Temas de Empresa & Familia

Los familiares políticos en las empresas familiares

Antonio López-Triviño Junco: “Soy un defensor nato de la presencia de los familiares políticos en las empresas familiares. Tienen un gran trabajo que hacer, y hay que integrarlos” 

28° programa de 2021 de “Empresa y Familia – Modelo para armar”, conducido por Leonardo Glikin y Carlos Liascovich. En esta segunda parte, el experto español Antonio López-Triviño Junco analiza la incorporación de esposas, esposos y demás parientes políticos en las instancias de gobierno y trabajo de la empresa familiar.

*Visitar la publicación original

 

CL: Primero vamos a decir que Antonio López-Triviño Junco es consultor y consejero de empresas familiares. Es abogado, especializado en el área mercantil, como se le dice en España, en el área comercial, le decimos nosotros, derecho comercial. Y está con base en la ciudad de Cádiz, España, en Andalucía. Tras esta presentación formal, vamos a tocar el tema que nos interesa ver hoy, es nada más y nada menos que de los parientes políticos e la empresa de familia.

LG: Yo voy a contar por qué hemos invitado a Antonio. En el mes de mayo IADEF organizó un conversatorio, donde nos tocó estar a Antonio y a mí. Cuando lo estábamos preparando, siendo que teníamos 50 minutos para hablar, decidimos dividirnos y ser el policía bueno y el policía malo, en el tema de los parientes políticos. A Antonio le tocaba representar a quienes consideran que los parientes políticos deben estar dentro de la empresa y a mí, a quienes consideran que los parientes políticos deben quedar afuera.

AL: Pues sí, así fue.

CL: Es un tema que es una grieta profunda, como decir nos gustan las medialunas saladas o las dulces, digamos, no hay punto intermedio.

AL: Es verdad que no lo hay, hay filias y fobias, en relación al tema.

CL: Dicho esto, me pongo la ropa de árbitro y que empiece el tema. Porque todos conocemos casos de parientes políticos brillantes, que dan un aporte muy importante y, al revés, parientes políticos que complican todo el vínculo, ¿verdad?

