes para la convivencia armónica con millennials centennials en la empresa familiar, Lilian E. Vargas
  • La incorporación de las nuevas generaciones en empresas familiares bajo el paradigma teal, Mauricio G. Villa

Sección 2 – Herramientas y casos

  • Lo importante y lo urgente. Melnyk vs. Matamoros, Margaret Abbott de Funes
  • El ingreso de las nuevas generaciones a la empresa familiar como un proceso, Marcelo Codas Fontanilla
  • El director independiente en la empresa familiar, Sandra Echaiz Moreno – Daniel Echaiz Moreno
  • Cambios generacionales y nuevos vientos en la empresa familiar, Viviana Kartun
  • Lecciones que generó el covid-19 para las empresas familiares de segunda, tercera y cuarta generación, Ceferino Sain – René Llapur
  • Decidir ingresar a la empresa familiar o continuar un proyecto de vida fuera de ella. Equilibrio entre mandatos y elecciones, Raquel B. Lucero
  • Mentoring, Consejo de Familia y millennials: su marco teórico, Cristina Mejías
  • La voz de las nuevas generaciones en la empresa familiar, María Laura Sergio
  • Gamificación: Aprender jugando en empresas familiares, Alicia G. Stivelberg
  • Cultivar la pertenencia. Un plan genial, Guillermo H. Tezón – Martín E. Cruellas
  • El dilema intergeneracional en las empresas familiares: de los greatest-silent a la generación Z, un estudio de cuatro casos latinoamericanas, Giuseppe Vanoni Martínez – Martha Guerrero Carrasco

Para comprar el e-book: https://www.edicionesdigitalesadhoc.com/library/publication/meijide-castro-stivelberg-dirs-las-nuevas-generaciones-en-la-empresa-familiar

Para comprar el libro impreso: https://editorialadhoc.com/producto/las-nuevas-generaciones-en-la-empresa-familiar/

 

 

Llegó el momento de la planificación sucesoria

 

Las XXVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Mendoza, 22 al 24 de septiembre 2022), trataron de manera extensa y profunda la temática de la Planificación Sucesoria. Se consolida así una materia que comenzamos a practicar y difundir en 1995, con Pensar la Herencia, y que hoy requiere del aporte de profesionales de diversas disciplinas.

“Protección, armonía, proyección y trascendencia son los cuatro pilares de la planificación sucesoria. La generalización de la práctica de la planificación sucesoria se traducirá en menor litigiosidad y mayor reflexión para tomar decisiones trascendentes. Esta asignatura interdisciplinaria puede complementarse con innovaciones legislativas y tributarias, e interpretaciones jurisprudenciales que favorezcan la prevención de conflictos y la previsión del futuro en un marco de equidad. Requiere denominar al sujeto de planificación sucesoria como heredante como sujeto de una práctica interdisciplinaria”.

Esta es la síntesis de la ponencia que presente en las Jornadas, que fue tratada en la Comisión de Sucesiones y recibió el voto favorable de la mayoría.  

Se trata de un avance enorme en una disciplina que fue mencionada por primera vez en Argentina en mi libro Pensar la Herencia, publicado en 1995, y que venimos desarrollando desde entonces, primero a través del Consejo Argentino de Planificación Sucesoria Asociación Civil y actualmente a través de CAPS Consultores.

 

¿Cuál es el valor estratégico de la ponencia votada?

Hay tres puntos fundamentales contenidos en esta ponencia:

1.- La Planificación Sucesoria es una práctica interdisciplinaria.

2.- El sujeto de la Planificación Sucesoria es el heredante.

3.- Para poder brindar un servicio de excelencia es necesario reconocer los propósitos del heredante para encarar la Planificación Sucesoria.

Podemos identificar tales propósitos como:

  • Protección
  • Armonía
  • Proyección
  • Trascendencia

 

Carácter interdisciplinario de la Planificación Sucesoria

Que un conjunto de académicos y abogados especializados en Derecho Sucesorio hayan reconocido el carácter interdisciplinario de la Planificación Sucesoria implica un avance extraordinario en el desarrollo de esta práctica.

Porque hay un principio que debe guiarnos a todos quienes intervenimos para buscar e implementar soluciones en este campo: “el interés del cliente, primero”.

Y sobre la base de este principio, a veces las soluciones van a ser jurídicas, pero otras veces habrán de basarse, fundamentalmente, en ayudar a los miembros de una familia a relacionarse mejor (lo que requiere la participación de profesionales de la psicología), o constituir alguna estructura para sostener el patrimonio (y eso puede requerir la participación experta de contadores, abogados, escribanos), o encontrar pautas de protección a través de seguros de vida.

Si la Planificación Sucesoria es interdisciplinaria, las verdades de cada área de conocimiento deben articularse con otras, para poder llegar a la mejor solución posible para el caso concreto.

 

 

El heredante, sujeto de la Planificación Sucesoria

A lo largo de las Jornadas se habló mucho del “causante” (el que causa la sucesión) y cada vez que quería transmitirse la idea de que el “causante” tomaba medidas de Planificación Sucesoria, se aludía al “futuro causante”.

Cuando me tocó exponer los fundamentos de mi ponencia, hice eje en la importancia de que dotemos a la Planificación Sucesoria de un sujeto autónomo y común a todos los participantes de esta disciplina, al que denomino “heredante”.

La palabra “causante” tiene más defectos que virtudes. Por un lado, es propia del mundo jurídico, pero no denota nada para un psicólogo, o para un asesor de seguros de vida.

Por otra parte, yendo a la significación de la palabra, “causante” es el que causa la sucesión…o sea, el que falleció, por lo que, en esa condición, ya carece de todo deseo y voluntad.

Por el contrario, “heredante” es una persona que está viva, tiene deseos e intereses, y sirve como denominador común para todas las prácticas profesionales.

Entonces, si hablamos de interdisciplina, resulta imprescindible que haya un lenguaje compartido, y ese lenguaje debe comenzar, ni más ni menos, por el sujeto de la Planificación Sucesoria.

 

 

Los propósitos de la Planificación Sucesoria.

Si hay un sujeto (el heredante) a su alrededor se tejerán una serie de derechos, obligaciones, buenas y malas prácticas, que permitirán la consolidación de esta nueva incumbencia interdisciplinaria.

La ponencia destaca cuáles son los propósitos, los pilares que inspiran al heredante a encarar su Planificación Sucesoria.

En los años transcurridos desde 1995 hemos participado en más de mil casos de Planificación Sucesoria (con empresas familiares, sin ellas, con conflicto, en armonía total), y podemos afirmar que todos esos casos responden a alguno, o a varios, de los propósitos enunciados:

  • Protección
  • Armonía
  • Proyección
  • Trascendencia

Poder identificar qué mueve al heredante en cada caso concreto será utilísimo para poder ayudarlo a pensar las estrategias que requiera en cada caso, y diseñar los instrumentos más apropiados.

Seguramente, a partir de la comprensión de la figura del heredante y sus propósitos, surgirán los límites legales que no resultan funcionales, y que en definitiva afectan el pleno ejercicio de sus derechos.

Darle nombre al sujeto de la Planificación Sucesoria es un paso fundamental para poder defender y consolidar tales derechos.

Porque, tal como dice Pensar la Herencia, se trata de un “asunto del más acá”, cuya comprensión clara, y compromiso de cada uno, van a dar como resultado un mundo mejor.  

 

 

 

 

Sucesiones – Los cuatro propósitos de la planificación sucesoria

 

COMISIÓN 8 – SUCESIONES
LOS CUATRO PROPÓSITOS DE LA PLANIFICACIÓN SUCESORIA
Ponencia presentada en las XVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil desarrolladas el 22, 23 y 24 de Septiembre en Mendoza, Argentina
Por Leonardo J. Glikin 1

La Planificación Sucesoria se nutre del marco jurídico, pero no se agota en él para cumplir su finalidad principal, consistente en que el traspaso de bienes materiales e inmateriales responda a los intereses y deseos del heredante, y a las necesidades de su entorno afectivo, en un marco de equidad.

Para que ello sea posible, es necesario conocer las motivaciones del heredante, y proveer a ellas utilizando una multiplicidad de herramientas con una perspectiva interdisciplinaria.

Protección, armonía, proyección, trascendencia son los cuatro propósitos de la Planificación Sucesoria que, a su vez, constituyen valores caros para la sociedad, por lo que cabe concluir que la generalización de esta práctica se traducirá en menor litigiosidad y mayor reflexión para tomar decisiones trascendentes.

