Antonio López-Triviño Junco: “Soy un defensor nato de la presencia de los familiares políticos en las empresas familiares. Tienen un gran trabajo que hacer, y hay que integrarlos”
28° programa de 2021 de “Empresa y Familia – Modelo para armar”, conducido por Leonardo Glikin y Carlos Liascovich. En esta segunda parte, el experto español Antonio López-Triviño Junco analiza la incorporación de esposas, esposos y demás parientes políticos en las instancias de gobierno y trabajo de la empresa familiar.
*Visitar la publicación original
CL: Primero vamos a decir que Antonio López-Triviño Junco es consultor y consejero de empresas familiares. Es abogado, especializado en el área mercantil, como se le dice en España, en el área comercial, le decimos nosotros, derecho comercial. Y está con base en la ciudad de Cádiz, España, en Andalucía. Tras esta presentación formal, vamos a tocar el tema que nos interesa ver hoy, es nada más y nada menos que de los parientes políticos e la empresa de familia.
LG: Yo voy a contar por qué hemos invitado a Antonio. En el mes de mayo IADEF organizó un conversatorio, donde nos tocó estar a Antonio y a mí. Cuando lo estábamos preparando, siendo que teníamos 50 minutos para hablar, decidimos dividirnos y ser el policía bueno y el policía malo, en el tema de los parientes políticos. A Antonio le tocaba representar a quienes consideran que los parientes políticos deben estar dentro de la empresa y a mí, a quienes consideran que los parientes políticos deben quedar afuera.
AL: Pues sí, así fue.
CL: Es un tema que es una grieta profunda, como decir nos gustan las medialunas saladas o las dulces, digamos, no hay punto intermedio.
AL: Es verdad que no lo hay, hay filias y fobias, en relación al tema.
CL: Dicho esto, me pongo la ropa de árbitro y que empiece el tema. Porque todos conocemos casos de parientes políticos brillantes, que dan un aporte muy importante y, al revés, parientes políticos que complican todo el vínculo, ¿verdad?
AL: Exacto. Yo soy un defensor nato de la presencia delos familiares políticos en las empresas familiares, creo que tienen un gran trabajo que hacer y, desde luego hay que integrarlos, porque lo que no puede hacer la familia es mirar para otro lado. Diferencio mucho entre lo que es la primera generación, lo que es el cónyuge del fundador o de la fundadora, de lo que son los yernos y las nueras. Porque, con relación al cónyuge del fundador o fundadora, lo que hay que hacerle ver muy claro es que, aunque todas las crías del clan son iguales, una cosa es la familia, donde efectivamente lo son, y otra cosa es la empresa. Entonces, a medida que vayamos avanzando en la profesionalización de la empresa, tienen que ser conscientes de esa situación. Conscientes de por qué el padre o la madre se pierden algún cumpleaños, algún partido de baloncesto o alguna actuación de ballet o de teatro de los hijos. Y luego, sobre todo, hay que tener muy claro el apoyo, creo que eso es fundamental. El que hay uno de los miembros de la familia, hablo de los fundadores en este caso, que está entregado en cuerpo y alma al trabajo de la compañía. Y lo que no podemos es estar siempre reprochando o cuando los hijos nos preguntan: “¿por qué papá, por qué mamá, no ha venido?” Pues que lo que estemos haciendo no sea crear un ogro para nuestros hijos, algo que nos aparta de la relación normal con nuestros hijos. Yo creo que hay una labor fundamental que hay que hacer. Y yo creo que sí, que si trabajas con ellos bien, ellos se dan cuenta de la situación. En una situación normal, yo intento integrar al cónyuge del fundador o de la fundadora, como presidente del consejo de familia, presidente de la asamblea familiar, dependiendo de la amplitud de la familia empresaria. Y ellos la verdad que agradecen mucho esa situación, el involucrarlos en el comité de actividades, en ser el CEO emocional de la familia empresaria. Pero teniendo siempre muy claro, en esto insisto de verdad, porque es un tema que a veces no tienen nada claro, en diferenciar lo que es la familia y la empresa. Comentábamos con Leonardo el caso de una familia empresaria con la que trabajé, de los cuatro hijos, a uno de los hijos, el menor de edad, que tenía experiencia internacional, lo trajeron a trabajar a la empresa familiar. Y él elaboró un organigrama, una relación de puestos de trabajo, las retribuciones. Los integrantes de la familia eligieron su rol, que eso me parece fundamental, que no obligara a ninguno de los hijos a desempeñar ningún papel en concreto. En una reunión familiar, contó la madre que le estaba apoyando con una cantidad importante a uno de los hijos, que había decidido tener un rol de mero trabajador de la empresa. ¿Eso en que ha desembocado? En que aquel hijo, que venía de fuera, se ha marchado y le ha tocado ponerse el mono de trabajo de vuelta al fundador. Porque una cosa es que ayudemos a determinados miembros de la familia empresaria cuando lo necesiten. Sea por una situación económica; o por una situación de dependencia, de drogas, de juego, de enfermedad. Pero otra cosa es que sigamos pretendiendo, si queremos profesionalizar la empresa, que todos nuestros hijos tienen que cobrar por igual. Hay que tener muy en claro que es así. Insistiendo, haciéndoles ver que todos los miembros de la familia son iguales por la pertenencia a la misma, pero otra cosa es la meritocracia, otra cosa es la empresa. La verdad que esa situación fue bastante desagradable porque al hijo que habían traído de fuera y que había accedido a poder organizar la empresa y que el padre diese un paso al lado, al final lo que se provocó fue una desautorización. Fue una situación bastante violenta. Por eso hay que hacerles ver mucho esto, que hay una diferencia entre la familia y la empresa. Luego te puedes encontrar con una familia empresaria donde hay tres fundadores, y donde las cuñadas no se hablan entre sí… Lógicamente, eso lastra la participación de los familiares políticos, no solamente en la primera generación, sino en la segunda. Porque (en la segunda generación, los primos) han visto siempre el enfrentamiento o la no relación con sus tíos o sus tías, eso pesa a la hora de si la siguiente generación desea contar o no con los miembros de los familiares políticos.