AL: Exacto. Yo soy un defensor nato de la presencia delos familiares políticos en las empresas familiares, creo que tienen un gran trabajo que hacer y, desde luego hay que integrarlos, porque lo que no puede hacer la familia es mirar para otro lado. Diferencio mucho entre lo que es la primera generación, lo que es el cónyuge del fundador o de la fundadora, de lo que son los yernos y las nueras. Porque, con relación al cónyuge del fundador o fundadora, lo que hay que hacerle ver muy claro es que, aunque todas las crías del clan son iguales, una cosa es la familia, donde efectivamente lo son, y otra cosa es la empresa. Entonces, a medida que vayamos avanzando en la profesionalización de la empresa, tienen que ser conscientes de esa situación. Conscientes de por qué el padre o la madre se pierden algún cumpleaños, algún partido de baloncesto o alguna actuación de ballet o de teatro de los hijos. Y luego, sobre todo, hay que tener muy claro el apoyo, creo que eso es fundamental. El que hay uno de los miembros de la familia, hablo de los fundadores en este caso, que está entregado en cuerpo y alma al trabajo de la compañía. Y lo que no podemos es estar siempre reprochando o cuando los hijos nos preguntan: “¿por qué papá, por qué mamá, no ha venido?” Pues que lo que estemos haciendo no sea crear un ogro para nuestros hijos, algo que nos aparta de la relación normal con nuestros hijos. Yo creo que hay una labor fundamental que hay que hacer. Y yo creo que sí, que si trabajas con ellos bien, ellos se dan cuenta de la situación. En una situación normal, yo intento integrar al cónyuge del fundador o de la fundadora, como presidente del consejo de familia, presidente de la asamblea familiar, dependiendo de la amplitud de la familia empresaria. Y ellos la verdad que agradecen mucho esa situación, el involucrarlos en el comité de actividades, en ser el CEO emocional de la familia empresaria. Pero teniendo siempre muy claro, en esto insisto de verdad, porque es un tema que a veces no tienen nada claro, en diferenciar lo que es la familia y la empresa. Comentábamos con Leonardo el caso de una familia empresaria con la que trabajé, de los cuatro hijos, a uno de los hijos, el menor de edad, que tenía experiencia internacional, lo trajeron a trabajar a la empresa familiar. Y él elaboró un organigrama, una relación de puestos de trabajo, las retribuciones. Los integrantes de la familia eligieron su rol, que eso me parece fundamental, que no obligara a ninguno de los hijos a desempeñar ningún papel en concreto. En una reunión familiar, contó la madre que le estaba apoyando con una cantidad importante a uno de los hijos, que había decidido tener un rol de mero trabajador de la empresa. ¿Eso en que ha desembocado? En que aquel hijo, que venía de fuera, se ha marchado y le ha tocado ponerse el mono de trabajo de vuelta al fundador. Porque una cosa es que ayudemos a determinados miembros de la familia empresaria cuando lo necesiten. Sea por una situación económica; o por una situación de dependencia, de drogas, de juego, de enfermedad. Pero otra cosa es que sigamos pretendiendo, si queremos profesionalizar la empresa, que todos nuestros hijos tienen que cobrar por igual. Hay que tener muy en claro que es así. Insistiendo, haciéndoles ver que todos los miembros de la familia son iguales por la pertenencia a la misma, pero otra cosa es la meritocracia, otra cosa es la empresa. La verdad que esa situación fue bastante desagradable porque al hijo que habían traído de fuera y que había accedido a poder organizar la empresa y que el padre diese un paso al lado, al final lo que se provocó fue una desautorización. Fue una situación bastante violenta. Por eso hay que hacerles ver mucho esto, que hay una diferencia entre la familia y la empresa. Luego te puedes encontrar con una familia empresaria donde hay tres fundadores, y donde las cuñadas no se hablan entre sí… Lógicamente, eso lastra la participación de los familiares políticos, no solamente en la primera generación, sino en la segunda. Porque (en la segunda generación, los primos) han visto siempre el enfrentamiento o la no relación con sus tíos o sus tías, eso pesa a la hora de si la siguiente generación desea contar o no con los miembros de los familiares políticos.

LG: Bueno yo, para hacer de policía malo, voy a empezar por algo que dije una vez que me invitaron a dar una charla sobre este tema, lo primero que hice fue preguntarme por la etimología de la palabra nuera. Y dije que “nuera significa ‘nu-era’ para mi hijo”, por ahí empezamos, ¿no es cierto?

Una observación, en la Argentina, es que, por un lado, respecto de la fundadora en particular: ese lugar hay muchos empresarios que reconocen (su importancia), pero hay muchos otros empresarios que no lo reconocen ellos, sino que lo reconocen sus hijos. Es decir, que el lugar de quien ha estado y vamos a imaginar que la empresa fue fundada por un hombre, de quien ha estado con ese hombre en esa fundación, a veces es reconocido directamente por el propio fundador, que reconoce que la empresa la hizo con su esposa. Sea porque trabajaban juntos o sea porque la esposa se ocupaba de la familia, mientras él estaba con toda su energía puesta en el trabajo. Pero hay otras circunstancias donde este reconocimiento viene por parte de los hijos, que dicen bueno, papá cree que fundó la empresa solo, pero en realidad la fundó con mamá. Yo diría que esto responde a diferentes encuadres ideológicos y, hasta yo diría, que depende de la zona geográfica de la Argentina, donde ocurre una escena o la otra. Pero luego, tomando un poco lo que vos decís de la profesionalización, Antonio, yo creo que ese punto es uno de los puntos donde nosotros tenemos mucho para aportar como consultores, porque una empresa más profesional es una empresa más consolidada, es una empresa con más perspectiva de futuro. Ahora, si la profesionalización la vamos a hacer con todos los que tienen la capacidad para estar en la empresa o la vamos a hacer con todos los miembros de la familia consanguínea que estén en condiciones de hacerlo, eso depende, desde mi punto de vista, de una determinación ideológica previa. Respecto de la cual, por lo menos en mi consultora, tratamos de ser neutrales. Es decir, no tratamos de convencer, ni tratamos de no convencer de incorporar a los parientes políticos.

