Llegó el momento de la Generación Z, aquellas personas nacidas entre 1995 y 2010, cuyos padres pertenecen, en algunos casos a la generación baby boomer (los nacidos entre 1947 y 1964) o a la generación X (que nacieron entre 1965 y 1980).
Una generación nativa digital, que tiene valores muy definidos en temas de ecología y ética.
Por su parte, las empresas familiares enfrentan un desafío constante: equilibrar la continuidad del negocio con el desarrollo personal y profesional de las nuevas generaciones.
Para lograr este equilibrio, es crucial comprender las motivaciones y necesidades de los jóvenes adultos que eventualmente asumirán roles como accionistas o líderes en estas organizaciones.
La teoría de la jerarquía de necesidades de Abraham Maslow y el concepto de socialización secundaria ofrecen herramientas conceptuales valiosas para abordar esta dinámica.
En este artículo, exploraremos cómo estas teorías se conectan y cómo pueden aplicarse al ámbito de las empresas familiares, con un énfasis especial en cómo motivar a las nuevas generaciones para preservar y fortalecer el legado familiar.
La Jerarquía de Necesidades de Maslow y su Relevancia en las Empresas Familiares
Abraham Maslow, psicólogo humanista, desarrolló la jerarquía de necesidades humanas, representada a menudo como una pirámide. En su base están las necesidades fisiológicas y de seguridad, seguidas por necesidades sociales, de estima y, finalmente, de autorrealización. En el contexto de las empresas familiares, esta teoría puede ayudar a los líderes a entender cómo las expectativas y prioridades de las nuevas generaciones evolucionan a lo largo del tiempo.
En una empresa familiar, las necesidades de seguridad y pertenencia suelen estar implícitas debido al entorno protector que la familia proporciona. Sin embargo, las nuevas generaciones frecuentemente buscan satisfacer sus necesidades de estima y autorrealización fuera del marco tradicional del negocio familiar. Reconocer este hecho no sólo facilita la comunicación intergeneracional, sino que también ayuda a diseñar estrategias que promuevan el desarrollo integral de los jóvenes.
La necesidad de estima es especialmente importante para las nuevas generaciones en las familias empresarias.
Sentirse valorados y reconocidos por sus contribuciones no solo fortalece su autoestima, sino que también crea un vínculo emocional con la empresa familiar. Esto puede lograrse reconociendo sus logros, permitiéndoles asumir roles significativos dentro de la empresa y celebrando sus éxitos individuales. Cuando los jóvenes perciben que su trabajo y esfuerzo son apreciados, se sienten más motivados a contribuir al legado familiar con compromiso y entusiasmo.
La Socialización Secundaria y la Búsqueda de la Identidad
La socialización secundaria es el proceso mediante el cual los individuos adquieren habilidades, valores y comportamientos necesarios para desenvolverse en contextos sociales fuera de la familia nuclear. Para los jóvenes pertenecientes a empresas familiares y familias empresarias esta etapa es crucial.
A través de experiencias educativas, laborales y personales independientes, desarrollan una identidad propia y un sentido de autonomía que puede fortalecer su rol como líderes dentro de la empresa o futuros accionistas.
La separación temporal del entorno familiar permite a los jóvenes explorar intereses personales y profesionales, adquirir competencias específicas y entender las dinámicas del mercado desde una perspectiva externa. Estas experiencias no sólo enriquecen su conocimiento, sino que también los preparan para contribuir de manera más efectiva al negocio familiar, aportando ideas frescas y una mayor comprensión de los retos contemporáneos.
Fomentar esta autonomía no significa desvincular a los jóvenes del negocio familiar, sino todo lo contrario: ofrecerles las herramientas para que desarrollen una conexión más significativa con el legado.
Al descubrir su propio camino, los jóvenes pueden encontrar cómo sus valores personales se alinean con los objetivos y la visión de la empresa familiar, generando una motivación intrínseca que garantiza su compromiso a largo plazo.
Conexiones entre Maslow y la Socialización Secundaria
La autorrealización es el punto de intersección entre la teoría de Maslow y la socialización secundaria.
Los jóvenes que buscan identidad y autonomía fuera del negocio familiar están, en esencia, escalando los niveles superiores de la pirámide de Maslow. Estas experiencias les permiten satisfacer sus necesidades de estima a través del reconocimiento externo y avanzar hacia la autorrealización al perseguir metas personales y profesionales.
Para las empresas familiares, apoyar este proceso puede ser un acto de confianza en el potencial de los miembros de la nueva generación Fomentar la educación continua, la participación en actividades extracurriculares y el trabajo fuera del negocio familiar puede dar como resultado jóvenes más seguros de sí mismos y comprometidos con la visión de la empresa. Además, reconocer los intereses individuales de los jóvenes y cómo pueden integrarse en la estrategia general de la empresa fomenta un ambiente en el que prosperan la creatividad y la innovación.
Beneficios para las Empresas Familiares
Cuando los jóvenes logran equilibrar sus necesidades personales con las responsabilidades dentro de la empresa familiar, ambos lados se benefician. Las nuevas generaciones traen consigo una perspectiva renovada, habilidades actualizadas y una actitud más madura hacia los desafíos empresariales. Por su parte, la empresa familiar asegura su continuidad con líderes preparados y motivados.
Un aspecto crucial es generar un entorno en el que los jóvenes sientan que sus contribuciones son valoradas y que su desarrollo personal no está reñido (es decir, no compite) con el compromiso hacia la empresa. Esto se logra a través de programas de mentoría, espacios de participación en la toma de decisiones y oportunidades para que lideren proyectos alineados con sus pasiones e intereses. Al hacerlo, los jóvenes no sólo perciben la empresa como una extensión de su identidad, sino también como un terreno fértil para su crecimiento y autorrealización.
Además, este enfoque promueve un ambiente de respeto y comprensión mutua dentro de la familia, lo que fortalece los lazos intergeneracionales y minimiza los conflictos. Cuando los valores familiares se alinean con las necesidades individuales, se crea una sinergia que impulsa tanto el desarrollo personal como el empresarial.
Entender la jerarquía de necesidades de Maslow y el proceso de socialización secundaria es fundamental para las empresas familiares que desean preparar a las nuevas generaciones para el futuro. Reconocer y apoyar la búsqueda de autorrealización e identidad individual no sólo beneficia a los jóvenes adultos, sino que también fortalece la estructura y la sostenibilidad del negocio familiar.
En un mundo en constante cambio, esta perspectiva holística puede convertirse en una ventaja competitiva enorme para las familias empresarias que aspiran a trascender generaciones.