“Miro al futuro, porque allí es donde voy a pasar el resto de mi vida” George F. Burns
Se denomina “empresa familiar” tanto a aquella en la que trabajan los miembros de la familia (empresa de labor familiar), a aquella que es dirigida por integrantes de la familia (empresa de dirección familiar) como a la empresa de la que una familia es dueña (empresa de propiedadfamiliar). ¿Y cuál es el punto en común entre todas ellas? La vocación de continuidad, es decir, el deseo de un futuro compartido.
Toda empresa familiar tiene una historia (más larga o más corta) que hasta aquí ha sido exitosa, y que constituye el incentivo principal para continuar juntos.
Continuar juntos… ¿para qué? Cuál es la visión de futuro que impulsa esa unidad planteada?
Dicho en otros términos: ¿cuál es la estrella que va a guiar a esa empresa familiar hacia su destino de éxito?
Poder compartir una visión es una manera de empezar a alinear las acciones, para intentar que esa visión se convierta en realidad.
¿Cuál es la misión compartida? ¿A qué juego van a jugar, y en qué cancha? Esa es, en definitiva, la mejor manera de definir una misión.
Alinear la visión y la misión es el primer paso para poder compartir el futuro.
Y no se trata de un acto de cumplimiento automático. Por el contrario, cuando planteamos (a través de juegos o ejercicios visuales) el desafío de definir una visión o una misión, se ponen en juego las diferencias entre los integrantes de la familia empresaria.
Atravesar esas diferencias, y poder llegar a definiciones consensuadas, es la mejor manera de alinearse para entrar en el futuro.
¿Cómo materializamos la vocación de continuidad?
- Pensamos la empresa del futuro (planificación estratégica)
- Buscamos los modos de interesar a los sucesores (motivación)
- Determinamos los requisitos esenciales para que se integren (establecimiento de reglas)
- Preparamos a los jóvenes para su participación exitosa (formación)
Tengamos en cuenta que el futuro no va a ser igual al presente.
Esto significa asumir que la fantasía del “fin de la historia” es errónea.
Se han hecho estudios por los cuales las personas advierten los grandes cambios que sus vidas han sufrido en – digamos – los últimos cinco años, pero, cuando se les pregunta cómo se imaginan su situación dentro de cinco años, tienden a contestar: – “y…más o menos, igual que ahora”.
Esta dificultad para pensar nuestro propio futuro, establecer escenarios que impliquen cambios, y situarnos en el marco de ese cambio, es lo que se llama “la fantasía del fin de la historia”. El creer que las cosas van a seguir siendo como en el presente.
En tal sentido, hay infinidad de ejemplos de quienes perdieron grandes oportunidades por no visualizar el cambio.
Pensar el futuro en la empresa de familia
Inspirémonos en esta aseveración de Denis Waitley, de la que tenemos mucho para reflexionar: “Los perdedores viven en el pasado. Los ganadores aprenden del pasado y disfrutan de trabajar en el presente hacia el futuro”
El gran desafío es poder consensuar
- Qué queremos lograr de la empresa
- Cómo hacer para llegar a ese punto
- Con qué recursos
El consultor Gary Hamel dijo: “La estrategia incluye decidir cómo va a ser el mercado del futuro, y por lo tanto estirar las habilidades de la empresa, para que pueda posicionarse ventajosamente. Es decir, pensar el futuro…desde el futuro”.
Esto significa que el futuro no va a ser una mera evolución del presente. La estrategia es más ruptura que continuidad, ya que el futuro no es una consecuencia previsible del presente.
Por lo tanto, a lo largo de la historia, las estrategias exitosas fueron el resultado de actitudes totalmente novedosas, lo que nos lleva a reafirmar la importancia del pacto entre generaciones en la empresa de familia, ya que da la oportunidad de combinar la experiencia, el “saber hacer” de las generaciones mayores, con el entusiasmo y la tendencia a la innovación de los menores.
Las 7 Claves para prevenir conflictos y consolidar la empresa
- Es necesario consensuar una visión, una misión y los valores de los integrantes de la empresa familiar y de la familia empresaria.
- Compartir los objetivos de largo plazo
- Establecer las funciones, objetivos y responsabilidades de cada uno
- Acordar un sistema de retribución equitativo y estimulante
- Fijar mecanismos de evaluación de desempeño
- Establecer y consensuar mecanismos de salida
- Entrenarse en la prevención y resolución de conflictos.
Como dijo Antoine de Saint Exupéry, el autor del inmortal “El Principito”: “En cuanto al futuro, tu tarea no es predecirlo, sino hacerlo posible”