AL: Totalmente de acuerdo en ese punto. Cuando yo hablo de que soy un ferviente defensor de su integración, efectivamente, depende de lo que la familia empresaria te demande cuando se trata de este tema. Lo que yo trato de hacerles ver, sobre todo a los abuelos, es que son las personas que colaboran en la educación de los nietos. Y que necesitan esa integración, para que esa educación que se hace a los nietos, esa reunión familiar, que sabes que a mí me encanta defender también, como órgano, entre comillas, de las familias empresarias, que yo creo que eso es el embrión de los futuros miembros de la siguiente generación. De que la lluvia va calando poco a poco y donde se va trabajando es en esa kitchen table, cuando los hijos son pequeños. Porque lo que no puede ocurrir es el caso que comentabais también en otro conversatorio de una chica con 15 años, que le dice al abuelo, oye, ¿sabes que hemos estado en una empresa, que resulta que tiene nuestro mismo apellido? Claro, el abuelo se sorprende y resulta que había ido a la empresa con el colegio, en una excursión y en 15 años no había pisado nunca su empresa familiar.

CL: Es tremendo, eso.

AL: Claro. Si no hacemos ese trabajo, lógicamente, estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado en esa situación. Entonces, por supuesto, neutralidad, lógicamente. Pero en mi experiencia es muy importante que ellos estén ahí. Y efectivamente, dependiendo de las experiencias previas. En los casos que he tenido, hay una autoridad reconocida por toda la familia, el fundador, porque quieras que no, la mayoría de las empresas ahora mismo en España están creadas por hombres y han tenido alguien a su lado que les ha apoyado en ese sentido. Entonces, yo intento implicar al cónyuge del fundador, de la fundadora, si es el caso, en el órgano de gobierno de la familia. Y, en situaciones normales, agradecen mucho esa posición o esas ganas de ayudar, porque ellos se dan cuenta de que afortunadamente esa idea que tuvo el fundador les dio de comer, les pudo dar una posición cómoda en la vida, pero se están dando cuenta de que hay algo más detrás, que hay que trabajarlo y les gusta mucho que ese trabajo de la abuela fundamentalmente, pueda influir en los nietos en esa imbricación entre la primera, la segunda y la tercera generación. Pero, lógicamente, si no ha habido relación entre las cuñadas, pues es muy difícil que ocurra cuando se trabaja en la elaboración de un protocolo familiar y los pactos relativos a arreglos de gobierno de la familia y, por supuesto, eso lastra la posición de la siguiente generación, de no querer en absoluto contar con los familiares políticos.

LG: Claro. Yo recuerdo que hace muchos años estaba estructurando un protocolo familiar, eran papá, mamá, hijo e hija. Y la única que decía que los parientes políticos tenían que estar en la empresa, era la hija. Cuyo marido justo estaba sin trabajo y ella estaba pugnando para ver si su marido pudiera estar.  Yo digo bueno, imaginemos que vos te moriste y estaba tu marido trabajando en la empresa, sigue trabajando en la empresa, ya viudo. Pasan algunos años, reconstruye su vida y un día tiene que ir a la empresa, no le arranca el auto y reconstruyó su vida con una modelo, que tiene un auto importado. Le pide a la chica, la esposa de ese momento, que lo lleve hasta la empresa, entonces, él llega a la empresa, le da un besito en la boca y se va a trabajar. ¿Cómo se sentiría el resto de tu familia? “De ninguna manera quiero que entren los parientes políticos”, dijo.

CL: Le construiste el escenario en la cabeza y se fue por la oposición.