LG: Bueno yo, para hacer de policía malo, voy a empezar por algo que dije una vez que me invitaron a dar una charla sobre este tema, lo primero que hice fue preguntarme por la etimología de la palabra nuera. Y dije que “nuera significa ‘nu-era’ para mi hijo”, por ahí empezamos, ¿no es cierto?
Una observación, en la Argentina, es que, por un lado, respecto de la fundadora en particular: ese lugar hay muchos empresarios que reconocen (su importancia), pero hay muchos otros empresarios que no lo reconocen ellos, sino que lo reconocen sus hijos. Es decir, que el lugar de quien ha estado y vamos a imaginar que la empresa fue fundada por un hombre, de quien ha estado con ese hombre en esa fundación, a veces es reconocido directamente por el propio fundador, que reconoce que la empresa la hizo con su esposa. Sea porque trabajaban juntos o sea porque la esposa se ocupaba de la familia, mientras él estaba con toda su energía puesta en el trabajo. Pero hay otras circunstancias donde este reconocimiento viene por parte de los hijos, que dicen bueno, papá cree que fundó la empresa solo, pero en realidad la fundó con mamá. Yo diría que esto responde a diferentes encuadres ideológicos y, hasta yo diría, que depende de la zona geográfica de la Argentina, donde ocurre una escena o la otra. Pero luego, tomando un poco lo que vos decís de la profesionalización, Antonio, yo creo que ese punto es uno de los puntos donde nosotros tenemos mucho para aportar como consultores, porque una empresa más profesional es una empresa más consolidada, es una empresa con más perspectiva de futuro. Ahora, si la profesionalización la vamos a hacer con todos los que tienen la capacidad para estar en la empresa o la vamos a hacer con todos los miembros de la familia consanguínea que estén en condiciones de hacerlo, eso depende, desde mi punto de vista, de una determinación ideológica previa. Respecto de la cual, por lo menos en mi consultora, tratamos de ser neutrales. Es decir, no tratamos de convencer, ni tratamos de no convencer de incorporar a los parientes políticos.
AL: Totalmente de acuerdo en ese punto. Cuando yo hablo de que soy un ferviente defensor de su integración, efectivamente, depende de lo que la familia empresaria te demande cuando se trata de este tema. Lo que yo trato de hacerles ver, sobre todo a los abuelos, es que son las personas que colaboran en la educación de los nietos. Y que necesitan esa integración, para que esa educación que se hace a los nietos, esa reunión familiar, que sabes que a mí me encanta defender también, como órgano, entre comillas, de las familias empresarias, que yo creo que eso es el embrión de los futuros miembros de la siguiente generación. De que la lluvia va calando poco a poco y donde se va trabajando es en esa kitchen table, cuando los hijos son pequeños. Porque lo que no puede ocurrir es el caso que comentabais también en otro conversatorio de una chica con 15 años, que le dice al abuelo, oye, ¿sabes que hemos estado en una empresa, que resulta que tiene nuestro mismo apellido? Claro, el abuelo se sorprende y resulta que había ido a la empresa con el colegio, en una excursión y en 15 años no había pisado nunca su empresa familiar.
CL: Es tremendo, eso.