Es necesario que el desarrollo de esta joven asignatura interdisciplinaria se complemente con innovaciones en materia civil, comercial y tributaria, e interpretaciones jurisprudenciales que favorezcan la prevención de conflictos y la previsión del futuro en un marco de equidad.

“Pensar la herencia es un asunto del “más acá”. Y la sucesión entre linajes y generaciones es un asunto de todos”2
Estas son las palabras finales de “Pensar la Herencia”, el primer libro de Planificación Sucesoria escrito en castellano.

Veintisiete años después de que se publicara su primera edición, las Jornadas Nacionales de Derecho Civil convocan a profundizar el estudio de la Planificación Sucesoria, lo que da cuenta de un importante avance que se ha plasmado, entre otros hitos, en el artículo 1010 o en el art. 2448 del Código Civil y Comercial.

Creo necesario, por el futuro de esta trascendente práctica profesional, reflexionar acerca del para qué de la Planificación Sucesoria: qué es lo que motiva a una persona a encararla, y qué aporte pueden hacer los profesionales convocados para cumplir las expectativas.

1. DEFINICIONES PRELIMINARES

La Planificación Sucesoria puede definirse como “tomar previsiones para la administración y transferencia de las posesiones por causa de muerte”3.
Por mi parte, concibo a la Planificación Sucesoria como “el conjunto de estrategias que permiten una transmisión hereditaria basada en los intereses y deseos del heredante, y las necesidades del entorno afectivo, en un marco de equidad”.

Podemos definir propósito como el componente que da intencionalidad y direccionalidad a la planificación.

Para la mejor comprensión de los propósitos de la Planificación Sucesoria consideraremos cada uno de los términos de esta definición:

a) El “heredante”
La palabra “heredante” es un neologismo de mi autoría, que significa “persona que tiene conciencia de que será heredada, y que toma acciones de planificación sucesoria”4

b) Los intereses
Podemos definir a los intereses como aquellos valores en cuya concreción radica un beneficio objetivable para el sujeto. Por ejemplo, obtener un resultado económico positivo de un negocio determinado.

c) Los deseos
Por su parte, los deseos son valores en cuya realización radica un beneficio personal subjetivo.

d) Las necesidades del entorno afectivo
Etimológicamente, necesidad proviene de “nec-esse”: aquello sin lo cual no se puede ser, no se puede vivir. Al contemplar las necesidades del entorno afectivo en la propia definición de la Planificación Sucesoria pretendemos dotar a la práctica profesional de un marco ético: no se trata, simplemente, de servir a quien quiere usar y abusar de su patrimonio y su poder a su gusto, con la sensación de impunidad de que, cuando se advierta el despojo contra algunos herederos, el autor ya no estará vivo para que lo reprochen.

Establecer como límite las necesidades del entorno afectivo significa apelar a la responsabilidad personal y la solidaridad familiar, como encuadre ético de la Planificación Sucesoria.

La definición no dice “familia”, sino que se refiere al “entorno afectivo”, como una manera de reconocer y contener la realidad de personas que han tejido vínculos significativos y trascendentes, más allá de los lazos de parentesco.

e) El marco de equidad
Al reducirse las legítimas hereditarias de descendientes y ascendientes en el Código Civil y Comercial, y al establecerse la posibilidad de una mejora en beneficio de herederos con discapacidad, cobra nuevo impulso la utilización de una serie de herramientas para lograr soluciones equitativas, lo que implica dar a cada uno en función de valores determinados, tales como:

• el compromiso con un proyecto familiar,
• el amor,
• la aptitud,
• el rendimiento,
• la cercanía,
• la potencialidad.

En definitiva, la posibilidad de realizar diferencias entre herederos, que respondan, a la concreción de un deseo legítimo del heredante, o a una aplicación práctica de la equidad.

La equidad significa, entonces, equilibrio, justicia en un sentido natural. Es un objetivo general del Derecho y, también, un criterio que permite a los jueces, árbitros y mediadores encontrar soluciones particulares para casos novedosos, todavía no previstos en el sistema legal.

La posibilidad de pensar desde los valores, es decir, desde el concepto de equidad, en lugar de limitarnos a la igualdad aritmética, está llamada a generar un cambio cultural en nuestro modo de concebir la Planificación Sucesoria. 5


2. LOS CUATRO PROPÒSITOS DE LA PLANIFICACIÓN SUCESORIA  6

¿Qué lleva al heredante a planificar su herencia?

Y la contracara de la pregunta: ¿a qué valores debe prestar atención, especialmente, un profesional que se proponga abordar la Planificación Sucesoria, para poder escuchar la demanda del heredante con la mayor atención, y tener las mejores posibilidades de éxito en la tarea?

Según nuestra observación, a lo largo de centenas de casos atendidos en los últimos veintisiete años, la Planificación Sucesoria se asienta en cuatro pilares fundamentales, a partir de los cuales se pueden comprender las motivaciones disímiles de cada persona, a cada edad y en cada circunstancia de la vida.

Esos propósitos, que responden a valores de profunda significación, son:

     – La protección
     – La armonía
     – La proyección
     – La trascendencia

Es necesario determinar, en cada caso, cuál es la incidencia de cada uno de estos propósitos en la motivación del heredante.

Por otra parte, es necesario atender y dar respuesta a las situaciones dilemáticas que se plantean cuando alguno de estos propósitos entra en contradicción o se solapa con otros, ya que, en esas circunstancias, se requiere del máximo de asistencia del profesional para ayudar al consultante a la mejor solución disponible.
Analizaremos cada uno de los propósitos de la Planificación Sucesoria en forma particular.


2.1. LA PROTECCIÓN

Significa arbitrar los medios necesarios para que:
2.1.1.- Los seres queridos no sufran un deterioro en sus condiciones materiales de vida como consecuencia de la desaparición física o la incapacidad de su proveedor de ingresos.

2.1.2.- El patrimonio no se vea afectado por un impacto impositivo, o por algún otro riesgo de pérdida de valor, derivado del fallecimiento del heredante.

Habitualmente, el propósito de la protección es aquel al que más se orientan los seguros de vida y las herramientas financieras afines, que están centrados en las necesidades de los hijos menores, las personas con discapacidad, o las necesidades de las personas muy mayores.

También se accede a la protección a través de los legados testamentarios y los fideicomisos de protección familiar, en los cuales se asignan participaciones patrimoniales en beneficio de personas con ciertas necesidades y, también, se designan los responsables de cuidar el patrimonio en beneficio de quienes no pueden hacerlo. En general, cuando hablamos de protección, pensamos en la preservación de las condiciones materiales de vida frente a la ausencia del proveedor de recursos.

Los principales destinatarios de protección son los hijos (en especial, menores de edad) miembros de la familia con discapacidad, los padres muy mayores y la pareja, esté legalmente casada o no.

2.2. LA ARMONÍA

Consiste en adoptar medidas tendientes a:

     – Evitar conflictos entre los miembros de la familia.
     – Llevar a la práctica los principios éticos del heredante, que, en general, se fundan en:

     • Mantener la igualdad entre los hijos.
     • Propender a la equidad, tendiendo a compensar situaciones de diferencia de origen.
     • Premiar el mayor esfuerzo de algunas personas (familiares o no)
     • Compensar materialmente la presencia y asistencia recibida por parte de algunos hijos u otros seres queridos, en especial en la vejez o durante una enfermedad.

Compensar a quien haya sido afectado por los condicionamientos de la vida (por ejemplo, un hijo que padece una enfermedad incapacitante, o algún ser querido que tuvo una mala experiencia matrimonial que le ha generado un desmedro económico y, por lo tanto, tiene una vida poco feliz, aunque tenga los recursos básicos para sustentarse).

El gran desafío consiste en armonizar los principios éticos del heredante con los valores de los herederos. Cuando esto se logra, es posible llegar a un consenso y, consecuentemente, evitar cuestionamientos posteriores a las decisiones adoptadas.

El o la profesional elegido/a para colaborar en un proceso de búsqueda de armonía debe entender su significación para la persona, pero también para su grupo social o cultural.

No es lo mismo, por caso, el concepto de unidad familiar –y lo que cada protagonista está dispuesto a hacer para lograrla– y los valores dominantes en familias de diferentes culturas (italiana, española, árabe, inglesa, por dar solo algunos ejemplos), o en diferentes generaciones. Entonces, luego de reconocer las expectativas y los valores involucrados en cada familia, el consultor podrá abordar la cuestión de una manera que resulte positivamente receptada por el heredante y, consecuentemente, lo conduzca a una acción satisfactoria.

