Temas de Empresa & Familia

El desarrollo de la Planificación Sucesoria en Argentina

 

Desde la publicación de Pensar la Herencia en 1995, y la fundación del Consejo Argentino de Planificación Sucesoria Asociación Civil, se ha recorrido un largo camino, que permite a las personas tomar las mejores decisiones respecto de su patrimonio y sus valores inmateriales más importantes.

¿Qué es la Planificación Sucesoria?

 Básicamente, consiste en tomar los asuntos de la vida teniendo en cuenta la posibilidad del retiro y la certeza de la muerte.

Una definición más completa requiere centrarse en un sujeto, el heredante, es decir, todo aquel que alguna vez será heredado, y que, por lo tanto,  toma medidas para prevenir conflictos y prever el futuro de la mejor manera.

Desde esa perspectiva, la Planificación Sucesoria es “un conjunto de estrategias para que la transmisión hereditaria responda a los intereses y deseos del heredante, y las necesidades de su entorno afectivo, en un marco de equidad”.

La ley, la educación y la práctica

Mucho ha evolucionado la ley desde aquel puntapié inicial de 1995, con Pensar la Herencia y con una definición de Planificación Sucesoria en la Enciclopedia Jurídica Omeba.

A título meramente enunciativo:

  • El nuevo Código Civil y Comercial brinda nuevas posibilidades para planificar la sucesión, porque brinda un mayor margen de libertad al heredante: el que tiene hijos, puede disponer libremente del 33,33 % de su patrimonio, frente a apenas el 20 % con el viejo Código Civil; quien no tiene hijos, pero tiene a sus padres, puede disponer libremente de la mitad del patrimonio, en tanto que antes sólo disponía de la tercera parte.
  • También se establecen las pautas en función de las cuales un heredero puede adquirir bienes de la sucesión, a través de la figura de la licitación.
  • Al permitirse diferentes regímenes matrimoniales, y al dar la posibilidad de los convenios de convivencia, el Código genera distintas alternativas para el manejo del patrimonio en la pareja, tanto mientras ambos viven, como después del fallecimiento de alguno de ellos.

 

Por otro lado, cada vez con mayor asiduidad se ofrecen cursos y diplomaturas de Planificación Sucesoria.

Diversos profesionales (en especial, abogados y escribanos) incluyen la Planificación Sucesoria entre los servicios que ofrecen a sus clientes.

Todo ello nos lleva a un cuadro de expansión de la práctica, que seguramente se habrá de multiplicar en los próximos años.

Los cuatro pilares 

Identificamos cuatro pilares fundamentales de la Planificación Sucesoria, que abarcan las motivaciones disímiles de las personas, a cada edad y en cada circunstancia de la vida, para planificar:

  • La protección
  • La armonía
  • La proyección
  • La trascendencia

Los analizaremos por separado:

La protección 

Significa arbitrar los medios necesarios para que:

  • Los seres queridos no sufran un deterioro en sus condiciones materiales de vida como consecuencia de la desaparición de su proveedor de ingresos.
  • El patrimonio no se vea afectado por un impacto impositivo derivado del fallecimiento del titular.
  • En caso de que el heredante tenga una larga sobrevida sin generar ingresos, que esto no produzca una alteración en su calidad de vida y en la de su familia.

 

La armonía

Consiste en adoptar medidas tendientes a:

  • Evitar conflictos entre miembros de la familia.
  • Definir los principios éticos del heredante, que, en general, se basan en:
    • Mantener la igualdad entre los hijos.
    • Propender a la equidad, tendiendo a compensar situaciones de diferencia.
    • Premiar el mayor esfuerzo de algunas personas.
    • Compensar por la presencia y asistencia recibida de algunos hijos u otros seres queridos, en especial en la vejez o durante una enfermedad.
    • Compensar a quien haya sido afectado por los condicionamientos de la vida (por ejemplo, un hijo que padece una enfermedad incapacitante, o algún ser querido que tuvo una mala experiencia matrimonial y, por lo tanto, tiene una vida poco feliz, aunque tenga los recursos económicos para sustentarse).
  • Dar a cada uno lo que le corresponda sobre la base de los principios éticos del heredante.
  • Tratar de armonizar tales principios del heredante con lo que puede ser aceptado por los herederos, lo que ayudará a evitar un mal recuerdo en el marco de los afectos. En otras palabras, intentar soluciones por consenso.