AL: Claro. Si no hacemos ese trabajo, lógicamente, estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado en esa situación. Entonces, por supuesto, neutralidad, lógicamente. Pero en mi experiencia es muy importante que ellos estén ahí. Y efectivamente, dependiendo de las experiencias previas. En los casos que he tenido, hay una autoridad reconocida por toda la familia, el fundador, porque quieras que no, la mayoría de las empresas ahora mismo en España están creadas por hombres y han tenido alguien a su lado que les ha apoyado en ese sentido. Entonces, yo intento implicar al cónyuge del fundador, de la fundadora, si es el caso, en el órgano de gobierno de la familia. Y, en situaciones normales, agradecen mucho esa posición o esas ganas de ayudar, porque ellos se dan cuenta de que afortunadamente esa idea que tuvo el fundador les dio de comer, les pudo dar una posición cómoda en la vida, pero se están dando cuenta de que hay algo más detrás, que hay que trabajarlo y les gusta mucho que ese trabajo de la abuela fundamentalmente, pueda influir en los nietos en esa imbricación entre la primera, la segunda y la tercera generación. Pero, lógicamente, si no ha habido relación entre las cuñadas, pues es muy difícil que ocurra cuando se trabaja en la elaboración de un protocolo familiar y los pactos relativos a arreglos de gobierno de la familia y, por supuesto, eso lastra la posición de la siguiente generación, de no querer en absoluto contar con los familiares políticos.
LG: Claro. Yo recuerdo que hace muchos años estaba estructurando un protocolo familiar, eran papá, mamá, hijo e hija. Y la única que decía que los parientes políticos tenían que estar en la empresa, era la hija. Cuyo marido justo estaba sin trabajo y ella estaba pugnando para ver si su marido pudiera estar. Yo digo bueno, imaginemos que vos te moriste y estaba tu marido trabajando en la empresa, sigue trabajando en la empresa, ya viudo. Pasan algunos años, reconstruye su vida y un día tiene que ir a la empresa, no le arranca el auto y reconstruyó su vida con una modelo, que tiene un auto importado. Le pide a la chica, la esposa de ese momento, que lo lleve hasta la empresa, entonces, él llega a la empresa, le da un besito en la boca y se va a trabajar. ¿Cómo se sentiría el resto de tu familia? “De ninguna manera quiero que entren los parientes políticos”, dijo.
CL: Le construiste el escenario en la cabeza y se fue por la oposición.
AL: Leonardo, en España uno de cada dos matrimonios se divorcia, está claro que eso ocurre. Pero yo creo que hay que diferenciar mucho entre lo que pueden ser órganos de gobierno de la familia y trabajo dentro de la compañía. Hablamos de gobierno de la familia, por supuesto, la idea a la familia empresaria es decirles “oiga, mire usted, si se produce una separación de hecho, por supuesto, se produce una separación jurídica o divorcio”. Ese familiar político deja de formar parte de los órganos de gobierno de la familia. Estamos hablando ya de la siguiente generación. Aunque en España nos encontramos a veces con matrimonios de 70 y largo, 80 años, que se separan o se divorcian. Así que eso ocurre en la realidad. Yo creo que las familias, cuando están en la labor de contar con los miembros de la familia política, no plantean ningún problema el que efectivamente cuando se produzca una separación de hecho que dura en el tiempo o, por supuesto, una separación jurídica o divorcio, dejen de pertenecer. Otra cosa es el tema del trabajo, otra cosa es la historia relativa, si están trabajando dentro de la compañía. En el conversatorio que tuvimos hace muy poco tiempo, yo no soy experto en Derecho Laboral, pero me planteaba la posibilidad de en España decir oiga, mire usted, ¿cabe actuar en un contrato de trabajo, que si se produce una separación o divorcio dejará de tener efecto el contrato laboral? Y no es posible.
LG: Aquí en la Argentina sería imposible.
AL: Aquí también. Está muy normado, muy determinado y no sería posible, entonces, claro, eso puede a lo mejor asustar a las personas a contar o no con familiares políticos. Pues no es lo mismo un trabajo eventual que pueda hacer un familiar político que sea abogado en la defensa de los intereses de la empresa en un determinado momento; una campaña publicitaria que pueda llevar a cabo un especialista en marketing o publicidad que puede ser un familiar político; a cuando tú puedas estar integrado dentro del trabajo de la empresa con carácter habitual, sea un trabajo de base o en un puesto de dirección o de gobierno ahí. Esta idea que planteó Alicia Stivelberg en un primer momento, lo trasladé también, hicimos otro conversatorio con los consultores del instituto Nexia de Barcelona, el que capitanea Manuel Pavón. Y había una opinión, donde él decía: “Yo, cuando se plantean estos temas, lo que sí hago es que el Consejo de familia dé el visto bueno, pero por unanimidad. En el sentido de que si acertamos todos, está perfecto y si nos equivocamos, nos equivocamos todos”. Y me parece una idea interesante a la hora de tener esa situación del posible trabajo dentro de la compañía, sin perjuicio de que puedas contar a lo mejor con una empresa externa, que valore las condiciones de esa persona para desempeñar el puesto de trabajo, en los términos que se haya pactado en el Protocolo Familiar, en los términos del acuerdo de la familia, de cómo va a trabajar la familia, política o no, dentro de la compañía.