AL: Leonardo, en España uno de cada dos matrimonios se divorcia, está claro que eso ocurre. Pero yo creo que hay que diferenciar mucho entre lo que pueden ser órganos de gobierno de la familia y trabajo dentro de la compañía. Hablamos de gobierno de la familia, por supuesto, la idea a la familia empresaria es decirles “oiga, mire usted, si se produce una separación de hecho, por supuesto, se produce una separación jurídica o divorcio”. Ese familiar político deja de formar parte de los órganos de gobierno de la familia. Estamos hablando ya de la siguiente generación. Aunque en España nos encontramos a veces con matrimonios de 70 y largo, 80 años, que se separan o se divorcian. Así que eso ocurre en la realidad. Yo creo que las familias, cuando están en la labor de contar con los miembros de la familia política, no plantean ningún problema el que efectivamente cuando se produzca una separación de hecho que dura en el tiempo o, por supuesto, una separación jurídica o divorcio, dejen de pertenecer. Otra cosa es el tema del trabajo, otra cosa es la historia relativa, si están trabajando dentro de la compañía. En el conversatorio que tuvimos hace muy poco tiempo, yo no soy experto en Derecho Laboral, pero me planteaba la posibilidad de en España decir oiga, mire usted, ¿cabe actuar en un contrato de trabajo, que si se produce una separación o divorcio dejará de tener efecto el contrato laboral? Y no es posible.

LG: Aquí en la Argentina sería imposible.

AL: Aquí también. Está muy normado, muy determinado y no sería posible, entonces, claro, eso puede a lo mejor asustar a las personas a contar o no con familiares políticos. Pues no es lo mismo un trabajo eventual que pueda hacer un familiar político que sea abogado en la defensa de los intereses de la empresa en un determinado momento; una campaña publicitaria que pueda llevar a cabo un especialista en marketing o publicidad que puede ser un familiar político; a cuando tú puedas estar integrado dentro del trabajo de la empresa con carácter habitual, sea un trabajo de base o en un puesto de dirección o de gobierno ahí. Esta idea que planteó Alicia Stivelberg en un primer momento, lo trasladé también, hicimos otro conversatorio con los consultores del instituto Nexia de Barcelona, el que capitanea Manuel Pavón. Y había una opinión, donde él decía: “Yo, cuando se plantean estos temas, lo que sí hago es que el Consejo de familia dé el visto bueno, pero por unanimidad. En el sentido de que si acertamos todos, está perfecto y si nos equivocamos, nos equivocamos todos”. Y me parece una idea interesante a la hora de tener esa situación del posible trabajo dentro de la compañía, sin perjuicio de que puedas contar a lo mejor con una empresa externa, que valore las condiciones de esa persona para desempeñar el puesto de trabajo, en los términos que se haya pactado en el Protocolo Familiar, en los términos del acuerdo de la familia, de cómo va a trabajar la familia, política o no, dentro de la compañía.

LG: Hay otro tema que me parece significativo, que son las relaciones de poder entre los miembros de la familia consanguínea y la familia política, cuando ocurre por ejemplo que un pariente político no entra a trabajar formalmente pero, llevándolo al ejemplo tuyo, es el abogado de la empresa o el representante de la empresa frente a terceros o es quizás un consultor financiero. Entonces, nos encontramos con que quizás entre ese pariente político y los consanguíneos aparece un desequilibrio en cuanto al nivel de información y el poder que puede tener cada uno de ellos. Y eso afecta muchas veces las relaciones personales.