En algunos casos, lograr que el propósito de la armonía se cumpla no se basa exclusivamente en institutos legales para ejecutarlo, sino que requiere de acciones previas de reconstitución de las relaciones entre personas del entorno afectivo: terapias familiares o mediaciones son, en muchos casos, los mecanismos adecuados para reinstaurar la armonía en el entorno afectivo.


2.3.- LA PROYECCIÓN

Entre los valores más apreciados de una persona se encuentra lograr que sus propios proyectos puedan seguir adelante.

Este propósito está especialmente presente en los empresarios. Sea cual fuere la dimensión de su empresa, el heredante se plantea cómo conseguir que el proyecto continúe más allá de su esfuerzo personal, tratando de evitar que la organización padezca el impacto de su ausencia, sea por retiro o fallecimiento.

En esos escenarios el empresario se está planteando su propio exit planning, o sea, la estrategia para la salida personal de la empresa y la búsqueda de personas comprometidas para poder llevarla adelante.

Pero también está comprendido el riesgo de no poder retirarse: de que, por alguna contingencia, una persona no pueda seguir adelante con su empresa o con sus proyectos.

“Empezar con el fin en la mente” es un sano principio que implica poder prever las contingencias, e imaginar las maneras de resolverlas. 7

La Planificación Sucesoria puede ser la clave para la continuidad de una empresa dentro de una familia, o, por el contrario, la herramienta fundamental para que, si las circunstancias así lo recomiendan, ningún heredero, o algunos de los herederos, queden totalmente alejados de la empresa, sea para trabajar, para dirigir, o incluso para ser titular de participaciones societarias.

En el primer caso, será conveniente dotar al proceso del máximo de seguridades posibles: entrenar a los futuros sucesores y ayudarlos en los procesos de acuerdo familiar. Tales acuerdos podrán quedar plasmados en instrumentos como el protocolo familiar, instrumento con valor legal y moral, que permite establecer, entre otras cuestiones significativas, las pautas de Planificación Estratégica, modos de participación familiar en el trabajo, retribuciones actuales y futuras, pautas para la compraventa de participaciones societarias, identificación de sucesores y herederos, manejo de contingencias y mecanismos de prevención y resolución de conflictos.

En el segundo caso, cuando dos o más socios acuerdan que los herederos no deben acceder a la titularidad de las participaciones societarias, es necesario formular acuerdos, llamados de “continuidad empresaria”, o de compraventa empresaria (buy and sell agreement, su denominación en inglés), que muchas veces están sostenidos financieramente mediante un seguro de vida.

Estos acuerdos consisten en dejar establecido que, en caso de fallecimiento de algún socio, su participación societaria debe quedar a favor de los socios sobrevivientes, quienes se obligan a abonar a los herederos del socio fallecido el valor correspondiente a tal participación.

Cabe concluir que, tanto para que la empresa pueda transferirse con seguridad a los sucesores familiares, como para evitar que los herederos accedan a ella, es necesario encarar una Planificación Sucesoria adecuada a los fines planteados, para lo cual el artículo 1010 CCyC. brinda el marco legal adecuado.


2.4. LA TRASCENDENCIA

Sea a través de actos filantrópicos, o de la consolidación de ciertos proyectos personales, lo cierto es que satisfacer las necesidades de trascendencia significa responder de la manera más efectiva posible a algunos de los valores más importantes de los seres humanos.

Trascender significa, por ejemplo, que el propio nombre bautice un proyecto, o que el esfuerzo del presente rinda sus frutos en el futuro lejano (por ejemplo, al garantizarse la educación de los nietos o de los bisnietos).

Puede observarse que, en general, quienes pueden focalizan en el pilar de la trascendencia ya tienen íntegramente resuelto el pilar de la protección.

Un escollo para el desarrollo de este propósito de la Planificación Sucesoria en la Argentina es la falta de incentivos fiscales significativos para las obras de bien público, por lo que leyes que favorezcan el mecenazgo, o sustanciales rebajas impositivas a cambio de liberalidades con fines comunitarios, serían instrumentos recomendables para impulsar este noble propósito.


3. LA PLANIFICACIÓN SUCESORIA COMO PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA.

Concebimos a la Planificación Sucesoria como una práctica interdisciplinaria 8.

La interdisciplina es el abordaje de una temática desde diversos puntos de vista disciplinarios, que aportan una solución convergente de las distintas implicancias que tiene una problemática. En la planificación sucesoria confluyen la mirada de lo personal, moral, psicológico, vincular, patrimonial, de técnica jurídica, y criterio económico para tomar decisiones complejas y de largo plazo.

Esto significa que, para satisfacer las necesidades del consultante, tienen que articularse los conocimientos y práctica de diversos profesionales, entre quienes se hallan: Abogados, Escribanos, Contadores, Psicólogos, Licenciados en Administración, para el caso de las empresas, Asesores de seguros.

Resulta fundamental que todos los profesionales intervinientes tengan una formación en común en Planificación Sucesoria, complementaria de su formación en su área de incumbencia, ya que, de esa manera, se podrá instaurar un lenguaje en común entre todos los participantes de la red de profesionales.

Para poder brindar un servicio de excelencia al heredante es necesario que un profesional debidamente entrenado lo acompañe como “consultor de proceso”, es decir que quedará a su cargo la coordinación de los aportes de todos los demás profesionales intervinientes.

El consultor de proceso es el responsable de dar intervención a los “profesionales expertos”, cada uno de los cuales participará desde su área de incumbencia, y articulará su actuación con el consultor de proceso para poder lograr los fines planteados con la mayor eficacia. De esta manera, se podrá evitar el efecto “Torre de Babel”, que es la lamentable escena que debe presenciar el heredante cuando el proceso no está debidamente liderado en base a una visión clara y de conjunto.

En esos casos, cada profesional opina desde sus áreas de conocimiento y experiencia propios, pero sin una visión compartida, lo que generalmente se traduce en situaciones de confusión y falta de propósito. La práctica de la Planificación Sucesoria constituye un nuevo desafío profesional, que requiere, en el caso de los abogados, un profundo conocimiento del Derecho Sucesorio, del Derecho de Familia y del Derecho Societario, pero no se detiene allí: también es necesario conocer con claridad cuáles son los aportes que pueden realizar otros profesionales – psicólogos, licenciados en Administración, contadores, escribanos – para que el resultado final tenga elevado valor para el heredante.

4.- CONCLUSIONES

Protección, armonía, proyección, trascendencia: esos son los cuatro pilares de la planificación sucesoria que, a su vez, pueden leerse como valores caros para nuestra sociedad.

Por lo tanto, cabe avizorar que la generalización de la práctica de la planificación sucesoria se traducirá en menor litigiosidad y mayor reflexión para tomar decisiones trascendentes.

Es deseable que el conocimiento de esta joven asignatura interdisciplinaria pueda complementarse con innovaciones legislativas y tributarias, e interpretaciones jurisprudenciales que favorezcan la prevención de conflictos y la previsión del futuro en un marco de equidad.

 

1 El autor es abogado (UBA) fundador del Consejo Argentino de Planificación Sucesoria Asociación Civil, director del Programa de Empresas Familiares de Universidad Torcuato di Tella, director de la cátedra de empresas familiares de la Maestría de Finanzas de UTDT, director del Registro de Consultores de Empresa Familiar Certificados del Instituto Argentino de la Empresa Familiar, autor de Pensar la Herencia (1995) Matrimonio y Patrimonio (1999) Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida (2011), Los hermanos en la empresa de familia (2014) Iguales y diferentes, los espacios de la mujer en la empresa de familia (2015), Manual de Planificación Patrimonial y Sucesoria para Asesores de Seguros de Vida (2016) y colaborador en numerosas obras colectivas.
2 GLIKIN, L, “Pensar la Herencia”, Emecé, 1995, 2ª. Edición CAPS, 2000, Buenos Aires, pag. 219
3 BERTEAU, J. I, Estate Planning in Florida, Pineapple Press Inc, Sarasota, 2003.
4 GLIKIN, L.,” Comunicación al X Congreso Internacional de Derecho de Familia”, Mendoza, 1998, libro de la Comisión 3, pag. 483.
5 FITHIAN, S, “Values-Based Estate Planning, John Wiley & Sons, USA, 2000 pag 7.
6 GLIKIN, Leonardo J. Manual de Planificación Patrimonial y Sucesoria para Asesores de Seguros de Vida, Aretea Ediciones, Bs. As., 2016.
7 GLIKIN, L. “Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida”, Errepar, 2011, 2ª. Edición Aretea Ediciones, 2016, capítulo IV:
8 CASALONGUE, M. I. – RABIN de MASRI, D. P. “Planificación Sucesoria, un campo propicio para la interdisciplina”, LLBA 1998- 1053

CAPS legal: un departamento especializado en CAPS Consultores


Las cuestiones legales atinentes al patrimonio personal y a las sociedades requieren una especial atención. 
Por eso, en este artículo presentamos a los abogados de CAPS Consultores. 