LG: Hay otro tema que me parece significativo, que son las relaciones de poder entre los miembros de la familia consanguínea y la familia política, cuando ocurre por ejemplo que un pariente político no entra a trabajar formalmente pero, llevándolo al ejemplo tuyo, es el abogado de la empresa o el representante de la empresa frente a terceros o es quizás un consultor financiero. Entonces, nos encontramos con que quizás entre ese pariente político y los consanguíneos aparece un desequilibrio en cuanto al nivel de información y el poder que puede tener cada uno de ellos. Y eso afecta muchas veces las relaciones personales.
AL: Efectivamente, estoy de acuerdo contigo, hay que mirar muy mucho cada supuesto. Creo que se podría objetivar de una manera muy clara lo que te acabo de comentar, el tema de que la posible inclusión de ese familiar político en un determinado puesto, sea puesto de gestión del día a día o sea del gobierno, marcando la estrategia de la compañía, que a lo mejor fuese una empresa externa de recursos humanos la que valorase si esa persona reúne esas condiciones con la idea de objetivar la decisión y que no esté afectada por ningún miembro, por ninguna rama familiar. Y, del otro lado, por el voto favorable del consejo de familia por unanimidad. Eso que estás comentando, desde luego, lo que no puede ocurrir es que haya una falta de comunicación, una falta de información de lo que se hace y demás. Yo te planteaba el caso que tengo de una familia empresaria donde el fundador le ha dejado la propiedad de la compañía el día que falte, de manera mayoritaria, a dos yernos. Entonces, todo funciona estupendamente, porque ahora mismo los familiares consanguíneos del fundador se dedican a otras cosas y porque se reparte el “san dividendo”. Entonces, mientras todo funcione perfectamente, en cuanto a que mi cuenta corriente vaya aumentando cada X tiempo que se reparta, pues no habrá ningún problema. Yo solo comento que es curioso además porque es administrador único uno de los yernos. Yo se lo digo, ¿estáis trabajando en la comunicación?, ¿estáis trabajando en la información de lo que se hace? Porque, bueno, ahí pueden estar las vacas gordas, que es un sector que no se ha visto afectado por la Covid 19, pero los avatares empresariales son insospechados. Entonces, ¿estáis trabajando en el tema de la comunicación? ¿Estáis insistiendo en eso? Sobre todo tú, como administrador único, para cuando las cosas puedan venir mal dadas. Y no están haciendo nada. Yo insisto cada vez que lo veo, porque digo, puedes tener un problema importante cuando llegue el momento de que a lo mejor no se pueda estar repartiendo utilidades.
LG: Resulta que una familia estaba haciendo, trabajosamente, sus primeras reuniones de Consejo de familia y todavía había un poco de tensión, no había mucha confianza entre los miembros de la familia consanguínea y la familia política. Una de las nueras, un poco para mostrar que su marido trabajaba mucho en la empresa y que eso prácticamente lo alejaba del hogar, dice: “Y yo a Francisco casi no lo veo nunca” y uno de los hermanos de Francisco, para ayudar, dice “nosotros en la empresa tampoco”.
CL: Con lo cual se complicó en otro plano la situación.
LG: Exactamente.
CL: Son situaciones divertidas, pero que a la vez dejan pensando a cada uno en su propia empresa. Creo que ha sido una charla muy rica y me parece que da para seguir conversando el tema más adelante.
LG: Sí, totalmente. Porque seguramente a nuestro público la cuestión de los parientes políticos le importa mucho. Yo siempre digo que cuando le preguntamos a 10 empresarios pymes si saben cuánto vale su empresa, va a haber ocho que van a decir que no tienen ni idea. Pero si le preguntamos a esos mismos 10 empresarios qué opinan del tema de los parientes políticos, todos tienen una opinión formada.
AL: Así es, aquí pasa igual.
CL: Porque ven entrar al pariente político todos los días en su empresa, entonces tienen una opinión muy formada seguramente. Muchas gracias Antonio, retomaremos el diálogo más adelante.
LG: Efectivamente. Muchas gracias Antonio, fue un placer escucharte.
AL: A vosotros por invitarme, cuando pueda ayudar en algo, a disposición.
CL: Estuvimos hablando con Antonio López-Triviño Junco, que es consultor y consejero de empresas familiares, es español, radicado en la ciudad de Cádiz, España.
Visitar la publicación original