 

 

La proyección 

Entre los valores más apreciados de una persona se encuentra lograr que sus propios proyectos puedan seguir adelante.

En el caso de las empresas esto ocurre cuando algún individuo se plantea cómo conseguir que se continúe más allá de su esfuerzo personal, tratando de evitar con ello que la organización padezca el impacto de la falta de su aporte personal.

En esos escenarios, el empresario se está planteando su propio exiting, o sea, la estrategia para la salida personal de la empresa y la búsqueda de personas comprometidas para poder llevarla adelante.

Pero también está comprendido el riesgo de no poder retirarse: de que, por alguna contingencia, una persona no pueda seguir adelante con su empresa o con sus proyectos.

“Empezar con el fin en la mente” es un sano principio que implica poder prever las contingencias, e imaginar la manera de resolverlas.

La trascendencia

Sea a través de actos filantrópicos, o de la consolidación de ciertos proyectos personales, lo cierto es que satisfacer las necesidades de trascendencia significa responder de la manera más efectiva posible a algunos de los valores más importantes de los seres humanos.

Trascender significa, por ejemplo, que el propio nombre bautice un proyecto, o que el esfuerzo del presente rinda sus frutos en el futuro lejano (por ejemplo, al garantizarse la educación de los nietos o de los bisnietos).

Muchas veces, quienes se focalizan en el pilar de la trascendencia, ya tienen íntegramente resuelto el pilar de la protección.

 

 

CONCLUSIONES

Uno de los grandes desafíos de Pensar la Herencia fue lograr que el libro no se quedara solamente en un aporte intelectual, sino que sirviera para la acción.

Recorrimos desde entonces un largo camino, que, día a día, concita la atención de más personas, dispuestas a tomar acción en función de cuestiones realmente importantes: la protección del patrimonio y de los afectos.

Si quiere conocer o  profundizar en el tema, consulte: Manual de Planificación Patrimonial y Sucesoria para Asesores de Seguros de Vida, Leonardo J. Glikin, Aretea Ediciones, 2016

 

 

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Tareas críticas y alerta temprana

 

Es imprescindible entender que hay determinadas tareas cuyo incumplimiento da lugar a consecuencias significativas, y que, si no pueden cumplirse en tiempo y forma, es necesario emitir una alerta temprana.

  • Todos esperando a José, que era el único que tenía llave…y llegó media hora tarde! –
  • No podemos hacer el despacho hasta contar con la aprobación de Gabriela, que es la Gerente de Comercio Exterior, pero ella aprovechó que el miércoles era feriado, y se tomó toda la semana sin dejar a nadie en su reemplazo -.
  • Hasta que el Comité no decida la nueva lista de precios, no tenemos manera de salir a vender –

Podríamos seguir escribiendo varias hojas de tareas que, si no se cumplen en tiempo y forma, generan un daño extraordinario a la organización, ya que se detienen procesos, se altera una rutina de producción, o se afecta la productividad de otros. 

Es habitual que nos encontremos con este tipo de situaciones, bajo la forma de reclamos, en el marco de los procesos de consultoría en empresa y familia.

Algunas veces, lo que está en juego es la falta de compromiso de algún partícipe; en otros casos, su falta de entrenamiento para hacer las cosas en tiempo y forma. Pero, en la mayor parte de los casos, nos encontramos con un verdadero desconocimiento de dos conceptos fundamentales:

  • Las “tareas críticas”.
  • La “alerta temprana”.

 

¿Qué son las tareas críticas?

Son aquellas cuyo incumplimiento en tiempo y forma resiente la facturación, la rentabilidad, el prestigio o la organización de la empresa, o afecta en forma directa a un cliente o grupo de clientes.

¿Cuáles son las tareas críticas en una empresa concreta, y en un momento determinado?

Por definición, son cambiantes. Lo único que no cambia, es que cuando una tarea es crítica, su incumplimiento arroja como resultado un daño.