AL: Efectivamente, estoy de acuerdo contigo, hay que mirar muy mucho cada supuesto. Creo que se podría objetivar de una manera muy clara lo que te acabo de comentar, el tema de que la posible inclusión de ese familiar político en un determinado puesto, sea puesto de gestión del día a día o sea del gobierno, marcando la estrategia de la compañía, que a lo mejor fuese una empresa externa de recursos humanos la que valorase si esa persona reúne esas condiciones con la idea de objetivar la decisión y que no esté afectada por ningún miembro, por ninguna rama familiar. Y, del otro lado, por el voto favorable del consejo de familia por unanimidad. Eso que estás comentando, desde luego, lo que no puede ocurrir es que haya una falta de comunicación, una falta de información de lo que se hace y demás. Yo te planteaba el caso que tengo de una familia empresaria donde el fundador le ha dejado la propiedad de la compañía el día que falte, de manera mayoritaria, a dos yernos. Entonces, todo funciona estupendamente, porque ahora mismo los familiares consanguíneos del fundador se dedican a otras cosas y porque se reparte el “san dividendo”. Entonces, mientras todo funcione perfectamente, en cuanto a que mi cuenta corriente vaya aumentando cada X tiempo que se reparta, pues no habrá ningún problema. Yo solo comento que es curioso además porque es administrador único uno de los yernos. Yo se lo digo, ¿estáis trabajando en la comunicación?, ¿estáis trabajando en la información de lo que se hace? Porque, bueno, ahí pueden estar las vacas gordas, que es un sector que no se ha visto afectado por la Covid 19, pero los avatares empresariales son insospechados. Entonces, ¿estáis trabajando en el tema de la comunicación? ¿Estáis insistiendo en eso? Sobre todo tú, como administrador único, para cuando las cosas puedan venir mal dadas. Y no están haciendo nada. Yo insisto cada vez que lo veo, porque digo, puedes tener un problema importante cuando llegue el momento de que a lo mejor no se pueda estar repartiendo utilidades.

LG: Resulta que una familia estaba haciendo, trabajosamente, sus primeras reuniones de Consejo de familia y todavía había un poco de tensión, no había mucha confianza entre los miembros de la familia consanguínea y la familia política. Una de las nueras, un poco para mostrar que su marido trabajaba mucho en la empresa y que eso prácticamente lo alejaba del hogar, dice: “Y yo a Francisco casi no lo veo nunca” y uno de los hermanos de Francisco, para ayudar, dice “nosotros en la empresa tampoco”.

CL: Con lo cual se complicó en otro plano la situación.

LG: Exactamente.

CL: Son situaciones divertidas, pero que a la vez dejan pensando a cada uno en su propia empresa. Creo que ha sido una charla muy rica y me parece que da para seguir conversando el tema más adelante.

LG: Sí, totalmente. Porque seguramente a nuestro público la cuestión de los parientes políticos le importa mucho. Yo siempre digo que cuando le preguntamos a 10 empresarios pymes si saben cuánto vale su empresa, va a haber ocho que van a decir que no tienen ni idea. Pero si le preguntamos a esos mismos 10 empresarios qué opinan del tema de los parientes políticos, todos tienen una opinión formada.

AL: Así es, aquí pasa igual.

CL: Porque ven entrar al pariente político todos los días en su empresa, entonces tienen una opinión muy formada seguramente. Muchas gracias Antonio, retomaremos el diálogo más adelante.

LG: Efectivamente. Muchas gracias Antonio, fue un placer escucharte.

AL: A vosotros por invitarme, cuando pueda ayudar en algo, a disposición.

CL: Estuvimos hablando con Antonio López-Triviño Junco, que es consultor y consejero de empresas familiares, es español, radicado en la ciudad de Cádiz, España.

 

Visitar la publicación original

 

 

Recomendar a un amigo:

Cómo conservar la empresa en la familia consanguínea

 

 

Para muchas familias constituye un gran valor que, bajo ninguna circunstancia, participen los parientes políticos. Para que ese valor pueda cumplirse es necesario tomar medidas a tiempo.

Las familias empresarias suelen tener una postura definida respecto de los parientes políticos, y en muchos casos esto es independiente de la mejor o peor relación que se establezca con ellos. Es que, parafraseando una escena de El Padrino, en general no se trata de una cuestión personal, sino “just business”.

            Es tan sensible el tema que, según lo que hemos observado, es probable que la mitad de los empresarios pymes no tenga idea del valor de su empresa, pero el 90 % de ellos tiene un criterio absolutamente formado respecto del tema de la participación de los parientes políticos.

¿A qué llamamos “pariente político”?

            Hasta el año 1987, en la República Argentina no existía el divorcio vincular, sino, apenas, la separación personal. Para que esta separación pudiera efectivizarse de común acuerdo, sin necesidad de acusar al cónyuge de determinadas conductas rigurosamente descriptas (como el adulterio, los malos tratos, el abandono voluntario y malicioso) fue necesario esperar hasta el año 1968, oportunidad en que se sancionó la reforma a la Ley de Matrimonio Civil, y se incorporó el famoso artículo 67 bis.