Cada uno de ellos con su propia especialidad, aporta al éxito de cada una de nuestras intervenciones, al tener una formación en común con los otros profesionales y mucha experiencia en trabajo interdisciplinario.

 

LILIANA HERS – CEFC ®

Soy Abogada recibida en la Universidad de Buenos Aires y Doctora en Derecho de la misma Universidad,  profesora regular de Derecho Empresarial y Económico en la UBA dando clases de grado, posgrado y doctorado. En mi madurez profesional elijo el asesoramiento de la empresa familiar, soy consultora de empresas de familia certificada.

Quería llegar a  interpretar cada problema a resolver y cada negocio a construir desde todas las aristas posibles  Planifiqué mi carrera profesional  como un largo viaje de exploración. En el sector público -trabajé en la Cámara de Apelaciones en lo Comercial a principios de mi carrera-, y en la  Inspección de Justicia, más adelante, y tras el paso por la actividad judicial, me apliqué al asesoramiento privado. Estoy contenta con el resultado y disfruto cada momento.  

Mi pasión es encontrar los canales, las soluciones y las propuestas para hacer posible los proyectos productivos y sueños de vida. Ofrecer las conexiones entre los recursos, las ideas, y los resultados.

Me considero una “ingeniera jurídica” mi oficio es el “saber cómo hacer las cosas posibles”, y acompañar en ese proceso a mis clientes, considero mi misión contribuir a las alianzas de largo plazo, la sustentabilidad de las relaciones jurídicas y la producción creativa.

La experiencia me especializó en  desarrollar contratos complejos. Hoy puedo ofrecer a las familias empresarias:

En materia de  Gobernancia:
Asesorar en Acuerdos de Continuidad Empresaria, organización de informes de gestión accesibles y mejora de los circuitos informativos, formación de accionistas. Propuesta de buenas prácticas internas. Desarrollo de Procesos de Protocolos, y otros acuerdos de socios.

En el cuidado del patrimonio:
 la organización de patrimonios de afectación a través de fideicomisos de administración, producción, o protección de personas,  figuras societarias, y de reorganización empresaria. Instrumentación de prácticas para la protección en materia de responsabilidad empresaria y Prácticas de prevención de Lavado de Activos.

En la Asociaciones con terceros:
Asistir y dar forma a Acuerdos para el desarrollo de propiedad intelectual y otros intangibles, estructuras para viabilizar estos acuerdos: contratos asociativos, fusiones y otras reorganizaciones societarias, compliance en la contratación.

En la Curaduría del patrimonio intangible de la empresa:
Desarrollo de  los negocios, mecanismos de protección y optimización de la explotación del know how, las figuras de propiedad intelectual-marcas, patentes, diseños y modelos,  mecanismos de promoción y publicidad, acuerdos comerciales asociativos. Desarrollo de franquicias y merchandising.

 

LAUTARO PERALTA GALVÁN – CEFC ®

Soy Abogado, por la U.N. de La Plata, y Magister en Derecho Empresario por la U. Austral. Asimismo, soy Consultor de Empresa Familiar Certificado, por IADEF.

Mi visión es contribuir al bienestar de las familias empresarias, a través de soluciones de organización que aporten valor a los clientes, sus familias, sus empleados y a la comunidad, en términos de satisfacción material y moral.

Ayudo a las empresas familiares en el armado de estructuras societarias;  acuerdos de socios; planificación patrimonial y sucesoria; fideicomisos productivos y de protección patrimonial; conflictos societarios; contratos asociativos; litigios empresariales; procesos sucesorios; y asesoramiento legal empresario en general. 

 

SONIA MABEL LÓPEZ  – CEFC ®

Desde mi formación como docente, abogada especializada en Derecho de Familia y Mediadora, tras más de quince años  en el ejercicio profesional, y por diversos casos en los que se veían involucradas empresas familiares, especialmente relacionadas con el ámbito agropecuario, surgió mi inquietud de innovar  temáticas de trabajo relacionadas  con la Consultoría de Empresas Familiares. Es por ello que posteriormente sumé a mi formación profesional la Diplomatura en Gestión, Gobierno y Profesionalización de la Empresa Familiar y  la especialización  como Consultora de Empresa Familiar Certificada por IADEF.

Las Empresas familiares, y en mi caso, me referiré a las empresas familiares agropecuarias, transitan situaciones familiares y laborales particulares, por el contexto en que interactúan con la tierra, el cereal, el ganado, los insumos agropecuarios, las labores rurales, etc.

He visto que los conflictos más comunes son los de falta de comunicación y los de choque generacional, entre otros. Conflictos y dilemas que a veces las sumergen en caminos que las llevan, en algunos casos, a su quebranto.

Como mediadora y especialista en Derecho de Familia entiendo que puedo acompañarlas informándolas y acercándoles estrategias y herramientas  que las ayuden a mejorar la comunicación, autogestionar conflictos y superar desencuentros.

Con tal intervención pretendo que las conexiones entre familia y empresa  cursen  un camino de diálogo, de encuentro y entendimiento, a fin de reforzar y potenciar los lazos de la familia y el afianzamiento y crecimiento de la empresa.

 

Por el éxito empresario y la felicidad familiar

Debido al éxito de la convocatoria en las Segundas Jornadas de Empresas Familiares de la Universidad de Belgrano, volvemos a poner a su disposición los temas tratados oportunamente: 

“Gobernancia de la Empresa y de la Familia” – Dra. Natalia Christensen
“Coaching Mayéutico: preguntas para entendernos y crecer” – Lic. Eduardo Larriera
“Herramientas para prevenir y resolver conflictos”. – Dra. Sonia López – Dr. Lautaro Peralta Galván
 “Equipos de éxito: conocernos para interactuar mejor ”. – Lic. Andreína Tramannoni


Por su parte, Juan Carlos Valda y Adriana Zamar entrevistaron a Laura Grosso, integrante de la familia propietaria de Grosso Tractores, y Leonardo Glikin entrevistó a integrantes de la familia Zuccardi, titulares de la Bodega Santa Julia. 

Los invitamos a ver en Youtube estas presentaciones.

FIDEICOMISOS PRODUCTIVOS: Cuándo, cómo, para qué?

 

Tanto las Pymes no familiares, como las empresas de familia y los titulares de patrimonio individuales pueden canalizar sus ahorros e inversiones mediante negocios productivos con impacto en la economía real y contribuyendo a la generación de riqueza y empleo. Uno de los mecanismos idóneos para lograrlo, es el fideicomiso productivo.

El fideicomiso constituye el vehículo más flexible para estructurar inversiones productivas.

¿En qué consiste? Fundamentalmente, podemos describirlo como un contrato que permite conformar un patrimonio separado  que se va a afectar exclusivamente a un proyecto productivo.

En otras palabras, el dinero o los bienes que se incorporan al fideicomiso deben aplicarse específicamente para lograr los objetivos previstos, y no serán afectados por las deudas de las personas involucradas en el fideicomiso, ni éstas podrán dar a ese dinero o bienes un destino diferente del específicamente convenido.

Vamos a describir, entonces, el fideicomiso: es un negocio jurídico en virtud del cual una persona llamada “fiduciante”  transfiere a título de confianza, a otra persona denominada “fiduciario”,  uno o más bienes  (que pasan a formar el patrimonio del fideicomiso), para que al vencimiento de un plazo o al cumplimiento de una condición, éste transmita los beneficios a la persona designada (“beneficiario”), y el remanente de los bienes a la persona denominada “fideicomisaria”.

Estructura de partes.

Fiduciante: Es quien constituye el fideicomiso, transmitiendo la propiedad del bien o de los bienes al fiduciario, para que cumpla la finalidad específica del fideicomiso.

Fiduciario: Es el sujeto de confianza que recibe la propiedad de los bienes para su administración en los términos del contrato.

Beneficiario: Es aquel que recibe los beneficios de la administración de los bienes fideicomitidos.