Pautas organizativas

Es conveniente que se señalen especialmente las tareas críticas, que haya consenso entre la Dirección y quienes las deben cumplir, y que se adopten los mecanismos necesarios para lograr que sean cumplidas con prioridad.

Asimismo, y como manera de prevenir la contingencia, resulta conveniente estructurar un sistema por el cual, en caso de que el responsable principal de la tarea crítica no pueda cumplirla, alguna otra persona acuda en su reemplazo.

A su vez, y a fin de mejorar la calidad del servicio en forma sostenida, es conveniente llevar un registro de las actividades críticas, a quiénes fueron confiadas, y el resultado obtenido dentro del plazo que se fijó.

El reiterado incumplimiento de actividades críticas daría lugar a la separación de la persona involucrada de ese tipo de gestiones, dado que su actitud resultaría muy peligrosa para el desarrollo de la empresa.

 

 

A su vez, al saber que está comprometida con una actividad crítica, todo integrante de la empresa debería solicitar ayuda en caso de no poder cumplir en tiempo y forma, dado que su principal obligación debe ser velar por los intereses de fondo de la empresa, y lograr el cumplimiento de los objetivos, aunque su realización deba compartirse o derivarse a otro integrante.

Si lo expuesto es significativo en general, mucho más cuando se trata de integrantes de la familia propietaria, dado que tienen que dar el ejemplo de iniciativa y pertenencia a todos los restantes integrantes de la empresa.

Desde ya, diferenciar a las actividades entre las que son críticas y las que no lo son ayuda a manejar el tiempo de una manera más adecuada, porque permite priorizar actividades, y consecuentemente también delegar.

¿Qué es la alerta temprana?

Quien tiene a su cargo la responsabilidad de llevar adelante una actividad no es el “dueño” de esa actividad. Solamente, es el delegado para cumplirla.

Por lo tanto, parte de su compromiso con el equipo de trabajo debe consistir en  dar una alerta temprana, en caso de que, por algún motivo (propio o ajeno) la tarea no pueda ser cumplida en el tiempo y la forma establecida.

De esta manera, quien le haya formulado la delegación (el Director del Proyecto, el Gerente, el Jefe directo) estará en condiciones de:

  1. a) Asumir el desvío.
  2. b) Arbitrar los mecanismos correspondientes para corregir el desvío (mediante la incorporación de nuevos recursos, por ejemplo).

¿Cuándo debe darse la alerta temprana? Apenas la persona que está a cargo de la ejecución advierte que ésta no podrá ser cumplida en tiempo y forma.

 

 

Un ejercicio para cambiar conductas

Como ejercicio para identificar las tareas críticas y habituarse a emitir alertas tempranas, se propone lo siguiente:

  • Armar un grupo de no menos de tres a seis personas, con niveles de responsabilidad similar en la empresa
  • Cada uno repasará las actividades cumplidas en los últimos quince días en la empresa, e identificará

1.- Cuáles de ellas eran críticas.

2.- Por qué razón.

3.- Cuáles no eran críticas.

4.- Si quedó alguna actividad crítica sin cumplir.

  • Posteriormente, cada cual armará su agenda de actividades de los próximos quince días, y dividirá las críticas de las que no lo son. Pondrá fecha de cumplimiento a cada una de las actividades, y contestará las siguientes preguntas:
  1. Estoy en condiciones de cumplir todas las actividades críticas en tiempo y forma?
  2. Cuáles deberían ser las consecuencias, tanto si lo logro como si no lo logro?
  3. Cuál es mi plan de emergencia, para el caso de no poder cumplir alguna actividad crítica?

 

 

Luego, compartirá sus observaciones con los demás participantes, con el fin de extraer conclusiones.

Esas conclusiones tienen que quedar por escrito.

A continuación, definirán los modos de realizar la alerta temprana:

  • Medio de comunicación de la alerta temprana
  • A quiénes debe transmitirse.
  • Anticipación deseable
  • Fundamentación requerida como indispensable
  • Fundamentación recomendada, para la mejor valoración
  • Propuesta de soluciones frente a la contingencia

Tanto la identificación de tareas críticas, como la sistematización del modo de dar alertas tempranas, son aportes de valor, que dan cuenta del interés y compromiso de los participantes, con el éxito de la empresa.  

 

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Los millenials, ¿más conservadores de lo que pensamos?

Por Daniel Sánchez Reina

 

Hemos construido entre todos unos clichés sobre patrones de conducta social y laboral de la llamada generación Millenial. Estudios elaborados y publicados recientemente por diversas organizaciones (Harvard Business Review, Manpower Group, Adecco) confirman algunos de esos clichés y desmienten otros.

Repasemos brevemente la clasificación generacional que se suele utilizar en el ámbito profesional:

– Baby Boomers: nacidos entre 1945 y 1964, son los hijos de la Segunda Guerra Mundial. Anhelan un puesto de trabajo estable para toda la vida, trabajadores duros, orientados a la eficiencia en costes, poco adaptables a los cambios y preferencia por el trabajo individual al grupal.

– Generación X: nacidos entre 1965 y 1979, son los llamados inmigrantes digitales. Dotes de liderazgo, sensibles a los estilos directivos, orientados a la consecución de ingresos y no tanto a la eficiencia en costes, les gustan los retos y la resolución de problemas, trabajan bien en equipo. Les incomoda que se les valore por la presencia física en lugar de por los resultados.

– Generación Y (también llamados Millenials): nacidos entre 1980 y 1995, es la primera generación de nativos digitales. Entusiastas, tecnólogos, de espíritu emprendedor, saben cazar las oportunidades al vuelo. Se les considera perezosos, quieren resultados inmediatos, se aburren fácilmente. La estética personal es un valor muy importante. Les incomodan las estructuras excesivamente jerarquizadas.

– Generación Z: nacidos a partir del 1996, aún no incorporados plenamente al mercado laboral.

 

 

Los clichés sobre los Millenials que estos estudios confirman como ciertos son:

  • Necesitan un buen ambiente laboral para ser productivos.
  • Valoran el horario flexible.
  • Prefieren un sueldo ajustado que esté acompañado de un generoso variable. Es un elemento motivacional importante para ellos.
  • Al buscar empleo ponen en valor y dan más relevancia a sus habilidades personales que a las técnicas.
  • Son indiferentes a los liderazgos fuertes o referentes, prefieren jefes con los que se puedan tratar de tú a tú y que les den feedback frecuente.
  • No toleran culturas empresariales rígidas y muy jerarquizadas.
  • Se aburren rápidamente en un mismo puesto de trabajo.
  • El fácil acceso a la información les ha hecho impacientes: quieren ver resultados rápidos, incluso en cuanto a su progresión profesional.
  • Valoran muy positivamente la inversión en desarrollo profesional.

 

 

Sin embargo, los Millenials también presentan las siguientes características, sorprendentes para la imagen que nos habíamos construido de ellos:

  • No sienten tanta indiferencia hacia el dinero como se les atribuye. De hecho, la estabilidad económica es una prioridad para el 70%.
  • Prefieren, en un 70%, la estabilidad laboral a un trabajo que les apasione. Un dato verdaderamente sorprendente, y claramente correlacionado con el punto anterior.
  • Valoran muy positivamente los beneficios sociales aportados por la empresa (seguro de salud, de vida, etc.).
  • Tienen espíritu de superación y son ambiciosos (aunque su tendencia al narcisismo hace que infravaloren el esfuerzo necesario para progresar profesionalmente).
  • Formar una familia es importante para el 40%. Es un dato bastante alto, que sorprende y mucho.
  • A pesar de valorar la conciliación personal y laboral, un 50% considera que estará mejor considerado por su jefe si se muestra como un workaholic. Están dispuesto a hacerlo si es necesario.

 

 

En definitiva, los valores tradicionales que nos cantaba el bolero –salud, dinero y amor– siguen estando muy vigentes. O bien se ha producido un contagio generacional o bien se trata de valores universales y atemporales.

Lo verdaderamente relevante de todos estos datos es que la fuerza laboral que ya está aquí tiene esas características. Sepámoslo, aceptémoslo, y actuemos en consecuencia para facilitarles su ingreso y su progresión en la empresa.

Fuente: https://lideragora.net/2017/03/28/los-millenials-mas-conservadores-de-lo-que-pensamos/

Por gentileza de www.grandespymes.com.ar

 

 

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