            El matrimonio era una institución vigorosa a la que recurría la gran mayoría de las personas, por lo que “pariente político” era, sin duda, aquel que se encontraba legalmente casado con el pariente consanguíneo, y por lo tanto era yerno o nuera, cuñado o cuñada “con libreta”.

            La convivencia no gozaba del mínimo prestigio social: se la denominaba “concubinato”, y se la consideraba una situación irregular que, en algunos ámbitos, era fuente de desprecio y discriminación.

            La sociedad ha cambiado a pasos agigantados, y hoy el concepto de pariente político es más amplio, lo que da lugar a que se lo pueda interpretar de diferentes maneras.

            Para algunos, pariente político sigue siendo aquel que está legalmente casado o casada con un pariente consanguíneo; para otros, el hecho de que exista convivencia, con proyección de continuidad, alcanza para considerarlos en esa categoría; para otros, finalmente, lo importante es esa vocación de continuidad, y no consideran ni siquiera necesario que exista convivencia.

            Conclusión: para evitar malos entendidos, lo primero que debe hacer una familia empresaria dispuesta a considerar este tema, es definir qué comprende para ellos el concepto de pariente político.

 

 

¿Qué participación se admite, y qué participación se quiere evitar?

Un pariente político puede ocupar diversos roles en relación a una empresa de familia, a saber:

  • Ser involucrado en instancias informativas.
  • Ser consultor o colaborador externo
  • Trabajar en la empresa familiar
  • Participar en la dirección de la empresa familiar
  • Ser titular de participaciones societarias.

El Protocolo Familiar y otros mecanismos a utilizar

Todas las cuestiones de criterio y de conducta relacionadas con la participación de parientes políticos pueden contemplarse en el Protocolo Familiar.

Así, si la idea es que los parientes políticos participen en instancias informativas, es necesario prever acuerdos de confidencialidad, y respecto de qué información se habrá de compartir.

Si la idea es que sean consultores o colaboradores externos, se deben prever las condiciones de contratación (en especial, tratando de evitar que tales condiciones resulten inequitativas respecto de colaboradores que no tengan ninguna relación familiar).

También se deben analizar y prever las causales y tiempos de finalización del vínculo profesional, a efectos de evitar malos entendidos y resentimientos.

Si los miembros de la familia política pueden integrarse a trabajar en la empresa, es necesario establecer en el Protocolo Familiar las pautas para su ingreso, permanencia y egreso, de manera de evitar arbitrariedades y susceptibilidades.

En todos los casos, es necesario contemplar qué va a ocurrir con el vínculo laboral, en caso de que finalice la relación familiar (por separación o fallecimiento del pariente consanguíneo).

Los temas más polémicos

¿Es admisible que un pariente político participe en la dirección de la empresa?

¿Se acepta que, eventualmente, un pariente político ocupe un cargo de mayor jerarquía que un pariente consanguíneo, al punto de que, en algún caso, hasta podría ser su jefe?

¿Está bien para una familia empresaria en particular que un pariente político sea el Gerente General de la empresa?

¿Se acepta que un pariente político “represente” a su cónyuge, pariente consanguíneo, en la dirección de la empresa?

¿Qué tratamiento se da a una eventual pelea entre cuñados/as? ¿El mismo que se daría a una pelea entre hermanos?

 

 

La cuestión patrimonial y las soluciones posibles

¿Qué pasa si un pariente político accede a la titularidad de participaciones societarias, por fallecimiento de su cónyuge? ¿Puede mantener esas participaciones, o debe obligatoriamente venderlas?

Sin duda, el tema más polémico, y probablemente delicado, atañe a la eventualidad de que un pariente político acceda a la propiedad de participaciones societarias por fallecimiento de su cónyuge. Dado que se trata de un bien propio, el cónyuge hereda en la misma proporción que los hijos.

