El arte de simplificar lo complejo
Muchas horas cada día, cada semana y cada mes. Presiones, exigencias, responsabilidades, cambios constantes y plazos que apremian cada vez más. En estos escenarios es común suponer que existan conflictos dentro los equipos de trabajo.
Como empresa se puede actuar de tres modos posibles: ignorarlos y seguir adelante como sea, demonizarlos y actuar para combatirlos hasta su “desaparición”, o aceptarlos, gestionarlos y capitalizarlos como parte del proceso natural de crecimiento que influye en la cultura de la empresa.
Por supuesto, trabajaremos en esa tercera opción.
Ahora bien, ¿de qué conflictos estamos hablando? Claramente no existe una clasificación que tipifique con exactitud la innumerabilidad de situaciones complejas que pueden darse en un equipo de trabajo, sin embargo, el Coaching Comunicacional es un gran aliado a la hora de encontrar soluciones. ¿Por qué? Porque aplica técnicas divertidas y atípicas que nos ayudan a cambiar el observador de la realidad que cada uno es y nos permite afrontar cualquier proceso -conflictivo o no- de forma desestructurada.
Stephen Robbins define el conflicto como “un proceso que se inicia cuando una parte percibe que la otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar de manera negativa alguno de sus intereses”.
Tal vez, este es el punto que complica las cosas en vez de solucionarlas. ¿Por qué? Básicamente porque cada uno verá la realidad desde su percepción y reaccionará con más o menos filtro, con más o menos agresividad y/o con más o menos sarcasmo a la hora de exponer su incomodidad. ¿El resultado? Probablemente choques, asperezas e incomodidades que se extienden a más miembros del equipo.
Frente a este planteo, resulta oportuno destacar los aportes del Coaching Comunicacional para la resolución de conflictos.
Brian Tracy, una de las principales voces consultoras del mundo que trabajan sobre el éxito integrando lo personal y profesional, señala: “Todo es difícil antes de ser fácil. Una razón primordial por la cual la gente no advierte su pleno potencial es que cuando intenta algo nuevo y no funciona perfectamente al primer intento lo deja”, esto significa volver al estado anterior manteniendo los mismos procesos y resultados, en el mejor de los casos, porque si la frustración se vuelve mayor lo más seguro es que todo vaya para peor, ahora, además, hay desgano.
En ese sentido, el Coaching Comunicacional es una disciplina que nos ayuda a transformar en fácil lo difícil, a encontrar una alternativa, un camino o una solución mucho más clara, a veces más simple y la mayoría de las veces impensada, logrando escaparle a la “parálisis por análisis” que no nos lleva a ningún sitio, que nos hace abandonar a mitad de camino o que nos deja siempre en el mismo lugar.
Trabajar lo comunicacional integrado a lo estratégico permite procesos mucho más efectivos, rápidos, prácticos, sostenibles y, sobre todo, con una estructura vital. Por eso es imprescindible destacar la calidad y cualidad de lo personalizado, porque también entra en juego la visión de las empresas, el tipo de vinculaciones en ella, sus objetivos, etcétera.
Este tipo de consultorías nos despierta a un recorrido profundo que nos hará ver desde otro lugar y tomar otro tipo de compromiso a nuestras disciplinas. En el camino tomado se podrán hacer emerger los talentos de las personas, equipos y organizaciones, transformando los límites en valiosos recursos creativos y productivos. No se dirige a la búsqueda de las causas para generar culpabilidad, sino a la solución de los problemas, a lograr un decidido y sorprendente cambio en las dinámicas. En otras palabras, se trata de una propuesta cuyo propósito es producir aprendizajes, cambios de conductas y crecimiento de las personas en un contexto en el que lo personal y profesional están integrados.
Las consignas básicas de este enfoque estratégico suponen:
- Comprender el estado presente
Definir y redefinir el problema hasta aclararlo.
- Aclarar el estado deseado
Definir concretamente el verdadero problema que queremos solucionar.
- Evaluar las soluciones intentadas hasta ahora
Aquellas que no han funcionado, aunque sí habían funcionado antes.
Para terminar, podemos destacar algunos logros concretos a través de un trabajo firme en la integración de la comunicación y la estrategia:
- Adquirir y ampliar las técnicas resolutivas
- Redefinir la visión ante las circunstancias actuales
- Decidir y ampliar planes de acción para mejorar situaciones concretas
- Aprender diferentes formas de comunicación efectivas
- Gestionar la misma situación desde otra perspectiva
- Esclarecer los objetivos que se quieren alcanzar
- Analizar lo que ha funcionado y lo que no
- Poner en práctica un plan estructurado para alcanzar lo que queremos
- Seguir cada fase de cambio
Definitivamente estos son logros basados en la mejoría y armonización de las relaciones y de la funcionalidad del equipo, teniendo en cuenta, a su vez, a cada persona, lo que inevitablemente maximiza los rendimientos y favorece así a una empresa que no le teme a su propio crecimiento.
- Fuente: Varios artículos de NA Mag.