Fideicomisario: Es quien recibe los bienes fideicomitidos una vez extinguido el fideicomiso por cumplimiento del plazo o la condición.

 

 

Efectos del fideicomiso.

Los bienes transferidos al fiduciario conforman un patrimonio separado del patrimonio del fiduciario y del fiduciante. Así los bienes fideicomitidos quedan protegidos de la eventual acción de los acreedores de fiduciante, fiduciario u otras partes, incluso en caso de quiebra, concurso o incapacidad de ellos. Los bienes fideicomitidos sólo responderán por las deudas contraídas por el fiduciario en el marco de su actuación por el fideicomiso.

El fiduciario tendrá los derechos de administración, disposición y gravamen de los bienes fideicomitidos, con las limitaciones que surjan del contrato o testamento.

Modalidades de fideicomisos.

Según la ley los fideicomisos pueden ser financieros, cuando emiten títulos valores, u ordinarios, en caso contrario. Dentro de esta categoría, y según su finalidad, existen fideicomisos de garantía, de administración de activos y productivos que son los que nos interesan en este trabajo.

Los fideicomisos productivos tienen por objeto la administración de recursos para realizar negocios inmobiliarios, ganaderos, agrícolas y/o forestales.

 

 

 

Ventajas

Entre las ventajas podemos mencionar las siguientes:

  • Estructura ideal para desarrollo y comercialización de proyectos; posible “traje a medida”, a diferencia de la sociedad que tiene una estructuración tipifica y rígida según la ley.
  • Diseño y operación versátil y flexible para proyectos complejos, donde intervienen interesados o partes con distintos intereses y posiciones respecto al negocio, y carecen de interés de ser “socios” en una sociedad.
  • Evita la creación de una sociedad con un objeto específico para el desarrollo de un proyecto que dura un tiempo determinado.
  • La ejecución de proyecto y manejo de recursos puede regularse estrictamente (no así en una sociedad que es manejada por sus órganos de administración y de gobierno según pautas legales y estatutarias tipificadas en el concepto de decisiones mayoritarias).
  • El fiduciario puede ser limitado en sus atribuciones, debe rendir cuentas y sus actos gozan de tutela especial. Brinda transparencia en el manejo de fondos.
  • Mayor protección a las partes: desarrollador, constructor, inversores, compradores finales, proveedores y acreedores en general. Blindaje legal probado (con baja o nula litigiosidad). Genera confianza en los inversores individuales.
  • Minimiza el riesgo de los negocios porque se constituye un patrimonio distinto al del fiduciante, fiduciario y al de los beneficiarios, aislando los activos transferidos fiduciariamente. De esta forma como ya se indicó, la quiebra del fiduciante o del fiduciario o de los beneficiarios, no significa la quiebra del fideicomiso, y los acreedores de cada uno de estos no tienen acción contra el fideicomiso.
  • Viabiliza el financiamiento de proyectos. Permite estructuración de project finance (financiación acotada al proyecto). Posibilita el desarrollo de emprendimientos más allá de sus participantes. Al disminuir el riesgo, por constituir un patrimonio independiente con los bienes fideicomitidos, mejora la calidad crediticia, posibilitando la baja del costo de endeudamiento.
  • Posibilita proyectos de construcción bajo la modalidad “al costo”, con menor costo de construcción, sin costo financiero, y nulo margen empresario del negocio.

 

 

Beneficios prácticos

Las pymes, familiares o no, y las personas individuales, pueden utilizar el fideicomiso productivo para canalizar sus inversiones de distintas maneras, mediante el uso de recursos propios o destinando dividendos, para el desarrollo de negocios inmobiliarios, o proyectos agrícola – ganaderos – forestales, diseñados o desarrollados con el apoyo de la empresa y en beneficios de sus socios.

De esta manera se afectan bienes a un proyecto específico, aislando los riesgos propios de la empresa de la suerte del proyecto, como así también los riesgos del proyecto de los activos de la empresa. Del mismo modo, se separa la gestión profesional del proyecto de la administración de la empresa. Y contándose con las demás ventajas mencionadas precedentemente.

Estos proyectos vehiculizados por fideicomisos pueden integrar una planificación patrimonial de conservación y crecimiento, como así también de protección y traspaso hacia futuras generaciones de la familia empresaria.

 

 ***Lautaro Peralta Galván es Abogado, por la Universidad Nacional de La Plata y Magister en Derecho Empresario, por la Universidad  Austral. Consultor de Empresa Familiar Certificado (CEFC), por IADEF. Se desempeña actualmente como Consultor de CAPS Consultores. Es también miembro de Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Fideicomisos y Fondos de Inversión Directa.

 

 

 

De trabajar a dirigir en la empresa familiar

 

La empresa empezó casi de la nada: a veces, con un primer contrato para proveer a un conocido; otras veces, con una buena idea; en otros casos, con un telegrama de despido, que obligó a alguien, hasta entonces trabajador de una empresa, a rebuscárselas solo, o con sus ex compañeros de trabajo. Pero ha pasado el tiempo, y hoy la empresa requiere hacer la transición de empresa de labor familiar, a empresa de dirección familiar.  

La semilla inicial, la que originó la empresa, fue creciendo. Es probable que, al mirar para atrás, el empresario recuerde aquellos momentos de privaciones, en los que comenzó casi sin nada, con la gran incertidumbre de cómo habría de sobrevivir. Lamentablemente, el contexto argentino lleva a que empresas ya crecidas atraviesen esas mismas incertidumbres, pero, necesariamente, lo que cambia es el modo de pensar y de dar las respuestas adecuadas.

Muchas veces, la participación de los hijos en la empresa marca la necesidad de encarar un cambio, ya que, por un lado, el Fundador desea la participación de ellos en la empresa, pero por otro lado advierte que no van a desear, o no van a poder, hacer las cosas tal como se hacían en el pasado.

Este es el momento en que la empresa, originariamente de labor familiar, donde el eje principal de la participación de los miembros de la familia se concentra en el trabajo, pasa a ser de dirección familiar.

 

 

En una empresa de labor familiar se espera que cada miembro de la familia dé lo mejor de sí en el día a día laboral, que dé el ejemplo como trabajador, y, probablemente, que evalúe el desempeño de los no familiares (quienes son, también, sus compañeros de trabajo) de manera intuitiva.

En cambio, en una empresa de dirección familiar, es posible que algunos miembros de la familia no trabajen en el día a día de la empresa, o quizás que trabajen en un horario acotado. Al mismo tiempo, quienes trabajan deben rendir cuentas de su gestión y de los resultados que se obtienen, porque toda actividad laboral o profesional debe ser medida, como condición para sostener el éxito de la empresa.

Muchas veces, este pasaje de una empresa de labor familiar a una de dirección familiar genera roces, que afectan la calidad de vida de los participantes.

Puede ocurrir que algunos miembros de la familia sigan poniendo el eje en su propio desempeño laboral, y demandan del compromiso y la dedicación de los otros de una manera voluntarista, sin utilizar estrategias que permitan ejercer un liderazgo racional y efectivo; mientras tanto, otros se alejan del día a día, y tratan de encontrar soluciones ya probadas en otras empresas, para aumentar la eficacia de cada acción.

 

 

Este pasaje de una empresa de labor familiar a una de dirección familiar pone en juego la visión de cada uno de los participantes, y la necesidad de llegar a acuerdos, para lograr que reine la armonía, aun en los tiempos de cambio.

Es probable que los miembros de la familia no cuenten con las herramientas necesarias para llevar adelante este proceso de manera exitosa. Entonces, el empezar a tomar distancia del día a día puede llevar a alguna situación de pérdida de control, o incluso de malestar entre los miembros de la familia propietaria, o en relación a algunos empleados.

Por ello, resulta tan importante que, cuando una empresa está viviendo esta transición, recurra (en muchos casos, por primera vez) al aporte de la Consultoría externa, que les va a permitir transitar el camino de una manera segura, y, por lo tanto, va a posibilitar el éxito en una de las transformaciones más fuertes que debe enfrentar una empresa a lo largo de su vida.

 

 

 

 

II Jornadas de CAPS Consultores en la Universidad de Belgrano

 

Por segundo año consecutivo, la Universidad de Belgrano nos abrió sus puertas, de manera virtual, para desarrollar las Jornadas de Empresas Familiares, en las que se presentaron Juan Carlos Valda, director de las Jornadas, Leonardo Glikin, director académico, y los expositores, miembros de CAPS Consultores, Andreína Tramannoni, Natalia Christensen, Lautaro Peralta Galván, Sonia López  y Eduardo Larriera. 

La convocatoria tuvo dos ejes que resultan fundamentales: el éxito empresario y la felicidad familiar. 
Estos fueron los temas tratados: 

 “Equipos de éxito: conocernos para interactuar mejor ”. – Lic. Andreína Tramannoni


Por su parte,
Juan Carlos Valda y Adriana Zamar entrevistaron a Laura Grosso, integrante de la familia propietaria de Grosso Tractores, y Leonardo Glikin entrevistó a integrantes de la familia Zuccardi, titulares de la Bodega Santa Julia. 

Los invitamos a ver en Youtube todas las presentaciones, y a dejarnos sus comentarios!!!

 

¿Es tiempo de revisar el protocolo empresario-familiar?

 

En este artículo revisaremos cuál es la frecuencia recomendable para revisar el Protocolo, y también, cuáles son los hechos significativos que hacen recomendable una revisión.

Nos despedimos el día de la firma del Protocolo, pero con un compromiso en firme: que, frente a cualquier dificultad en su implementación, los integrantes de la familia nos llamarían para que nosotros pudiéramos colaborar, y por lo tanto, lograr dos objetivos: evitar conflictos entre los miembros de la familia, y permitir que el Protocolo se convierta en parte integrante de la cultura de la Empresa Familiar.

Esta escena nos permite hacernos la pregunta: ¿con qué frecuencia hay que revisar el Protocolo?

Digamos que el protocolo es un acuerdo escrito con valor legal y moral, elaborado y suscripto por los miembros de la familia empresaria, que establece, entre otros puntos:

  • La definición de visión, misión, valores y objetivos.
  • Las pautas para el ingreso, la permanencia y el egreso de miembros de la familia.
  • Los criterios de retribución por trabajar, por gerenciar, por dirigir, por ser consultor, y por ser titular de participaciones societarias en la empresa.
  • Los estamentos para la toma de decisiones, para la deliberación y para la información de los miembros de la familia.
  • Los acuerdos para la compraventa de participaciones societarias, o de la empresa en su conjunto.
  • Los mecanismos que se acuerdan para prevenir y resolver conflictos.
  • Pautas para la solidaridad familiar.
  • Acuerdos para el desarrollo de nuevos negocios, asociación con miembros de la familia y con terceros.
  • Pautas de interrelación entre familia y empresa.

 

 

Muchas veces, el Protocolo establece un plazo específico para su revisión. Si a mí me piden consejo, voy a recomendar:

  • Al año de firmado, porque es necesario hacer los ajustes pertinentes y revisar si, efectivamente, el Protocolo se está incorporando a la cultura familiar, y no cae en el concepto de “letra muerta”.
  • Luego, una revisión periódica y rutinaria cada cinco años después de la firma.

Como se ve, en estos casos se trata de pautas de tiempo: es factible agendar la fecha para la revisión del Protocolo, y encarar el proceso, que normalmente va a incluir reuniones individuales y confidenciales con cada integrante de la familia, a efectos de entender cómo evoluciona el proceso personal de cada uno en relación al conjunto empresa-familia.

Además de estas pautas temporales, es conveniente tener en cuenta que hay determinados eventos que justifican la revisión del Protocolo.

Vamos a dar algunos ejemplos:

  • Algún miembro de la familia planea casarse. En esos casos, es conveniente ratificar las pautas elegidas por la familia respecto del régimen de bienes en el matrimonio. En particular, si resulta conveniente, en función de la protección de la empresa familiar que el matrimonio se realice con el régimen de separación de bienes.
  • Algún miembro de la familia se va a retirar de su puesto actual. Esto genera varias inquietudes: quién lo reemplazará? Cómo se preparará a la figura de reemplazo? Habrá una reformulación del puesto? Qué nuevos recaudos resultarían necesarios o convenientes?.
  • Hay una decisión de mudar la empresa, o se muda alguno de sus integrantes. Generalmente, esas circunstancias traen aparejadas la necesidad de compenetrarse con una legislación y con costumbres diferentes, que a veces incluyen, por ejemplo, el cambio de husos horarios, con la consecuencia de que hay que planificar las reuniones de una manera diferente.

 

  • Un miembro de la familia terminó su carrera universitaria, y quiere incorporarse a la empresa. En la empresa hay lugar para todos, o sólo para algunos integrantes de la familia? Se pueden incorporar los saberes del nuevo postulante? Se justifica desarrollar una nueva unidad de negocio en su beneficio?.
  • Se produjo un divorcio. Probablemente, sea necesario revisar la situación patrimonial de la empresa, y también el patrimonio personal de los socios, en particular de quien se ha divorciado.
  • Algún integrante de la familia padece una enfermedad de mal pronóstico, o se ha producido un fallecimiento. Estas cuestiones generan habitualmente un replanteo de las relaciones dentro de la empresa y la familia.
  • Es necesario contemplar la situación de una persona clave. Sea que hay que prever cómo va a ser reemplazada en el futuro, o hay que reforzar su motivación para que permanezca en la empresa, lo cierto es que el tema merece reflexión, y, muchas veces, genera cambios en la concepción de algunos aspectos del Protocolo.
  • Hay que revisar la visión de la empresa. Puede ser que hayan ocurrido cambios significativos en el mercado, o en el entorno económico. En tales casos, es posible que repasar la visión de la empresa pueda arrojar resultados muy positivos, que permitirán a todos los participantes desarrollarse con mayor entusiasmo.

La articulación de situaciones que pueden dar lugar a una revisión del Protocolo es meramente ilustrativa.  Hay circunstancias que afectan a cada empresa, y a cada familia, que merecen una revisión del Protocolo.

En nuestra experiencia, darse ese espacio de reflexión e intercambio de ideas enriquece las relaciones familiares, y genera vínculos más perdurables y sanos.

 

 

 

 

El impacto de la indecisión en la empresa de familia

 

“No pudimos aprovechar los buenos precios y ahora todo se disparó. Nadie quiere vender y todo el mundo quiere comprar. Si bien insistía, en el grupo de WhatsApp que compartimos con mis hermanos, nadie tomó la decisión y se nos pasó el tren”. Con angustia, como si se tratara de una confesión, lo compartía Martín, segunda generación de una empresa de la provincia de Córdoba.

Historias similares, se repiten diariamente en las empresas de familia, donde se evapora rentabilidad y se enciende la chispa de discusiones que contaminan el clima de la empresa y la familia. ¿Se dimensiona el impacto económico, social y emocional de estas “in-decisiones”? Reza el dicho “No todo es número”. Sin embargo, ellos terminan revelando en azules y rojos, los aciertos, errores y omisiones.  ¿Cómo resolverlo, sin barrer estos problemas debajo de la alfombra?

 Dimensionando el impacto

Las consecuencias de no capitalizar las oportunidades que brinda nuestra economía, que aún inflacionaria, permite hacer buenos negocios al distorsionarse los precios relativos, afectan a todos los eslabones de la propia actividad, otros actores de la economía, y al propio sector público que ve mermados sus ingresos impositivos.

Quienes se hayan apalancado en financiamiento a tasas menores que la inflación actual interanual del 64%, con un peso que ante el dólar se derrite en la mano y haya logrado posicionarse en mercaderías, insumos o inversiones tanto inmobiliarias como financieras dolarizadas, habrán agregado valor a su negocio.

Quienes se quedaron esperando otra historia diferente a la que ya conocemos, esperando que el clima aclare, su información empezará a teñirse de rojo.

 


 

Por citar un ejemplo, y tomando al campo como generador de 9 de cada U$s 10, de superávit de balanza comercial, la caída en las cotizaciones de en soja (-U$s 89) y maíz (-U$s 80), arrasó con U$s 4.700 millones, impactando en toda la economía. Esta cifra equivalente a unas 6.700 cosechadoras nuevas que no se pudieron ni producir ni vender, 17 millones de salarios mínimos vital y móvil, y U$s 3.000 millones de recaudación impositiva.

No todo es número. Aunque ellos revelan cómo el hecho de dilatar decisiones comerciales clave impacta en toda la economía y la sociedad, donde derrama en inversiones, empleo, y consumo. Decisiones “micro” que afectan también a la “macro”.

 

Cómo resolverlo

Por lo general los rojos de estos números, que se originan por la in-acción, prefieren barrerse debajo de la alfombra. ¿Cómo tomar el coraje de ponerlos sobre la mesa y resolverlos en la empresa de familia?

Así, como desde la corporalidad, para ser ágil, es necesario afirmarse desde el arranque para ganar impulso, es fundamental conocer desde dónde se parte. De allí que sugiero:

  • Identificar la cultura y los procesos a la hora de planificar nuestras decisiones de precio de venta y de compra:
  • ¿Está en claro quiénes son responsables?
  • ¿Quiénes de nuestra empresa, familiares o no, están mejor preparados y motivados?
  • ¿Necesitamos ayuda profesional o incorporar recursos?
  • ¿Aplicamos estrategias de financiamiento y comercial según el año?
  • ¿En qué información interna y externa nos apoyamos para decidir?
  • ¿Conocemos nuestros volúmenes y precios de indiferencia por unidad de negocio?
  • ¿Utilizamos tableros de control?
  • ¿Estamos considerando nuestro flujo de fondos proyectado para planificar la comercialización?
  • ¿Conversamos sobre las urgencias que aparecen en los mercados, y cómo impactan en nuestros indicadores para modificar estrategias?

 

 

  • Sincerar las emociones del “detrás de escena” de las acciones y omisiones.
  • ¿Para qué no conversamos?
  • ¿Qué lo está impidiendo?

 

  • Una vez mapeado el punto de partida, acordar:
  • Qué seguir haciendo
  • Qué dejar de hacer
  • Qué comenzar a hacer

Sin embargo, la nube de ideas no se transforma en realidades concretas, si no definimos el QUIÉNES, el CÓMO y el CUÁNDO, para pasar a la ACCIÓN. Diferencial vital, que requiere de la mayor de las  energías que definió Albert Einstein: la VOLUNTAD.

Espero que las respuestas a estas preguntas, como otras que surjan de la presente lectura, hayan sido de utilidad para despertar las conversaciones y acuerdos en tu empresa de familia, para agregar valor y bienestar empresario, familiar, y social.

Cierro con una frase de mi colega Alejandro Marchesán “Un futuro diferente está a una conversación de distancia”. 

¿Ya estás diseñando cuándo, dónde y junto a quiénes?

 

Mónica Ortolani – Consultora Tónica – CPN. Coach Ontológico Profesional especialista en Agronegocios.

 

 

 

 

Nuevos talentos se incorporan a CAPS Consultores

 

 

“Cuidamos el futuro de empresas y familias con historia”, es nuestra misión y nuestro compromiso. Para poder llevarlo adelante no alcanza con el saber y la experiencia de un solo profesional, sino que nos valemos del talento de un equipo de profesionales de primer nivel, que respeta la premisa fundamental: “el interés del cliente, primero”.

CAPS Consultores sigue creciendo.

Hemos superado la etapa fundacional, y hoy CAPS no es el nombre de fantasía que denotaba el deseo o la visión de su fundador, sino una organización donde los diversos talentos se complementan, para dar un servicio de excelencia a las familias empresarias, a las empresas Pymes, que actualmente son familiares o a las que podrían serlo en el futuro, a los empresarios que están pensando un futuro en el cual no estén atados a su empresa, y a  aquellas personas y familias que deciden realizar su planificación patrimonial y sucesoria.

Desde el momento en que el público buscaba y valoraba al “gurú”, el que todo lo sabía respecto de los temas que debían enfrentar, a este presente con profesionales especializados, han cambiado muchas cosas.

En primer lugar, hoy existe un reconocimiento de la sociedad respecto de la necesidad de organizarse para evitar conflictos, y lograr el mayor éxito en la empresa.

Por otra parte, hemos avanzado firmemente en la formación de profesionales. En este momento, con excepción de los distinguidos y expertos consultores Eduardo Larriera y Juan Carlos Valda, todos los integrantes de CAPS Consultores tienen el uso de la marca de Consultores de Empresa Familiar Certificados – CEFC ®, la marca de excelencia que ha desarrollado el Instituto Argentino de la Empresa Familiar, para distinguir a los profesionales que reúnen las condiciones de educación, ética y experiencia que les permiten brindar servicios de excelencia.

En CAPS Consultores se practica el trabajo en equipo, y se articula el saber de los diferentes profesionales, tanto de su área de formación específica (como abogados, licenciados en administración o psicólogos) con la formación necesaria para atender a las familias empresarias, a los empresarios que se retiran  o a las personas interesadas en planificar su patrimonio.

Por esa razón, nos enorgullece dar la bienvenida a tres distinguidos profesionales que se integran al equipo de CAPS Consultores:

Son ellos:

Natalia Christensen, Licenciada en Administración, Consultora de Empresa Familiar Certificada – CEFC ®, Presidenta del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (IADEF) y del Instituto Latinoamericano de la Empresa Familiar (ILAEF). Natalia vive en Mar del Plata, y es una apasionada de los temas de estructura y gobernanza de la empresa familiar, y de desarrollo de la familia empresaria.

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Lautaro Peralta Galván, abogado, Consultor de Empresa Familiar Certificado – CEFC ®, miembro del estudio Peralta Galván y Cremaschi, con sede en Santiago del Estero.

 

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Sonia López, abogada y mediadora, Consultora de Empresa Familiar Certificada – CEFC ®. Por estar radicada en Lincoln, Provincia de Buenos Aires, Sonia ha tenido desde siempre mucho contacto con empresas familiares agropecuarias, temática especialmente significativa en razón de la matriz productiva de la Argentina,  que estamos desarrollando en CAPS Consultores.

Ver en CAPS Consultores

 

A los tres les damos una cálida bienvenida, y deseamos que su aporte sea de significativo valor, en beneficio de nuestros clientes, del equipo de CAPS Consultores, y por su propio desarrollo personal y profesional.

 

 

 

Family Office, un instrumento para la consolidación y la continuidad de la familia empresaria.

 

Aunque aún están en una fase incipiente, los family offices están demostrando su utilidad para responder organizadamente al mayor nivel de actividades de la familia empresaria, con más gestión de riesgos, más proactividad en la familia en beneficio de mantener el nivel deseado de riqueza social, emocional y financiera. 

Estábamos culminando una reunión en una empresa familiar longeva, con historia y varias generaciones conviviendo, cuando uno de sus miembros expresó: “Esto tiene más que ver con actitud y propósito que con presupuestos y recursos”

Se hizo un silencio reflexivo. Luego, de a uno, los participantes en la reunión fueron asintiendo, lo que implicó un cambio vertiginoso en el modo como lo venían analizando hasta entonces.

En su deseo de superarse, seguir adelante y afrontar sus dificultades, las familias empresarias me enseñaron a prestar atención  en el nivel de la familia y no exclusivamente en el nivel  de la racionalidad empresarial. Es clave entender cuál es la filosofía de vida dominante, cómo orientan su emprender familiar empresarial hacia el futuro, qué riqueza familiar acumulan en patrimonio humano, intelectual, social y financiero, porque es esto lo que nos permite ayudarlos a ordenarse a través de un proceso de consultoría.

Ser parte de una familia empresaria requiere inversión constante en sus accionistas y familiares, porque así pueden garantizar la continuidad para el bien común. Esta es una gran premisa de la Empresa Familiar que basa la creación de valor transgeneracional e intrafamiliar en criar a los re-emprendedores del mañana, a las personas que serán motores del emprendimiento empresarial y del crecimiento a lo largo del tiempo.

Para las empresas familiares en primera, segunda generación, y sucesivas generaciones, tener claridad del conjunto de actitudes, valores, y creencias que orientan al grupo hacia la consecución de actividades emprendedoras/regeneradoras de valor social y financiero genera un norte y cohesión.

 

 

Ellos buscan el éxito a través del cambio, la innovación, nuevos proyectos, nuevos mercados, internacionalización, la ampliación de actividades o compra de empresas, todo aquello que les fortalece en el propósito de éxito empresarial y bienestar familiar con visión compartida.

Esto amplia el alcance de la consultoría de empresa familiar al nivel de gestión familiar. Es una evolución que legitima pasar de la gestión del core-business de la empresa familiar a una gestión familiar de su cartera de negocios y oportunidades (en el cual las actitudes y mentalidades de la familia que ejerce el control tiene influencia sobre la actividad emprendedora poseedora de un patrimonio compartido).

Incluso las empresas familiares pequeñas o medianas comprometidas en clarificar estrategias de su empresa principal comienzan a considerar otras actividades empresariales en las que involucrar a la familia y aceptan de muy buen modo operar con un Family Office.

Un Family Office es un centro organizativo, administrativo, de servicios e inversiones que ofrece apoyo a la familia propietaria a través de una estructura o equipo de gestión multidisciplinario, con servicios a los miembros de la familia según lo defina el Consejo de Familia, y/o se establezca en el Protocolo Empresario Familiar.

Esta oficina es útil y beneficiosa para la familia porque cubre las necesidades de los diferentes ámbitos. En algunas familias acompaña en decisiones de:

  • educación,
  • pasantías,
  • residencias en el exterior,
  • préstamos,
  • dividendo social (alcanza a familiares aun no accionistas),
  • capital semilla para nuevos negocios.

También significa dar un lugar a la gestión de las relaciones de los miembros de la familia empresaria, donde pueden acudir con sus inquietudes, donde la prioridad esta en ordenar las necesidades mediante prestación de servicios, minimizar los riesgos de ser familia empresaria y potenciar las fortalezas en la preparación de sus miembros, fundamentalmente de las siguientes generaciones sobre cómo preservar la riqueza a través del conocimiento y una filosofía de vida.



 

La inversión constante en capital humano, intelectual, social y financiero es la que influye en el poder regenerativo y el desempeño futuro de la empresa familiar:

Por esta razón, invito a hacernos estas preguntas acerca de la gestión familiar

  • ¿Es una habilidad adquirida el adaptarse, innovar y crecer continuamente?
  • ¿Cómo calificaría el nivel actual de emprendimiento?
  • ¿Está invirtiendo en investigación y desarrollo?
  • ¿Está buscando oportunidades, nuevos flujos de ingresos?
  • ¿Qué impacto tienen los miembros de la familia de la próxima generación en la creación de valor en sus diferentes ámbitos?
  • ¿Están motivados para contribuir?
  • ¿Se les da la oportunidad de tomar riesgos y asumirlos por sí mismos?
  • ¿Las generaciones más jóvenes están desarrollando los conocimientos digitales?
  • ¿Ha reconocido esa capacidad y la está aprovechando activamente para ayudar a impulsar las innovaciones tecnológicas?
  • ¿Cómo calificaría el nivel de la riqueza socioemocional de la familia (el valor emocional que se deriva de poseer y administrar la empresa y mantener el control y la influencia de la familia)?
  • ¿Los miembros de la familia están bien conectados con el negocio o los negocios qué tienen en la familia?
  • ¿Hay mecanismos a través de los cuales se los mantiene involucrados en el/los negocio/s, a través de roles o actividades formales o informales como eventos familiares?
  • ¿Los miembros de su familia están creciendo en un clima de liderazgo familiar en el cual se imparta el propósito, los valores y eduque a cada generación sucesiva en el conjunto de actitudes necesarias para mantener el negocio revitalizado?
  • ¿Existe una identificación y apego emocional con el legado de la familia empresaria y se fomenta su valor como activo familiar?
  • ¿Están surgiendo nuevas capacidades de liderazgo entre los Millennials y un número cada vez mayor de miembros femeninos de la familia?
  • ¿Se están tomando medidas para prepararlos para futuros roles de liderazgo?
  • ¿Es el valor de una mayor diversidad un factor en las perspectivas a largo plazo de su empresa?

 

Un buen punto de partida es comenzar a mejorar la mentalidad empresaria ayudando a familiares a adquirir habilidades importantes y capacidades varias para anticiparse a circunstancias futuras, desarrollar soluciones creativas, evaluar proyectos e ideas, todas las cuales son fundamentales para el éxito patrimonial, el bienestar familiar y el desarrollo sano de sus miembros en un mundo cada vez más complejo.

 

 

 

 

 

 

Participación patrimonial de los hijos en la empresa familiar

 

¿Todos mis hijos deberían recibir participaciones iguales en la empresa?  ¿O el que siempre trabajó conmigo debería llevar una porción mayor?  ¿O necesito asegurar que alguno tenga la mayoría absoluta, para que nadie pueda torcer sus decisiones? 


Modelos de traspaso generacional

Existen distintos modelos de traspaso generacional en las empresas familiares ***:

Modelo integrativo: la empresa es un bien de familia. Todos los hijos tendrán una participación equivalente, independientemente de que se desempeñen en la empresa o no.

Modelo representativo: constituye la evolución del modelo integrativo, generalmente aplicable a partir de la Tercera Generación. Cada linaje familiar tiene participaciones diferenciadas (acciones de distintas clases, o fideicomisos, o sociedades diferenciadas).

Modelo selectivo: el titular actual selecciona al o los/las continuadores/as en la empresa, y ellos son los que reciben la totalidad de la participación societaria.

Modelo re-fundacional: algún sucesor hace un esfuerzo extraordinario, sea para superar una crisis económica de la empresa, o para reemplazar a un Fundador/a enfermo o fallecido.

Modelo transaccional: el traspaso es fruto de la compra de una generación a otra.

 

Un dilema a resolver por la generación fundadora

Cuando la situación planteada es la de padres fundadores que se preguntan cómo distribuir su patrimonio entre sus hijos, normalmente las dudas giran en torno al modelo integrativo y al modelo selectivo.

Es que, en su observación cotidiana, todo fundador sabe que muchas empresas se traspasan a todos los miembros de la siguiente generación en conjunto, y que ellos se comprometen, en mayor o menor medida, con mayor o menor efectividad, con el éxito futuro de la empresa.

Pero también, muchos fundadores conocen casos (a veces, vividos en carne propia) de empresas que fueron continuadas exclusivamente por un hijo o hija, en tanto que los otros quedaron a cargo de otros bienes e intereses.

Estas diferentes alternativas deben llevar a una profunda reflexión, para poder determinar cuál habrá de ser la mejor solución para una empresa y una familia en particular.

 

 

Una decisión, un marco cultural

Debemos reconocer que, cuando reflexionamos estos temas, no estamos frente a cuestiones aisladas, sino que se entroncan con una serie de condicionamientos que cada uno arrastra con mayor o menor conciencia.

¿Cómo se manejó nuestra familia en generaciones anteriores?

¿Cómo suele encararse este tema en nuestra comunidad?

¿Cómo lo encaran empresas de nuestro mismo rubro, o nuestros proveedores, o nuestros clientes?

¿Conozco algún caso de éxito? ¿y algún fracaso?

En caso de que me inclinara por el modelo selectivo, ¿cuál sería el impacto en los hijos no seleccionados, desde el punto de vista emocional, y desde el punto de vista material?

¿Cómo incidiría la decisión que tome en la unidad familiar?

Si me inclino por un modelo integrativo, ¿debo reconocer el esfuerzo o el aporte de valor extraordinario de alguno/a de mis hijos/as?

 

 

¿Qué dice la Ley?

Hasta el año 2015, todo el sistema legal argentino estaba preparado para que el traspaso generacional se diera a través del modelo integrativo, pero no como una decisión específica de la Ley, sino como consecuencia de la falta de previsiones:

  • Estaba prohibido cualquier pacto sobre una herencia futura.
  • Todos los herederos tenían iguales derechos respecto de la totalidad de los bienes.
  • Si se hacía una donación, no estaba claro cómo se iba a computar el mayor valor de los bienes, desde que los recibía el heredero hasta el momento del fallecimiento del donante.

Todos estos puntos quedaron específicamente aclarados en el Código Civil y Comercial de 2015.

Hoy existen pautas específicas para diversos objetivos, entre las que podemos señalar las siguientes:

  • Que la empresa sea administrada por aquel hijo que participó en su fundación o explotación a lo largo del tiempo.
  • Que, a través de la figura de la “licitación”, algún heredero con un interés específico (por ejemplo, en el paquete accionario) pueda adquirirlo de manos de sus otros herederos.
  • Que se compute el valor de la donación al momento en que ésta se realiza (por supuesto, con aplicación de pautas de actualización monetaria) pero que el mayor valor del patrimonio, como fruto del aporte del que recibe la donación, no enriquezca al resto de los herederos.
  • Que se elabore un pacto sobre herencia futura respecto de la empresa, que puede abarcar a los actuales titulares y a sus herederos, o, incluso, puede ser un acuerdo entre futuros herederos, sin que los actuales titulares participen.

Conclusiones

La elección del modelo de traspaso generacional, y, dentro del modelo elegido, las pautas específicas de lo que recibirá cada uno, son temas de enorme significación y trascendencia para el presente y futuro de la empresa familiar, y para el bienestar y armonía entre sus integrantes.

 

*** Ver Modelos de Traspaso Generacional en la Empresa de Familia, Leonardo J. Glikin, Congreso LAEMOS, Buenos Aires, 2018.