Frente a esta hipótesis, se plantean varios temores de parte de los titulares de la empresa familiar.

  • Que el pariente político utilice su participación societaria para controlar más de lo que resulta aceptable o tolerable.
  • Que pretenda participar en el Directorio, con criterios diferentes de los que sostienen los parientes consanguíneos.
  • Que, a partir del poder que le da la tenencia de participación societaria, la utilice para vengarse respecto de viejos resentimientos personales.
  • Que vuelva a casarse, y que su nuevo cónyuge sobreviva al pariente político, con lo que pasaría a ser heredero un tercero absolutamente desconocido, y se correría el riesgo de que la empresa deje de ser familiar.

Frente a esta problemática, resulta necesario establecer un criterio compartido en el Protocolo Empresario-Familiar.

Para evitar toda participación societaria por parte del pariente político, a lo establecido en el Protocolo Empresario-Familiar hay que agregarle un “acuerdo de continuidad empresaria” que establezca que, en caso de fallecimiento del pariente consanguíneo, su parte será obligatoriamente comprada por la empresa. Normalmente, para poder viabilizar esa compra se contrata un “seguro de vida cruzado”, que dota a la empresa de los fondos necesarios para poder cumplir con esa cláusula.

A su vez, las acciones adquiridas pueden favorecer a los herederos consanguíneos (vgr. los hijos) de manera de evitar que ese linaje familiar pierda un porcentaje de la participación accionaria.

Otros mecanismos que se utilizan son:

  1. Un testamento, para partir el patrimonio de modo tal de que al cónyuge le queden otros bienes, y no la participación societaria.
  2. Un acuerdo para convertir las acciones del cónyuge en acciones preferidas, es decir, sin derecho a voto.
  3. Un acuerdo, con firma del cónyuge, para que se comprometa a vender las acciones en caso de que vuelva a casarse.

Podemos concluir que se trata de un tema complejo, que vale la pena reflexionar para encontrar soluciones a la medida de cada familia y cada empresa.

 

           

Leonardo J. Glikin es abogado, Director del Registro de Consultores de Empresa Familiar Certificados – CEFC® del Instituto Argentino de la Empresa Familiar, Director de CAPS Consultores.

 

 

 

 

 

Recomendar a un amigo:

Roles de profesionales de la psicología en CAPS Consultores


La palabra “interdisciplinaria”, que define la práctica de CAPS Consultores, no alcanza para comprender la profundidad y  complejidad de la tarea de cada uno de los profesionales intervinientes. En este artículo, la Lic. Adriana Zamar comparte su experiencia.

                                                                        

Ma, ¿vos qué hacés en CAPS Consultores? ¿Cuál es tu trabajo? – me preguntó mi hijo adolescente.

Esa pregunta me generó un desafío: ¿Cómo abarcar, en la respuesta,  las múltiples facetas de mi rol, no sólo en CAPS Consultores, sino, en general,  el rol de los psicólogos en la Consultoría de Empresas Familiares? ¿Cómo transmitir en la respuesta que  la psicología es una disciplina indispensable en el trabajo con ellas?

Lo primero que tuve en claro es que desde CAPS Consultores pensamos en el éxito empresario y la felicidad familiar. Nuestro primer deseo es ese. Trabajamos para lograr eso.

Éxito… felicidad, dos conceptos fuertes. ¿Quién no los desea?  Más allá de lo que cada uno de estos conceptos signifiquen para cada empresa, para cada familia y para cada persona. Buscar el sentido de ambas es un camino, y no todos tienen las mismas respuestas.

Cuando iniciamos un proceso de consultoría, en trabajo interdisciplinario con abogados y con licenciados en administración un proceso de Consultoría, el rol que desempeñamos es múltiple y complejo. Nuestras intervenciones varían de acuerdo a cada familia, a cada empresa en particular, las cuales también son fruto de su propia historia y su cultura

Desde CAPS Consultores acompañamos en dos sentidos:

  • En el trabajo con las familias empresarias consultantes.
  • En el trabajo con nuestro propio equipo

 

 

Cómo acompañamos a las familias empresarias

Nuestra intervención se puede dar en diversos momentos:

1.- Diagnóstico inicial

             Cuando la situación planteada lo requiere, participamos en las entrevistas iniciales y en la elaboración del Diagnóstico, lo que nos permite incorporar aquellos aspectos psicosociales que seguramente influyeron e influyen en la situación actual de la empresa y que requieren ser atendidos.

No olvidemos que la familia es una de las sociedades más antiguas y que, de hecho, pre-existe a la empresa.

Muchos de los estilos de vinculación entre sus integrantes y los conflictos de origen familiar son fácilmente transferibles a la dinámica empresaria.

2.- Durante el Desarrollo del Proceso de ordenamiento empresario-familiar:

¿Qué hacemos en la consultoría de Empresa Familiar?

  • Facilitamos la comunicación interpersonal: Las familias empresarias necesitan comunicarse para avanzar y a veces esa comunicación se traba, o está “oxidada” por el tiempo, “rota” o detenida por conflictos. A través de nuestras técnicas, funcionamos como una especie de “aceite” que lubrica esos intercambios, favoreciendo que el proceso fluya.
  • Detectamos conflictos latentes: en algunas ocasiones es posible observar tensiones entre los miembros de la familia empresaria, conflictos que están ahí, de los que no se habla, pero que inciden en la toma de decisiones.
  • Ayudamos a los integrantes de la familia empresaria a desarrollar sus planes de carrera en consonancia con sus propósitos de vida. Esto último es fundamental, ya que no es posible sentirse exitoso en la vida, o sentir felicidad si el trabajo que una persona realiza no está sintonizado con sus talentos, sus dones.
  • Generamos percepción y sensibilización (insights), haciendo que los involucrados comprendan el proceso que están atravesando. Muchas veces –bajo nuestra recomendación- se redefinen los objetivos y tiempos de trabajo atendiendo a las necesidades y/o tiempos personales de los involucrados (Ejemplos: detenernos en alguna discusión en particular que es central atender, facilitar la empatía hacia un mayor que aún siente que no está listo para “dejar su lugar”, revisar el plan vocacional de algún hijo/a que siente que está en la empresa porque “no le quedó otra” o que se siente excluido/a, etc.)

 

 

¿Qué NO hacemos en la consultoría de empresa familiar?

  • No hacemos psicoterapia individual en la empresa
  • No resolvemos problemas familiares de larga data o conflictos psicológicos graves. Para ello la persona y/o familia necesitará realizar un proceso terapéutico con un profesional especialista, en un marco individual y totalmente privado. .

En estos dos casos, somos un soporte muy importante facilitando derivaciones a profesionales que puedan atender estos temas.

Hasta aquí, nuestros principales roles con la familia.

Cómo trabajamos con nuestro propio equipo

Nuestro rol no se limita a lo que hemos visto, ya que también hacemos aportes hacia nuestro propio equipo.

Como nuestro trabajo es interdisciplinario,  en muchas ocasiones colaboramos con los consultores de ramas más duras, como la economía o la abogacía, en la construcción de visiones más amplias y humanas del enfoque de trabajo, en donde la vida emocional de sus clientes es importante.

¿El objetivo último? Generar resultados más profundos y duraderos.

En definitiva, ese es uno de los grandes beneficios del abordaje interdisciplinario con participación de profesionales de la psicología, ya que, en equipo,  facilitamos procesos que se sustenten en vínculos lo más sanos posibles, los cuáles en última instancia, son la materia principal para que cualquier buen proyecto ocurra y perdure en el tiempo.

 

 

Adriana Zamar es Licenciada en Psicología. Consultora de Empresa Familiar Certificada – CEFC ® diplomada en Estudios Interdisciplinarios de Género, docente en investigadora en la facultad de psicología en la UBA, se ha desempeñado en la dirección de la secretaría de Desarrollo Humano de Santa Fe y en la Coordinación en el Ministerio de Desarrollo Social en Ciudad de Buenos Aires.

 

 

 

Recomendar a un amigo: